EN MUCHAS CULTURAS SE HABLA DEL FIN DEL MUNDO
Hay muchas culturas que hablan del fin del mundo, aqui en ese continente; los mayas, los aztecas, los mayas creían que el mundo pasaría por varias eras y que cada terminaba en un cataclismo y que la actual era terminaría en un evento conocido como el fin del ciclo.
Los aztecas creían también que el mundo sería destruido por un gran terremoto y que solo unos pocos sobreviven.
En la cultura hindú por ejemplo también se cree que el mundo pasa de creación a destrucción y esos ciclos también se conocen como calpas.
En la cultura China el mundo está gobernado por el yin y el yang entonces cuando hay un desequilibrio en estas dos realidades se llega al fin del mundo.
También la cultura cristiana habla del fin del mundo, la biblia habla del apocalipsis, un evento que marca el fin de los tiempos, el juicio final.
Señor y hoy en este domingo 33 del tiempo ordinario, nos hablas del fin del mundo, del fin de los tiempos.
“En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: en aquellos días después de la gran angustia, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán”
(Mt 24, 29-31)
Estos días ha habido cosas muy duras, la Dana en Valencia, hay unas imágenes auténticamente apocalípticas; hay un video de un señor encerrado en su carro en un sótano y un río entrando con fuerza en ese sótano, yo espero que ese señor esté vivo.
Hace unos días aquí en Colombia necoclí, en el Urabá antioqueño hubo una erupción de un volcán de lodo, menos mal no hubo víctimas, es impresionante, sale lodo y de repente una erupción de fuego se produce un hongo y lo que sale es lodo.
Señor yo no sé si yo estaré aquí para el fin del mundo, el momento en que Tú vengas a juzgar a vivos y muertos, entonces continúa el evangelio de hoy:
“verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y Gloria enviará a los Ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos desde el extremo de la Tierra hasta el extremo del Cielo”.
(Mt 24, 30-36)
Bueno y si le preguntamos a Jesús: Señor ¿Cuándo será esto? Tú sabes la fecha, sabes la hora, ¿En qué momento va a ser? El evangelio dice que
“el cielo y la Tierra pasarán pero mis palabras no pasarán en cuanto al día y a la hora nadie lo conoce ni Los Ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre”.
Señor cuándo llegará el fin del mundo no lo sabemos, de lo que sí estamos seguros es que el fin del mundo llega con la muerte, con la realidad de la muerte todos en este mundo pasamos aquí y llega la muerte y el fin del mundo. Continúa el mundo venidero, el cielo, la vida eterna.
CUATRO IDEAS
Yo te quiero proponer que en este rato de oración al pensar en el fin del mundo te quiero poner cuatro ideas: la primera: “ser muy agradecidos”, la segunda: “tus palabras no pasarán”, la tercera: “no morirse sin más ni más” y la cuarta: que muramos acompañados de Jesús, José y María.
SER MUY AGRADECIDOS
Leí en estos días haciendo la oración una mañana: “todavía no os hacéis cargo del amor que Dios ha derrochado en cada uno de nosotros, no tendréis más que acabar la vida agradeciendo”, esas palabras llenan hoy nuestra alma, porque contemplamos la generosidad de Dios que ha querido volcarse con magnificencia.
Señor que yo pueda terminar la vida agradeciendo, agradeciendo, agradeciendo.
Hay personas que tienen la dicha de morir preparándose con una enfermedad larga, progresiva y tienen tiempo para preparar, tienen tiempo también para dar gracias pero si yo tuviera pocos minutos para terminar la vida en este mundo, una las últimas cosas que me gustaría decirte Señor es:
Gracias Señor por esta vida, gracias por los dones que Tú me has dado, gracias por sostenerme, por llevarme.
TUS PALABRAS NO PASARÁN
Aquí lo dice el evangelio, yo creo que esta frase nos ayuda a entender que la manera de terminar el mundo tiene que ser más existencial.
El Señor dice: el Sol se oscurecerá, las estrellas se caerán del cielo, o sea el Sol que regula el día y la Luna y las estrellas que regulan los noche, pues parece que no van a funcionar en algún momento.
Pero eso no es lo esencial, porque en la Cruz ocurre esto, en ese momento se oscurece la Tierra, El Sol deja de iluminar y la única luz en ese momento es Cristo en la Cruz.
Señor quedará lo esencial, la palabra va más allá de la muerte.
Tus palabras no pasarán, la palabra que es Cristo, no pasará.
Señor Tú nos has enseñado, qué es lo esencial, el amor.
El amor pasa más allá de la muerte, el amor supera la muerte: el cielo y la Tierra pasarán pero mis palabras no pasarán.
LO QUE QUEDA ES EL AMOR
Lo que queda en este mundo es el amor de Dios y el amor de nosotros a Dios, la relación con Dios y la relación con mis hermanos, mis hermanos, los hombres.
El fin de todo es el cielo, sí pero aquí ya no podemos vivir ya se puede experimentar aquí, el momento en el que pasamos de este mundo al Padre, de las cosas de este mundo a las cosas divinas, cuando pasamos de todo aquello que relativiza la vida, a lo que nos lanza, a lo que cuenta realmente, a lo que Dios tiene en cuenta.
Por eso saltar de lo relativo a lo absoluto es una dimensión que da más fruto y lo podemos hacer ya aquí. Señor me parece que a eso te refieres cuando Tú dices que tus palabras no pasarán.
NO MORIRSE SIN MÁS NI MÁS
La tercera idea: no morirse sin más ni más, esto quién lo dice Sancho Panza cuando el Quijote parece que se muere, Sancho le dice:
“Ay no se muera vuestra merced señor mío, sino toma mi consejo y viva muchos años porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más ni más, sin que nadie le mate,
ni otras manos le acaben, que las de la melancolía, mire no sea perezoso, sino levántese de esa cama y vámonos al campo vestidos de pastores como tenemos concertado, quizá atrás de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea».
Pues Señor en este mundo no morirse sin más ni más, hay que luchar, hay que quedar exprimidos como un limón, hay que gozarnos esta vida, disfrutarla, no podemos echarnos a perder y morirnos.
Tenemos que tener la fuerza, la vitalidad, el ánimo y las ganas de vivir, deseos de morir viejos, bien estrujados.
San Josemaría decía que exprimidos como un limón.
JUNTO A JESÚS, JOSÉ Y MARÍA
Bueno señor y finalmente: Jesús José y María,
Que yo muera como glorioso San José acompañado de Jesús y de María pronunciando estos nombres dulcísimos que espero bendecir por toda la eternidad.
Que yo muera como la Virgen Inmaculada, en la caridad más pura y con el deseo de unirme al único objeto de mis amores.
¿Cuándo llegará el fin del mundo? no lo sé, pero llegará cuando muera y quiero Señor ser muy agradecido, saber que ya en este mundo puedo pasar al Padre, no morirme sin más ni más, voy a luchar, quiero luchar, quiero pasarme la vida y quiero que en ese momento me acompañen de tu Madre, San José y Tú Señor.
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