Pamela Avilés

Ecuatoriana. Tiene 7 hijos. Orientadora Familiar. Actualmente se dedica a la venta de mariscos atendiendo a familias e instituciones.

10 min

JAIME PÉREZ, “El Reino de los cielos viene con oración y conseguir que una persona se convierta”

Jaime Pérez, es guayaquileño con 3 hijos en 30 años de matrimonio. Trabaja en empresa de telecomunicaciones y está a cargo de la distribución de Cine Católico y de valores en Latinoamérica.

Sobre su vida de fe, Jaime Pérez nos cuenta que viene de una familia católica, donde su madre y su abuela lo iniciaron en el amor a Dios con oraciones vocales. Su verdadera participación en la vida cristiana comenzó cuando su tercer hijo se empezó a preparar para la Primera Comunión. Su esposa empezó a involucrarse en la catequesis y a integrarlo en las charlas propuestas, hasta que juntos vieron la necesidad de formarse e ingresaron al Taller del Padre Larrañaga, por algunos meses, de manera constante y profunda.

Más adelante, el párroco de la Iglesia les habló de Adoración Eucarística, y comenzaron a coger turnos de una hora en pareja y por separado de visitas al Santísimo. Jaime nos confiesa que al inicio se le hacía eterno y era más bien un compromiso. Pero el Señor que no se deja ganar en generosidad, le dio un giro en su vida y Jaime Pérez vio que esos espacios de oración, eran el mejor tiempo invertido, contribuyendo a su progreso espiritual y de aprendizaje continuo.

El verdadero protagonista

Sobre la distribución de películas católicas, Jaime nos dice que siendo amante del cine, nunca se imaginó verse involucrado como promotor de películas, y que fue el Señor que coincidentemente le puso este encargo en su camino. Al inicio Jaime, por su carrera profesional, lo enfocó comercialmente para hacerlo producir y promocionarlo de manera óptima entre los futuros consumidores.

Nuevamente el Señor actúa y tratando y conversando con los productores y directores del Cine, Jaime Pérez fue comprendiendo que la taquilla no era lo más importante sino que la eficacia consistía en que con una sola persona que se convierta y gire el rumbo de su vida para ser un hombre de bien, se pagaba la inversión. El sentido de su propósito giró comenzando por él, analizando y conversando las reflexiones de las mismas, entendiendo que el Reino de los cielos está al alcance de todos con mucha oración, porque el Señor siempre abre caminos.

La promoción de las películas se dan entre las distintas parroquias y a través de las amistades personalmente o entre las redes. Jaime  Pérez prefiere no ser protagonista dando la cara ni escudriñar resultados de conversiones para que sea el Señor el que se luzca y “no me entre la vanidad” afirma Jaime. Dentro de las reflexiones que Jaime nos rescata de distintas películas, tenemos el valor del martirio por la fe, la visión sobrenatural de la muerte y la importancia de esta certeza para vivir bien mientras estemos en la tierra. Esta esperanza facilita sacar adelante esas situaciones difíciles de comprender. Las apariciones de la Virgen también han movido a los artistas como a quien ha visto la película. De igual manera conocer testimonios donde los miedos se transforman en confianza y Gloria a Dios, resultan aprendizajes para nuestras vidas.

Jaime, también nos cuenta que su trato con Dios es a diario y comienza con ese ofrecimiento de obras al levantarse, luego esa lectura del Evangelio del día preparando su Misa diaria y en esas visitas al Santísimo, su oración se centra en abandonarse, poniendo en manos de Dios sus proyectos, más aún esas situaciones difíciles como la prueba de la enfermedad, que le tocó vivir inesperadamente, pero que Dios le dio la serenidad de aceptar su voluntad sea cual fuere, teniendo al poco tiempo un desenlace de recuperación total.

Finalmente concluye Jaime Pérez, que el camino de la fe le ha enseñado que para entrar en el Reino de los cielos, no se tiene que planificar mucho, Dios lo va guiando y con mucha oración y lenguaje de cine poder acercar más que sea a uno al amor de Dios.

Jaime Pérez

Preguntas para el diálogo

1.  “El Reino de los cielos viene sin dejarse sentir” y también sabemos que parte de ese reino ya está entre nosotros, si permitimos que El Señor viva en nuestro corazón para tener ese trato con ÉL y ver la muerte con sentido de esperanza.

¿Relacionas el Reino de los cielos con la muerte, dándole sentido positivo?

2.  Jaime nos dice que el camino de la fe le ha enseñado que para entrar en el Reino de los cielos, no hay que planificar mucho. Con él, Dios se ha hecho el encontradizo.

¿Cómo se encuentra el Reino de los cielos?

3.  “Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se arrepienta”.
Jaime nos comenta que al incursionar en el cine católico, se da cuenta que la taquilla no es lo más importante, sino la conversión de uno solo de los espectadores.

¿Consideras con frecuencia que debes acercar almas a Dios, fomentando entre tus amistades medios y actividades de formación cristiana?

Jaime Pérez

Propuestas de Acción

1.  Es necesario que recordemos con frecuencia que tenemos una sola vida aquí en la tierra y que hay que aprovecharla para poder alcanzar el Reino de los cielos.
Jaime como reflexión de una de las películas que promociona, consideró la visión sobrenatural de la muerte y la importancia de esta certeza para vivir bien mientras estemos en la tierra.

De la manera en que percibamos el Reino de los cielos, así enfrentaremos y recibiremos nuestra vida.

2.  Cada uno de nosotros tiene un recorrido particular, cada uno de nosotros tiene su camino en la vida. Para algunos el encuentro con Jesús es esperado, deseado, buscado por largo tiempo, para otros de manera improvisada, casi de casualidad; esto quiere decir que Dios se deja encontrar de todas las maneras porque Él es el primero que desea encontrarnos y se deja conquistar en su palabra.

El Reino de los cielos lo encontramos desde aquí, en la oración y en el trato amigable con los evangelios, donde entendemos su voluntad.

3.  Abrir el corazón a la misericordia de Dios, para que deseemos nuestra salvación y la de las almas que nos rodean. Él no se cansa. Como el buen pastor cuando encuentra su oveja extraviada, se alegra y organiza un banquete.

Pero es necesario primero tu conversión, desde tu interior para ahogar el mal en abundancia de bien.

Meditar con la palabra

Meditar con la Sagrada Escritura

1.  Juan 20, 1-9
“Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó”.
Estás llamado a resucitar, que siempre aspires a contemplar su gloriosa resurrección.

2. Colosenses 3, 1-4
“Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.  Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra.
Por tanto fortalece y aprecia el estilo de vida que te va a llevar a ese encuentro cara a cara con el Señor.

3. Juan 15
“Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Por medio de la muerte alcanzamos la plenitud de la vida.

4. Génesis 18, 30-31
«Por favor, dijo entonces , que mi Señor no lo tome a mal si continúo insistiendo. Quizá sean solamente treinta». Y el Señor respondió: «No lo haré si encuentro allí a esos treinta».   insistió: «Una vez más, me tomo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Tal vez no sean más que veinte». «No la destruiré en atención a esos veinte», declaró el Señor.

Dios no es un Dios justiciero, no se queda quieto hasta ver tu conversión.

Meditar con el Papa

Meditar con el Papa Francisco

Homilía de S.S. Francisco, 5 de abril de 2015.

La mañana de Pascua, advertidos por las mujeres, Pedro y Juan corrieron al sepulcro y lo encontraron abierto y vacío. Entonces, se acercaron y se “inclinaron” para entrar en la tumba. Para entrar en el misterio hay que “inclinarse”, abajarse. Sólo quien se abaja comprende la glorificación de Jesús y puede seguirlo en su camino.
El mundo propone imponerse a toda costa, competir, hacerse valer… Pero los cristianos, por la gracia de Cristo muerto y resucitado, son los brotes de otra humanidad, en la cual tratamos de vivir al servicio de los demás, de no ser altivos, sino disponibles y respetuosos. […] Pidamos paz y libertad para tantos hombres y mujeres sometidos a nuevas y antiguas formas de esclavitud por parte de personas y organizaciones criminales. Paz y libertad para las víctimas de los traficantes de droga, muchas veces aliados con los poderes que deberían defender la paz y la armonía en la familia humana. E imploremos la paz para este mundo sometido a los traficantes de armas que ganan con la sangre de los hombres y las mujeres.
Y que a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y desechados; a los enfermos y los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia; y cuantos hoy están de luto; y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, llegue la voz consoladora del Señor Jesús: “Paz a vosotros”. “No temáis, he resucitado y siempre estaré con vosotros”.

Santa Misa Clausura del Jubileo de la Misericordia. Capilla Papal. Homilía del Santo Padre Francisco. Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. Plaza de San Pedro.
(…)La fuerza de atracción del poder y del éxito se presenta como un camino fácil y rápido para difundir el Evangelio, olvidando rápidamente el reino de Dios como obra. Este Año de la misericordia nos ha invitado a redescubrir el centro, a volver a lo esencial. Este tiempo de misericordia nos llama a mirar al verdadero rostro de nuestro Rey, el que resplandece en la Pascua, y a redescubrir el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es acogedora, libre, fiel, pobre en los medios y rica en el amor, misionera. La misericordia, al llevarnos al corazón del Evangelio, nos exhorta también a que renunciemos a los hábitos y costumbres que pueden obstaculizar el servicio al reino de Dios; a que nos dirijamos sólo a la perenne y humilde realeza de Jesús, no adecuándonos a las realezas precarias y poderes cambiantes de cada época…

Audiencia general. S.S. Francisco. Mayo 4, 2016

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Conocemos todos la imagen del Buen Pastor que carga sobre sus hombros a la oveja perdida. Desde siempre esta imagen representa la solicitud de Jesús hacia los pecadores y la misericordia de Dios que no se resigna a perder a ninguno. Jesús cuenta la parábola para hacer comprender que su cercanía a los pecadores no debe escandalizar, sino, al contrario, provocar en todos una seria reflexión acerca de cómo vivimos nuestra fe. El relato presenta, por una parte, a los pecadores que se acercan a Jesús para escucharlo y, por otra, a los doctores de la ley, los escribas sospechosos que se alejan de Él por este comportamiento suyo. Se alejan porque Jesús se acercaba a los pecadores. Eran orgullosos, eran soberbios, se creían justos…..
para Dios nadie está definitivamente perdido. ¡Nunca! Hasta el último momento, Dios nos busca…..Todos nosotros somos ovejas encontradas y convocadas por la misericordia del Señor, llamados a recoger junto a Él a todo el rebaño.

san josemaría y don alvaro

Meditar con san Josemaría

Es Cristo que pasa, 180

La perfección del reino —el juicio definitivo de salvación o de condenación— no se dará en la tierra. Ahora el reino es como una siembra, como el crecimiento del grano de mostaza; su fin será como la pesca con la red barredera, de la que —traída a la arena— serán extraídos, para suertes distintas, los que obraron la justicia y los que ejecutaron la iniquidad. Pero, mientras vivimos aquí, el reino se asemeja a la levadura que cogió una mujer y la mezcló con tres celemines de harina, hasta que toda la masa quedó fermentada.
Un reino en lo cotidiano
No hay situación terrena, por pequeña y corriente que parezca, que no pueda ser ocasión de un encuentro con Cristo y etapa de nuestro caminar hacia el Reino de los cielos.

Es Cristo que pasa, 22

En medio de las ocupaciones de la jornada, en el momento de vencer la tendencia al egoísmo, al sentir la alegría de la amistad con los otros hombres, en todos esos instantes el cristiano debe reencontrar a Dios. Por Cristo y en el Espíritu Santo, el cristiano tiene acceso a la intimidad de Dios Padre, y recorre su camino buscando ese reino, que no es de este mundo, pero que en este mundo se incorpora y prepara.
San Josemaría, Apuntes íntimos, 5, 358-359, 29-X-1931
«¿Qué te he hecho, Jesús, para que así me quieras? –se preguntaba san Josemaría–. Ofenderte… y amarte. Amarte: a esto va a reducirse mi vida»
San Josemaría, Apuntes de una tertulia, 13-III-1955.
«¿No le habéis oído tratar también de ovejas y de rebaños? ¡Y con qué ternura! ¡Cómo goza al describir la figura del Buen Pastor!»

San Josemaría, Cartas 27, n. 22.

«Si alguna se había descalabrado –como dicen allí–, si alguna se había roto una pata, se reproducía la vieja estampa: la llevaban sobre sus hombros. También he visto cómo el pastor –pastores toscos, que parece que no reúnen condiciones para la ternura– lleva entre sus brazos amorosamente un cordero recién nacido»

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Secretos de la Oración


Escrito por:

Pamela Avilés

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