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P. Luis Andrés

5 min

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¡UNA MIRADA QUE ME APRUEBA!

Dice el Evangelio: “se compadecía de ellas”, la esperanza con la que Jesús nos mira.

Hoy en la Santa Misa vamos a oír el evangelio de san Mateo que dice:

“en aquel tiempo le llevaron a Jesús un endemoniado mudo y después de echar al demonio el mudo habló”.

(Mt 12, 22-23)

Nos alegra mucho Jesús oír milagros como este, porque nos confirman en Tu poder, en Tu victoria sobre el demonio y porque siempre tienen un final feliz.

El bien gana sobre el mal y esto nos da esperanza.

Por eso con esta palabra: esperanza continuamos la lectura del evangelio dice así:

“la gente decía admirada nunca se ha visto en Israel cosa igual en cambio, los fariseos decían esté hecha a los demonios con el poder del jefe de los demonios”.

(Mt 12, 23-24)

Bueno pues aquí tenemos una apreciación sobre Ti Jesús, muy contraria, es gente que al ver que y Tú ganas sobre el mal, más bien piensan que el mal está como que potenciado en Tí.

Un poco contradictorio que piensen en eso, pero así acaban de decir:

“este echa los demonios con el poder del jefe de los demonios”

(Mt 12, 24)

o sea, que todos le dicen los diablos, porque Tú eres un diablo más fuerte, es una herejía obviamente.

No no tenían esperanza en Ti, ni tampoco en sus ojos.

“Jesús recorría”

sigue diciendo el evangelio

“todas las ciudades y aldeas enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia”.

(Mt 9, 35)

Bueno aquí te vemos activo, gastándote para llevar efectivamente tu curación sobre todos los males del mundo y es todo de nuevo nos da alegría y nos lleva a confiar en Ti, Señor porque sigues activo.

TU MIRADA NOS CONOCE,  NOS ACOMPAÑA Y NOS COMPRENDE

Y termina el evangelista diciendo:

“al ver a las muchedumbres se compadeció de ellas porque estaban extenuadas y abandonadas como ovejas que no tienen pastor”

(Mt 9,36)

Esto todavía es más positivo, Jesús, porque nos están contando cómo Tú ves el mundo y cómo nos ves a cada uno de nosotros dentro del mundo y es Tu mirada, una mirada que nos conoce, nos acompaña, nos comprende y nos lleva a sentir Tu cuidado y pues también a poder recibir Tu ayuda de manera que de nosotros también se vaya yendo el mal y gané el bien con Tu ayuda.

Entonces nos queremos quedar con la mirada admirada de la gente que decía:

“Nunca se ha visto en Israel cosa igual”.

(Mt 9, 33)

La verdad no hay nadie como Tú Señor, pero es importante que para concluir que no hay nadie como Tú, pues te veamos como Tú nos ves.

 “Al ver a las muchedumbres se compadecía de ellas porque estaban extenuadas y abandonadas como ovejas que no tienen pastor”

nos ves como personas a las que ayudar, como personas a las que atender, como personas a las que hay que curar, no nos ves de una manera que desaprueba, que genera un lamento, porque ya no hay nada que hacer, no somos un enfermo terminal.

Para Ti Señor, cada uno de nosotros con nuestras circunstancias somos personas que te mueve a ayudarnos, a curarnos, a cuidarnos.

LA MIES ES MUCHA Y LOS TRABAJADORES SON POCOS

ELECCIÓN DE LOS 12 APÓSTOLES

“Entonces dijo a los discípulos la mies es abundante pero los trabajadores son pocos, rogad pues al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies”

(Mt 9, 37-38)

hay que aumentar el ejército de las personas que te ayudan a curar, a cuidar a cada uno de nosotros.

Bueno aprovechamos para pedirte que nos ayudes Señor con vocaciones, que todos en la Iglesia veamos brotar nuevos ayudantes a nuestro alrededor, que todos sintamos Tu urgencia para contar con nuestras vidas, con nuestra capacidad de querer,  con nuestra capacidad también de mirar, para sentir efectivamente que la gente pues está necesitada de Ti.

Queremos  además de saber que Tú nos miras con esa mirada afirmativa que en el fondo nos dice: ¡Tú puedes!, queremos ver a los demás con esa misma mirada afirmativa, que podamos transmitirles con Tu ayuda Señor ese mismo aliento, para que  también se levanten y sigan luchando.

TATIANA GORITCHEVÁ

TATIANA GORITCHEVÁ

Me llamaba la atención esta narración de Tatiana Goritchevá, que cuenta el ambiente duro, sin valores culturales, religiosos, ni morales qué vivió bajo el comunismo en la Unión Soviética, una sociedad que además  estaba obligada a mentir constantemente, porque no sabían si el que les estaba escuchando los podía delatar, traicionar, acusar, entonces cuenta ella de una amiga de 15 años, que a esa joven edad se quitó la vida, porque ya no era capaz de soportar ese ambiente que la rodeaba.

Y lo llamativo es que esa chica de 15 años, dejó escrita esta frase: “soy muy mala” y entonces Tatiana Goritchevá comentó esta frase diciendo, era una persona totalmente pura, que no sólo no soportaba vivir en la mentira, sino que no sabía mentir, se ahogaba sabiendo que no vivía como se debe vivir y que debía terminar escapándose del vacío del ambiente y descubrir la luz, pero no encontró otra salida.

Es alguien que de alguna manera ve que el mal gana y bueno pues efectivamente se deja llevar por esa ola.

ESPERANZA DE UN DIOS QUE LEVANTA AL CAÍDO Y LO SALVA

Tatiana Goritchevá lamenta que esa amiga suya a los 15 años, no hubiera conocido como ella conoció después, el cristianismo, nadie le había hablado de la esperanza de un Dios que puede levantar al caído y salvarlo en cualquier situación.

Entonces concluye que mi amiga murió destruida por la desesperanza.

Pues qué distinta es Tu mirada Señor y Tu mensaje.

Tú nos ves como ovejitas que no tenemos pastor, pero no te quedas eso, descalificándonos o simplemente viéndonos morir, sino que te involucras con cada uno de nosotros y nos vienes a dar precisamente la esperanza de que se puede vencer el mal con Tu ayuda de a pocos.

Ayúdanos a percibir esto Señor y que tengamos siempre muy viva, muy despierta la virtud de la esperanza con nosotros mismos y con las personas que están a nuestro alrededor.

Que veamos a los demás como Tú nos ves a cada uno de nosotros, como alguien que por supuesto que tiene remedio, por supuesto que tiene posibilidades, que somos un bien para el mundo.

Tú nos dices a cada uno: ¡Qué bueno que existas! pues que nosotros también le podamos decir esto con nuestra mirada a los demás.


Citas Utilizadas

Oseas 8, 4-7. 11-13

Salmo 113

Mateo 9, 32-38

Reflexiones

Señor, que busque siempre Tú mirada que acoge y que despierte más en mí la esperanza conmigo mismo y con los demás.

 

Predicado por:

P. Luis Andrés

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