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Padre Juan Pablo

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EL HALLAZGO FUNDAMENTAL

Para santa Teresa de Jesús la humanidad de Cristo fue el hallazgo fundamental para que su oración fuera algo vivo y lleno de sentido. Nos fijamos un poco en su modo de orar para aprender.

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves que me oyes… Ver y oír, ¿Quién me ve y quien me oye? Pues Tú, Señor; Tu, Jesús, con tus ojos humanos y con tus oídos humanos, porque tienes ojos humanos y oídos humanos, viviste aquí en la tierra algunos años, después de morir resucitaste.
¿Y quién es esa humanidad? ¿Y cuál es su humanidad? Pues, que te podemos tratar. La realidad de tu humanidad Señor, es que podemos hablar contigo, que podemos tratarte así.

SANTA TERESA DE JESÚS

Ese fue el hallazgo fundamental que tuvo Santa Teresa de Jesús, la santa y doctora de la Iglesia, que celebramos el día de hoy.
Y comenta un autor espiritual:

“Es la gracia del encuentro personal con Jesús vivo, que viene a ella desafiando el tiempo y la corporeidad, permitiéndole vivir con Él, reduciendo presente pasado y futuro, haciéndosele íntimo, arremetiendo contra las maneras de tratarlo con fe distante y vaporosa”.

Nosotros no queremos una fe distante y vaporosa, sino una fe viva que nos lleve a –casi, Señor, “verte y tocarte”.
Jesús, en su condición humana es presencia y proximidad más real, viva y verdadera, de lo que pudieron serlo los amigos con quienes ella trataba.
A Teresa le resultaba no solo el único camino, sino también el más entrañable, “tratarte como un amigo, como el mejor de los amigos”.
De hecho, es Santa Teresa la que define la oración en términos de amistad, seguramente has escuchado estas palabras:

“No es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quién sabemos nos ama”.

hallazgo fundamental

TRATAR DE AMISTAD CONTIGO, SEÑOR

Eso es la oración para ella, y también nosotros queremos estos 10 minutos de oración. Que sea así. «Tratar de amistad contigo, Señor. Hablar con tus amigos también, los santos. Aprender de Santa Teresa a orar».
Y aquí tengo un texto en el que nos da algunas luces de cómo rezaba ella, y por qué es doctora de la Iglesia. La razón de tan alto título, habría que buscarla en “su doctrina sobre la oración”.
Teresa evita teorías y especulaciones, solo sabe hablar de lo que vive, propone una pedagogía oracional, que llama: “su modo de rezar”. Y lo sintetiza con el nombre de: “Recogimiento”.

“Para recogerse primero hay que entrar en sí mismo evitar las complicaciones interiores y apoyarse en actos simples. Mirar, admirar, callar, dejarse mirar por los ojos de Cristo, es el camino hacia la contemplación”.

Queremos seguir estos consejos y aprender a orar de esta manera. Lo primero que nos anima es “el recogimiento”. Entrar dentro de nosotros mismos.
¿Y qué pasa cuando entramos dentro de nosotros mismos? Pues es probable que nos asustemos de lo que ahí encontramos, o que no podamos ver muy bien porque falta claridad, porque falta luz.

COMPLICACIONES INTERIORES

¿Por qué? Por esas complicaciones interiores. Para recogerse, primero hay que entrar en sí mismo, evitar las complicaciones interiores.
¿Qué son esas complicaciones interiores? Ahí me parece que son todo aquello que va en contra de la verdad.
Empezando por las mentiras tal cual, o el querer quedar bien con los demás, o preocuparnos demasiado por qué piensan los demás de nosotros. Pues eso es lo que a mí se me ocurre que pueden ser las complicaciones interiores…
A lo mejor también; estar muy pendiente de lo que vamos a hacer para conseguir salirnos con la nuestra de tal forma que las demás personas pues no se den cuenta de que estamos quizá pasándonos un poco de listos…
Pues, tú piensa que es lo que a ti te puede complicar interiormente, pues ya que evitamos esas complicaciones interiores; nos anima la santa a apoyarnos en actos simples: mirar, admirar, callar, dejarse mirar por los ojos de Cristo.

CONVIVIR CON JESÚS

Y continúa este texto explicando cómo oraba Santa Teresa: “Se trata de convivir con Jesús”.
Estando ella realmente ahí; en la verdad de Cristo presente en su vida, y en sus misterios; su flagelación, el encuentro con la Samaritana, con la Magdalena, la soledad del desierto, la crucifixión, la presencia eucarística… Mirar esos misterios, admirarlos, encontrarnos ahí a Jesús que está vivo y que nos mira.
Admirar puede ser: leer el Evangelio, leer los pasajes del Evangelio donde Jesús sale, donde Jesús entra, donde Jesús dice, donde Él actúa de diferentes maneras, y representárnoslo con la imaginación.
Ahí estaremos mirando interiormente, después el admirarnos. Pues es normal que, si meditamos en esos sucesos, surja la admiración, ante lo que Tú, Señor, hiciste, o lo que dijiste.
Pensar en los misterios de su vida, en su Pasión por supuesto, en su presencia en la Eucaristía, fijar ahí la mirada. Incluso la mirada física cuándo vamos donde está el Sagrario y nos quedamos mirando al Santísimo. Ahí estamos siguiendo estos consejos que nos dice Santa Teresa.

hallazgo fundamental

EL HALLAZGO FUNDAMENTAL

Con esta táctica que a muchos les parecía ingenua y elemental, casi infantil, Teresa recibe no solo el gozo de participar en los acontecimientos externos de la vida del Señor, sino que también percibe sus sentimientos interiores.
Qué bonito que, al hacer oración de esta manera, al fijar la atención evitando complicaciones interiores, buscando recogimiento, mirando y admirándonos ante las escenas de la vida de Cristo, podamos entrar en su corazón, y no solo verlo externamente, sino como los amigos que se comparten su mundo interior, que se comparten sus sentimientos, sus deseos.
Y es normal, si leemos el Evangelio, pues muchas de las palabras que encontramos ahí, son declaraciones Señor, de lo que Tú quieres, de lo que Tú piensas, de lo que Tú valoras, y así podemos participar también de tu mundo interior.

APODERARSE DE CRISTO

Pero eso no es lo mejor; el modo de orar de Santa Teresa ¡es más audaz! Ella va hacia la vida de Cristo, pero también invita a que Cristo entre en su vida, y mira lo que continúa diciendo este autor espiritual que estamos citando:

“Luego, con un movimiento en sentido contrario intenta apoderarse de Cristo, e introducirlo en su propia vida, es decir, en las menudencias de su acontecer cotidiano, con una permanente presencia del Resucitado a su vera, conviviendo con Él. Empapa las actividades con la fe y el amor que precisamos en todo momento y en todo lugar”.

Y cita a Santa Teresa:

“El verdadero amante en toda parte ama y se acuerda del amado, recia cosa sería que solo en los rincones se pudiera traer oración”.

Pues así es la invitación a la contemplación que nos hace Santa Teresa, el que ama puede amar en todas partes, y no solo en algunos momentos, sino siempre.

CREO QUE ME VES, QUE ME OYES

Y si amamos a Dios todo el día podemos tenerlo cerca, porque Él nos mira; “creo que me ves, que me oyes”. Y no solo en estos 10 minutos, en este ratito, sino ¡todo el día!
Y yo, como Santa Teresa, quiero meterme en tu vida, con el recogimiento, fijando la atención, e invitarte a que vengas a mi vida. Estás prácticas reciben de pronto la respuesta divina. Hay una percepción experimental, la realidad de Jesús se convertirá en oración permanente.
Teresa lo percibirá junto a ella, al lado derecho, como un testigo, como el amigo inevitable, en la suavidad de su humanidad santísima. Es la gran maestra en la relación cálida, cercana, íntima, del alma orante con la santísima humanidad de Jesús.
«Pues sí, Señor, yo quiero descubrir Tu Santísima Humanidad, aprender a orar de esa manera, que ese sea el hallazgo fundamental en mi vida, así como lo fue en el de esta santa doctora de la Iglesia».
Y acudimos también a nuestra madre la Virgen, para que nos ayude a orar de ese modo tan cercano y tan familiar con su Hijo, Jesús.

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Citas Utilizadas

Santa Teresa de Ávila virgen y doctora

Rm 4, 1-8

Sal 31

Lc 12, 1-7

Reflexiones

Señor, que sepamos mirar, admirar, callar, y dejarnos mirar por los ojos de Cristo, para así poder sentir Tu presencia en cada minuto de nuestra vida, como lo hizo santa Teresa”.

Predicado por:

Padre Juan Pablo

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