NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA
“¿Qué será este niño? Porque la mano del Señor estaba con él”
(Lc 1, 66).
Y quizás esta pregunta te lleva a pensar en el Niño Jesús, pero se refiere a otro niño.
Hoy san Lucas nos cuenta cómo fue el nacimiento de San Juan Bautista. Una gran alegría en la casa de Zacarías, de Isabel.
Nos cuenta también san Lucas la historia de cómo acuden a Zacarías para decirle:
“Oye que Isabel le quiere poner a tu hijo Juan, pero nadie en la familia se llama Juan. Pero él toma una tablilla y escribe: Juan es su nombre. Y se le desata la lengua y puede adorar y alabar a Dios y darle gloria a Dios”
(Lc 1, 60-64).
Es lo que nos cuenta el Evangelio.
PORQUE LA MANO DEL SEÑOR ESTABA CON ÉL
Pero, Jesús, ahora que estoy haciendo este rato de oración, me hago esa pregunta, final del Evangelio ¿Qué será este niño? ¿Qué será de este niño? Pero más importante aún, lo que sigue a continuación “Porque la mano del Señor estaba con él”.
Y me gustaría, que hoy nos preguntamos todos ¿Qué hubiese sido de este mundo sin mí? ¿Qué hubiese sido este año sin mí? Bueno, puede parecer bastante egoísta esta pregunta.
Pero vamos también a hacer otra pregunta, que nos sirva para hacer oración ¿Qué será de mí el próximo año? o ¿Qué sería el próximo año sin mí? también podría ser, no sé, muy egoísta, pero ya vas a ver por qué quiero hacerme estas preguntas.
Lo importante no es la pregunta, sino la afirmación “Porque la mano del Señor estaba con él”. Jesús, te quiero pedir eso en este rato de oración, que tu mano siempre esté conmigo, que Tú siempre estés conmigo.
QUIERO VOLVER A NACER CONTIGO JESÚS
Mañana nace Jesús, mañana es 24 de diciembre y qué bueno pedirle a Jesús: “Jesús yo quiero contigo volver a nacer y que Tú estés conmigo”
Entre todos los dones espirituales que los hombres podemos recibir, el más grande, creo yo, es ese, el de poder nacer de nuevo.
Eso es lo que encarna ese Niño que mañana nace en Belén. Por eso la Navidad nos habla de una novedad, como incesante, de la posibilidad de estrenarlo todo de nuevo.
Y esto nos tiene que mover a nosotros, por dentro. Que esto, que la Navidad nos invite como a despojarnos del hombre viejo. Y que cada Navidad dejemos el hombre viejo atrás y vivamos una vida nueva, una vida en la que se pueda decir: “Porque la mano del Señor estaba con él”.
LOS PLANES QUE TÚ TIENES PARA NOSOTROS
¿Qué será de este niño? Jesús, la vida de cada persona, desde el inicio, está dentro de tus planes. Y ¿Cuáles son los planes que Tú tienes para nosotros? Pues que terminemos gozando de Ti por toda la eternidad, por toda la eternidad.
Es verdad, que ya en este mundo, Señor, se ve, se toca, se palpa, los planes especiales que Tú tienes, para con muchas personas en este mundo. Para todos tienes esos planes, a algunos se les nota más, los Santos por ejemplo.
Y ¿Por qué?, me puedes preguntar, tú, Padre, usted porque se hace esas preguntas, que al comienzo sonaban tan egoístas ¿Qué será de mí? ¿Qué sería de este mundo sin mí este año? ¿Qué hubiera sido este mundo sin mí? ¿Qué sería este mundo sin mí el próximo año?
CUENTO DE NAVIDAD
¿Qué pasa? Que hace dos días me vi una película, se llama “Cuento de Navidad”, A Christmas Carol. Que es basada en un cuento que escribe Charles Dickens.
Ebenezer Scrooge
Y cuenta la historia del Señor Scrooge, que es un hombre súper avaro, tacaño, amarrado, como decimos aquí en esta tierra, más solo que la una, solitario, solitario, y no celebra la Navidad, porque solo piensa en ganar dinero. Entonces, cuenta la película, que bueno se la pueden ver, pero igual se los voy a contar. Cuenta la película que una víspera de Navidad, Scrooge, Ebenezer Scrooge, se le parece su antiguo socio, que había muerto hacía 7 años.
Y se le aparece en forma de fantasma, arrastrando unas cadenas y le dice: “mira yo estoy padeciendo y voy a padecer toda la vida eterna, porque tengo que arrastrar esta larga y pesada cadena, que me gane en la vida.
Otra oportunidad
Y entonces le dice: tú todavía tienes una posibilidad, una oportunidad para cambiar la vida que llevas, y no estar en mis condiciones. Entonces le dice: esta noche te visitarán tres espíritus. Y esos tres espíritus te van a mostrar unas facetas de tu vida y tú al final decides, que vas a hacer con tu vida.
Los tres espíritus
Entonces, viene el espíritu del pasado, el espíritu del presidente, el espíritu del futuro. Y cada uno, le va mostrando facetas de su vida y cómo va a terminar su vida.
Hay una escena, en la que el espíritu del futuro, que es el más tenebroso, le muestra el destino que tienen los avaros. La casa de él, por ejemplo, queda saqueada completamente. El ve su propia tumba, y eso lo horroriza profundamente.
Cambia su vida
Y entonces cuando despierta, de ese sueño en el que aparecen los tres espíritus, pues, decide cambiar de vida. Se convierte en un hombre generoso, amable, que va a celebrar la Navidad y que va a ayudar a todos los que le rodean.
Y va a ser un hombre muy querido, por toda la gente que lo conoce y toda la gente que lo ve pasar por los caminos y por las calles. Cambia su vida.
QUE BELLO ES VIVIR
O la otra película, también muy famosa, “Qué bello es vivir”. Esa nochebuena, en la que George Bailey está pensando suicidarse, tirarse de un puente, y acabar con su vida.
Y entonces, manda el cielo, manda a un ángel, Clarence se llama, y le muestra también, a George Bailey, cómo hubiese sido su pueblo sin su presencia. Entonces él descubre, cuán importante ha sido su vida para los demás.
Bueno, Señor, en fin, yo me podría quedar aquí hablando de estas dos películas que son maravillosas, para ver en esta época. Pero, qué bueno que nosotros aprovechemos esta Navidad, como para tener ganas de vivir, para querer disfrutar de la vida. Ganas de vivir, además, para los demás, ganas de servir.
EL MILAGRO DE LA NAVIDAD
Que en esta Navidad, nos podamos hacer esa pregunta ¿Está siendo mi vida, Jesús, lo que Tú esperas de ella? La Navidad nos enseña, que por muy afincados, que por muy amputados que estemos en este mundo, hay un milagro, que es la posibilidad de refundar nuestra vida.
Eso es posible, los hombres lo podemos hacer. Exactamente, como Dios refundó la suya, haciéndose Niño, además, la vida de todos nosotros. Antes de la Navidad, si lo pensamos, adorábamos a Dios y teníamos que elevar los ojos hacia el cielo, elevar los ojos.
Pero después de la primera Navidad, adorar a Dios ya no exige elevar los ojos, sino ¡exige agacharse! Entrar a una cueva, en un pesebre, reparando, dándonos cuenta de la fragilidad de un niño recién nacido.
EL DON QUE NOS TRAE LA NAVIDAD
Por eso la Navidad trae, para todos nosotros, un don espiritual ¿Cuál es ese don? Revalidar las categorías con las que valoramos nuestra vida. Si el mundo entero cambió cuando nació el Niño Jesús, también nuestras vidas pueden cambiar en esta Navidad.
Pero, si tenemos la humildad de agacharnos y entrar en el pesebre, en esa cueva, para recibir ese don espiritual.
ESTA NAVIDAD, UNA NAVIDAD DIFERENTE
Esta Navidad, evidentemente, será una Navidad diferente. Una Navidad, pues, en la que tendremos que convivir con el coronavirus. Y será una Navidad, para muchos, menos ruidosa, menos agitada. Una Navidad, en definitiva, más humilde, que nos puede permitir reparar en nuestra propia fragilidad.
Y al reparar nuestra fragilidad, tal vez, nos atrevamos a eso, agacharnos, a entrar en ese pesebre donde nos están esperando todos esos dones sobrenaturales que nos trae el Niño Jesús.
Que la venida de Jesús, nos llene de esperanza para el renacer del año nuevo.
¡Feliz y Santa Navidad a todos en 10 mín. con Jesús!
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