EDIFICAR LA FAMILIA SOBRE ROCA
En la primera entrevista que tengo con novios que voy a casar, les digo siempre que, al final de todo, ese camino de preparación, de búsqueda de matrimonio, hay siempre al final un retiro para solteros, una despedida de solteros: ellos dos con Dios, ¡y les encanta!
He visto un montón de novios que se preparan para el matrimonio, y que al realizar sus primeros años de casados, se acuerdan especialmente de aquel retiro.
Hoy vamos a hablar sobre la importancia de la vocación en el matrimonio, la importancia de edificar la casa sobre roca, edificar la familia sobre roca.
Jesús lo dice muy claro:
«El que escucha mis palabras y las pone en práctica es como el hombre que construye su casa sobre roca. El que las escucha pero no las pone por obra. Es como el hombre que edificó su casa sobre arena»
(Mt 7, 21-29).
Te voy a decir un poquito más claro. Como nos cuenta el Evangelio de hoy según San Mateo:
«Jesús le dice a los discípulos: —No son los que me dicen, Señor, Señor, los que entrarán en el reino de los cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo».
SER HOMBRES SENSATOS
Es muy claro. Jesús lo dice clarísimo. Y sigue Jesús y dice:
«Muchos me dirán en aquel momento: —Señor, Señor, acaso no profetizamos en tu nombre? No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu nombre?
Entonces yo les manifestaré: —Jamás los conocí. Apártense de mí, ustedes los que hacen el mal. Así todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa. Pero ésta, no se derrumbó porque estaba construida sobre la roca».
Es un evangelio que a mí me encanta y que suelo usar en muchos casamientos. La importancia de edificar la casa sobre roca.
Fíjate lo que dice Jesús, porque se trata de eso, de una sensatez o insensatez. El que construyera su casa sobre roca, es el sensato, el prudente.
Dice el diccionario de la Real Academia Española: El cuerdo, el que tiene buen juicio.
Hoy por hoy vemos también a veces como muchos matrimonios se caen porque ha faltado esa prudencia, ha faltado ese pensar un poquito más, ese ser sensatos.
EL MATRIMONIO COMO UN DESAFÍO
El Papa Francisco, en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, lo dice muy claro en esos números llamados “Guía para los prometidos en el camino del matrimonio”, los puntos 205 al 216 (que te animo a leer, a buscarlo en Internet).
Quizás ya tenés ahí la exhortación apostólica a mano. Pero el Papa en aquel 2016 ya nos lo decía muy claro, porque efectivamente uno se prepara para el matrimonio desde que nace.
Y el Papa también nos animaba a eso, a ver el matrimonio como un desafío, como un estar en guardia, porque también el peligro de caer está muy claro. Ese peligro de desgastarse, ese peligro de pensar que el matrimonio es otra cosa.
Ese dejarse llevar por el individualismo o por la cultura de lo provisional, o quizá una falsa concepción de la libertad de uno y de otro.
O esa visión egoísta de la sexualidad, o incluso el olvido de sí en la familia, o el olvido de Dios en la familia. Digo el olvido de sí, porque al fin y al cabo, si Dios no está en la familia, ¿a dónde vamos?
Queremos superar las crisis y queremos también vivir ese amor matrimonial. Bueno, pensemos también a veces, si sabemos reflejar a Cristo en las cosas que hacemos.
Lo dice el Papa Francisco en una audiencia en el año 2014, que cuando un hombre y una mujer celebran el sacramento del matrimonio, Dios, por decirlo así, se refleja en ellos, imprime en ellos los propios rasgos y el carácter indeleble de su amor.
IMAGEN DEL AMOR DE DIOS
“El matrimonio, decía el Papa, y es para grabarlo a fuego, para casi tatuarselo, es para tenerlo muy claro en el matrimonio, es la imagen del amor de Dios por nosotros”.
Qué bonito ver como también esa despedida de solteros o ese amor de Dios por nosotros, se tiene que manifestar en todo momento, porque el matrimonio es un camino de santidad, es intimidad de amor entre el hombre y la mujer.
Esa alianza matrimonial del varón y la mujer, llevan a ese vivir una vida juntos, un amor que encuentra a Dios como testigo, un amor de Dios que está también presente en ese caminar juntos.
Y la Iglesia, concede tanta importancia a la presencia de Jesús en las bodas de Caná, que también quiere mostrar cómo el matrimonio es algo muy serio, que requiere también de una preparación muy seria.
El noviazgo no es algo que un tiempo perdido o un pasar etapas. Siempre es importante no quemar etapas en el noviazgo, obviamente.
Pero fíjate en la predicación de Jesús, que en muchos momentos se ve también ahí como enseña a amar, enseña a cuidar el amor, enseña a vivir enamorados.
VIVIR CON SENSATEZ
Cuando una persona quiere buscar el Reino de Dios con sensatez, como decía el Evangelio de hoy, es importante que también descubramos ese mirar lo que Dios quiere que miremos. Ese mirar también el noviazgo, el matrimonio como algo querido por Dios.
Me encanta ese ejemplo de Paquita y Tomás Alvira, un matrimonio español que está en la causa abierta de canonización, que también te animo a ver un video que hay dando vueltas en Internet: Paquita y Tomás Alvira.
Porque la verdad es que, el matrimonio fundamentado sobre Dios, es un matrimonio que sigue adelante, es un matrimonio que se cuida.
Y ahí, en las bodas de Caná, o también cuando Jesús se entrega del todo dando su amor total en el Calvario, se refleja también ese amor que Dios bendice con las dos manos, como decía san Josemaría.
Y lo dice en Es Cristo qué pasa:
“El Señor santifica y bendice el amor del marido hacia la mujer y el de la mujer hacia el marido: ha dispuesto no sólo la fusión de sus almas, sino la de sus cuerpos. Ningún cristiano, esté o no esté llamado a la matrimonio del matrimonio, puede desestimarla”
(Es Cristo que pasa, p. 24).
¡Es una gran vocación!
Vos, quizás estás casado o quizás no lo estás. Talvez estás de novio o no. Quizás tenés un compromiso con Dios, o tenés una vocación de entrega de Dios totalmente…
Yo quería hablarte sobre esa importancia de edificar la vida sobre roca. Ser sensatos.
PONER A LA VIRGEN EN NUESTRA VIDA
En el caso de los matrimonios como esposos, los consagrados como consagrados, y los célibes como célibes. Lo que importa es que también sepamos rezar los temas, sepamos poner a Dios en nuestra vida, sepamos poner a la Virgen también en nuestra vida.
Y si queremos estar cerca de Dios, estar en gracia también para escuchar los consejos del Espíritu Santo. Siempre es momento de escuchar los consejos del Espíritu Santo.
Y la oración es esencial para buscar acertar en las elecciones, acertar como Dios quiere que busquemos ese conocer lo que Dios espera de mí.
Como dice el prelado del Opus Dei:
“Pedir luz para ver y fuerza para querer. Luz para ver lo que Dios me pide, y fuerza para querer lo que estoy haciendo”.
Pedimos a Dios esa fe firme en lo que hacemos. Buscamos también que reconocer en la otra persona, una persona que también quiera ayudarte a llegar al Cielo. Dios quiere ayudarte a llegar al Cielo, obviamente, pero en el caso del matrimonio o del noviazgo, es importante que también busques una persona que te ayude a llegar al Cielo.
Necesitamos verlos también, así como una ocasión de buscar también lo que Dios te está pidiendo.
Vamos a buscar la voluntad de Dios, el eje en el cual gira nuestra vida. El eje donde Dios te está llamando.
QUE OS QUERAIS…
Quizá una despedida de solteros es una buena preparación para un matrimonio. Dios nos quiere sensatos, nos quiere muy atentos, con bases firmes, con cimientos firmes sobre roca.
Una familia sobre roca con valores. Una familia que quiere también demostrar a Dios en su vida o en tu vocación sacerdotal, o en tu vocación religiosa, en tu vocación de célibe. Dios te quiere firme sobre roca, respetando también lo que Dios te está pidiendo.
A diferencia de los que edifican sobre arena, esa arena no sirve, no permanece, se la lleva el agua.
Vamos a pedirle a la Virgen, Reina de la familia, que también nos ayude a cuidar siempre el matrimonio, a respetar también en la sociedad el matrimonio como algo muy querido por Dios.
Y como te decía san Josemaría, es algo bendecido por Dios para los casados, para el marido y la mujer, porque Dios siempre está ahí.
Hace poco se han cumplido cincuenta años del paso de san Josemaría por la tierra de Argentina, y decía él siempre:
“Que os queráis”,
que nos queramos los argentinos, que todos nos queramos como hermanos, como marido y mujer. O quizá también, que esté en la entrega para con Dios.
Se lo pedimos a Santa María para que escuche nuestra oración.
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