Desde pequeña ha rezado con mamá y ha cantado en el coro de la parroquia. Siempre le ha gustado la música tanto que pensó ser cantante famosa, nos cuenta Aldana Canale, sin embargo Dios la ha guiado permitiendo que una la música con la fe y la tecnología para ponerlo a su servicio.
Aldana también nos cuenta que la música siempre estuvo en su vida, al inicio, subía covers a las redes con música católica, algunas compuestas por ella, otras de distintos grupos. Aldi canta depende de su estado de ánimo, siente que se transporta conectando con Jesús, tratando de orar la canción, haciéndole bien a ella y a quienes la escuchan.
Aldana Canale también nos dice que es un desafío estar atenta a cada palabra porque se distrae en cómo va cantando, olvidando que Dios también le canta. “La música está anclada a mi fe”
Sobre su fe, nos comenta Aldana (Aldi), se cimenta en sus estudios en Ciencias Sagradas y sobre los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola y su Director espiritual.
El contenido de sus mensajes enviados por redes lo hace de mano del Espíritu Santo y dirigiéndose al público creyente y también a ese grupo que tiene la fe de costumbre. Considera que las frases y oraciones breves enviadas son recordatorios para ella también de lo que el Señor le va mostrando.
Sobre su vida de oración, Aldana Canale nos confiesa, que la oración es la que la mantiene firme. Es un juego entre la consolación y la desolación. Siempre se ha sentido acompañada, a pesar de que en una ocasión Dios le permitió sentirse sin su compañía, fue una experiencia vacía y fea, pero que al mismo tiempo fue un aprendizaje para agradecer lo mucho que ha recibido.
Aldi y su vida con Jesús
Aldi Canale, también nos comparte su vida íntima con Jesús, que comienza, muy temprano en la mañana, a penas se levanta se alista y suele ir al comedor para orar, lugar muy tranquilo donde ella puede tener también ese silencio interior en un trato a Jesús como su mejor amigo.
Invoca al Espíritu Santo con oraciones o de manera natural con sus palabras, agradece, ofrece el día y luego toma el evangelio para meditar que le quiere decir el Señor. Cuando no le es fácil concentrarse coge un cuaderno y escribe. Su oración suele durar entre 15 y 25 minutos.
Al contarnos de su interioridad con Jesús, también nos dice que es importante formarse, ir a Misa y que ella personalmente tiene una hora semanal de encuentro con Jesús en la Eucaristía
Finalmente nos recomienda que en ese espacio de silencio interior y exterior, debemos ser perseverantes y pacientes. “No siempre se siente paz. La fe no puede depender de lo que sentimos”.
“No hace falta hacer una súper oración, a veces simplemente ¡te ofrezco Señor este momento que me cuesta!”
Preguntas para el diálogo
“Llenaos más bien del Espíritu y recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados…” el canto es una realidad religiosa en toda la biblia. Para Aldi Canale, la música está anclada a la fe, la inspira y la transporta.
¿Has considerado si Dios te abre ese camino, de la música, para conectar con Él?
2. Aldi considera importante la necesidad de formarse. Y nos comenta que las frases y contenido que sube a las redes son, con la Gracia de Dios, son producto de sus estudios en Ciencias Sagradas y de la formación en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.
¿Manifiestas interés por adquirir formación ascética? ¿Eres consciente de que para hablar de Dios y con Dios se requiere se requiere de sacrificio y constancia para recibir formación espiritual?
3. Aldi nos dice que la mejor forma de iniciar la oración es invocando al Espíritu Santo.
¿Has procurado iniciar esos momentos de oración invocando al Espíritu Santo?
4. Aldi también nos dice que al iniciar su oración coge el evangelio del día, lo lee varias veces si es necesario y lo medita para saber que Dios quiere de ella.
¿Logras ver en los evangelios que te pide el Señor?
Propuestas de Acción
1. En la Biblia tenemos los Salmos, efectivamente fueron hechos para ser cantados. El canto es uno de los lenguajes más expresivos, comunica nuestros sentimientos y experiencias interiores mejor que muchas palabras. No a todos se nos da la voz para cantar, pero si puede resultar una opción para profundizar y rezar la letra. Orar una canción a Aldi Canale, la transporta, le hace bien a ella y quienes la escuchan.
La liturgia de la Iglesia promueve la música sagrada como una forma de oración y un medio que contribuye a evocar el misterio que se celebra. Nos ayuda a entrar en presencia de Dios.
2. Para buscar estar unidos a Dios y que sea el quien actúe a través de ti, debe haber la intencionalidad de tu parte para formarte y llenarte de Él. De esta manera tu testimonio como cristiano en donde estés puede ser verdadero y coherente.
Debemos leer y estudiar las verdades por Él reveladas para poder conectarnos con Él en oración.
3. Dios devela sus secretos a los sencillos de corazón. Invocar al Espíritu Santo es reconocer que nosotros no tenemos mérito alguno al hacer oración.
Invocar su nombre te lleva a conocerle, amarle, seguirle e imitarle. el Espíritu Santo te dará una gran sapiencia y sencillez de un niño, para crecer en su amistad e infinito amor.
4. Cuando hagas la lectura del evangelio, léelo despacio. Lee también algún comentario que te ayude a comprender mejor. Dale tiempo al Señor y escucha el mensaje que Él quiere darte en esta Palabra. Así tendrás más tema de oración.
Contempla la escena… en silencio, en calma. Déjate animar por su Palabra, para que moldee tu personalidad haciendo un compromiso con el Señor en cada encuentro.
Meditar con la Sagrada Escritura
“Al recordar el pasado, me dejo llevar por la nostalgia: ¡cómo iba en medio de la multitud y la guiaba hacia la Casa de Dios, entre cantos de alegría y alabanza, en el júbilo de la fiesta!
Dios desea también que nuestra alma vibre y se exprese en armonía con la música.
2. Mateo 26,30
Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. 31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al Pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas. 32 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.
En momentos de tentación y angustia también se canta y alaba al Señor.
En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. ….
Que maravillosa confianza, quien sabe que por el Espíritu Santo, se puede llamar a Dios Padre.
4. Lucas 2, 41-52
(…)Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.» El les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»…..
En los evangelios siempre encontraremos enseñanzas escondidas que Jesús nos quiere transmitir, date al menos 5 minutos en el día para reflexionar su palabra.
Meditar con el Papa Francisco
Homilía de S.S. Francisco, 3 de mayo de 2015
Jesús es la vid y a través de Él –como la linfa en el árbol– hace llegar a los sarmientos el amor mismo de Dios, el Espíritu Santo. Es así: nosotros somos los sarmientos, y a través de esta parábola, Jesús nos quiere hacer entender la importancia de estar unidos con Él.
Los sarmientos no son autosuficientes, sino que dependen totalmente de la vid, en la cual se encuentra el manantial de la vida de ellos. Así es para nosotros los cristianos. Insertados con el bautismo en Cristo, hemos recibido de Él gratuitamente el don de la vida nueva y podemos quedarnos en comunión vital con Cristo.
Discurso en Filipinas S.S. Juan Pablo II, febrero 20, 1989
“Para realizar esto, debéis permanecer unidos a Cristo. Sus palabras son la base de vuestra eficacia: «Yo soy la vid. Vosotros los sarmientos… porque sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). Él os llama también hoy a un mayor amor, porque os invita a una permanente conversión del corazón. Os llama a una mayor unión con El en su Iglesia, pues es allí donde le encontráis. Y la unión con Cristo en su Iglesia es la condición esencial de toda vuestra eficacia apostólica. Es Cristo quien os confía vuestra misión, una misión que, sin embargo, está coordinada dentro de la unidad de su Cuerpo mediante los Pastores de la Iglesia. Esto explica el gran valor que tiene una amorosa comunión de fe y disciplina con vuestros obispos (……)La necesidad de una catequesis sistemática es una de las mayores necesidades de la Iglesia en este momento. Es un gran reto para vosotros como católicos. Como seglares, estáis llamados, individual y colectivamente, a hacer frente a este reto….
Homilía de SS. Francisco 31 de mayo de 2020. Solemnidad de Pentecostés. Basílica de San Pedro.
(….) En la Iglesia, por el contrario, es el Espíritu quien garantiza la unidad a los que anuncian. Por eso, los apóstoles se lanzan, poco preparados, corriendo riesgos; pero salen. Un solo deseo los anima: dar lo que han recibido. Es hermoso el comienzo de la Primera Carta de San Juan: “Eso que hemos recibido y visto os lo anunciamos” (cf. 1,3).
Finalmente llegamos a entender cuál es el secreto de la unidad, el secreto del Espíritu. El secreto de la unidad en la Iglesia, el secreto del Espíritu es el don. Porque Él es don, vive donándose a sí mismo y de esta manera nos mantiene unidos, haciéndonos partícipes del mismo don…….
San Agustín aconseja:
«No te preocupes por las palabras, como si éstas fuesen capaces de expresar lo que deleita a Dios. Canta con júbilo. Éste es el canto que agrada a Dios, el que se hace con júbilo. ¿Qué quiere decir cantar con júbilo? Darse cuenta de que no podemos expresar con palabras lo que siente el corazón. En efecto, los que cantan, ya sea en la siega, ya en la vendimia o en algún otro trabajo intensivo, empiezan a cantar con palabras que manifiestan su alegría, pero luego es tan grande la alegría que los invade que, al no poder expresarla con palabras, prescinden de ellas y acaban en un simple sonido de júbilo.
El júbilo es un sonido que indica la incapacidad de expresar lo que siente el corazón. Y este modo de cantar es el más adecuado cuando se trata del Dios inefable. Porque, si es inefable, no puede ser traducido en palabras. Y, si no puedes traducirlo en palabras y, por otra parte, no te es lícito callar, lo único que puedes hacer es cantar con júbilo. De este modo, el corazón se alegra sin palabras y la inmensidad del gozo no se ve limitada por unos vocablos. Cantadle con maestría y con júbilo.»
Meditar con san Josemaría
32. El camino de la fe – Es Cristo que pasa, capitulo 4
La meta no es fácil: identificarnos con Cristo. Pero tampoco es difícil, si vivimos como el Señor nos ha enseñado: si acudimos diariamente a su Palabra, si empapamos nuestra vida con la realidad sacramental —la Eucaristía— que El nos ha dado por alimento, porque el camino del cristiano es andador, como recuerda una antigua canción de mi tierra. Dios nos ha llamado clara e inequívocamente. Como los Reyes Magos, hemos descubierto una estrella, luz y rumbo, en el cielo del alma.
57. Frecuenta el trato del Espíritu Santo —el Gran Desconocido— que es quien te ha de santificar.
No olvides que eres templo de Dios. —El Paráclito está en el centro de tu alma: óyele y atiende dócilmente sus inspiraciones. Camino Nº 57 Camino Capítulo 26
581. ¡Con qué humildad y con qué sencillez cuentan los evangelistas hechos que ponen de manifiesto la fe floja y vacilante de los Apóstoles! —Para que tú y yo no perdamos la esperanza de llegar a tener la fe inconmovible y recia que luego tuvieron aquellos primeros.
582. ¡Qué hermosa es nuestra Fe Católica! —Da solución a todas nuestras ansiedades, y aquieta el entendimiento y llena de esperanza el corazón.
Conversaciones – Punto 73
(…) De otra parte, nadie puede violar la libertad de las conciencias: la enseñanza de la religión ha de ser libre, aunque el cristiano sabe que, si quiere ser coherente con su fe, tiene obligación grave de formarse bien en ese terreno, que ha de poseer —por tanto— una cultura religiosa: doctrina, para poder vivir de ella y para poder ser testimonio de Cristo con el ejemplo y con la palabra.
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