AMOR EN MARTE
Vamos a ponernos en la presencia de Dios para hacer nuestra oración, con esa oración introductoria que solemos decir, que no sea una costumbre –como un golpeteo, un ruido–, sino algo que surge del corazón. Vamos ahí.
“Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ve que me oyes, te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía Inmaculada, san José, mi Padre y Señor, Ángel de mi Guarda, intercedan por mí”.
Mientras te dirijo esta oración, estoy viendo unas fotografías con un amigo mío que me tomé con él en Marte. Él es muy alto y yo soy un poco chaparro en las fotos se nota mucho la diferencia.
CONTIGO EN EL FUTURO
Pero bueno, escuchaste bien, nos tomamos una foto en Marte –no exactamente en Marte: era Laguna Seca, aquí cerca de Guadalajara.
Y este amigo mío, que es amigo mío desde hace muchos años desde que éramos niños, estudió Derecho y luego se dedicó al mundo del cine y es guionista y director de cine, está grabando su próxima película aquí en Guadalajara – espero que no se enoje conmigo si la espoileo un poquito porque va a salir hasta dentro de dos años.
Pero es la historia de un muchacho que está aplicando para un viaje a Marte y se gana el viaje a Marte.
Pero antes de irse a Marte con sus dos mejores amigos, conoce a una mujer –a una chica–y se enamora de ella.
Sin embargo, era su sueño irse a Marte, y entonces la deja para ir a seguir su sueño. Ya en Marte, hay algo que sucede allí. Descubre que no es el lugar donde debe estar, que todo eso es un sueño que eso no es real.
Sus dos amigos le ayudan a caer en cuenta de que está viviendo una fantasía. En cambio, sí es real aquel amor, aquella mujer que ha conocido y de la que se ha enamorado. Y sus amigos le dicen:
¡Vete por ella! Lánzate a conquistarla y hacer cualquier sacrificio por su amor.
Yo llegué al set, ahí en este lugar que te digo que se llama Laguna Seca, que la verdad es que está bastante bien ambientado –sí parece Marte porque es literal una laguna seca, es puro polvo y pusieron piedras.
UNA PELÍCULA
Estaban los tres amigos despidiéndose porque ya no se iban a volver a ver nunca más y estaban llorando a moco tendido. Yo decía: ¿Qué está pasando? Bueno Roberto, no te enojes conmigo si espoilié un poco la película. Es para que la vayan a ver!
Aprovecho para promover la película que está ahorita en las plataformas digitales, en concreto en Prime Video.
La película “Contigo en el futuro”, se estrenó el viernes pasado y está en el número uno (al menos aquí en México) en vistas – se ve que a la gente le está gustando muchísimo.
Así que a los que escuchan esta meditación, los invito a ver la película en la plataforma Prime, de Roberto Giró, que se llama “Contigo en el futuro”… y es muy bonita.
No te voy a decir de qué se trata porque ya no quiero seguir espoileando películas.
EL SACRIFICIO POR UN AMOR
Hoy en el Evangelio Pedro reprende a Jesús porque les dice a los apóstoles qué va a ser. Dice: “El hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.
Se los explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
¡Ponte detrás de mí, Satanás! Tú piensas como los hombres, no como Dios.” (Mc 8, 31-33)
El hecho es que Jesús les anuncia que va a padecer bajo los sumos sacerdotes y escribas, que va a ser ejecutado y que va a resucitar. Pero Pedro solo se queda con la parte negativa, con el sacrificio, con la ejecución.
Claro, seguramente podemos imaginar que Pedro en cuanto escuchó eso ya no escuchó lo último que era lo más importante: que iba a resucitar Jesús a los tres días. Y Pedro se deja llevar de su pasión –como era Pedro, muy apasionado-, y se siente con autoridad de increpar al Señor.
Pero Tú Señor, lo pones en su lugar y le dices: -Ubícate. No sabes lo que estás diciendo. Este sacrificio es muy bueno para mostrar el amor más grande.
Yo quisiera relacionar lo que te conté de la película de este hombre que se va de Marte a buscar al amor de su vida y dejar las ilusiones y las fantasías para, con mucho sacrificio, ir a buscar lo que sí que es real que es el amor.
Pero el amor real tiene sus raíces en forma de cruz. Y, sin embargo, no podemos olvidar que el anuncio que hace Jesús de su pasión va acompañado de la resurrección.
LA CRUZ SILENCIOSA FUENTE DE PAZ
Hay una editorial en la página del Opus Dei que se llama: “Se os alegrará el corazón: El sentido cristiano del sacrificio (II)” que te recomiendo muchísimo leerla. Está muy buena, y la idea de fondo es esta misma: los cristianos no somos masoquistas.
Los cristianos vivimos el sacrificio, hacemos mortificaciones corporales que nos ayuden a desprendernos del egoísmo para poder amar más y mejor a los demás. Habla este editorial del ayuno, pero no de ese ayuno así mínimo que pide la Iglesia, sino hace incluso algunas recomendaciones.recomendaciones.
Dice: “Con tal de que las escojamos de corazón, y no por un frío sentido del deber, todas estas formas de ayuno nos hacen más libres, libres para amar.
Un ayuno digital intermitente, por ejemplo, por el que dejamos de lado el celular en algunos momentos del día, nos permite mejorar nuestras relaciones interpersonales y sostener conversaciones más auténticas, a salvo de distracciones que intoxican.”
CORAZÓN ABIERTO
A mí me gustó muchísimo cuando al final, explica esta editorial, que no nos mortificamos porque nos hacemos las víctimas. Lo hacemos porque queremos parecernos al “corazón de Cristo que es un corazón traspasado, completamente abierto”.
Explica cómo san Josemaría enfatizaba el valor positivo del sacrificio que se hace por amor, señalándolo incluso como fuente de paz y de alegría. Y cita un punto de un libro de san Josemaría que se me hizo fantástico y te lo quiero leer. Dice: “¡Sacrificio, sacrificio! – Es verdad que seguir a Jesucristo –lo ha dicho Él– es llevar la cruz.
Pero no me gusta oír a las almas que aman al Señor hablar tanto de cruces y de renuncias: porque cuando hay Amor, el sacrificio es gustoso –aunque cueste– y la cruz es la Santa Cruz.
El alma que sabe amar y entregarse así, se colma de alegría y de paz. Entonces, ¿por qué insistir en ‘sacrificio’, como buscando consuelo, si la cruz de Cristo –que es tu vida– te hace feliz?”
(San Josemaría, Surco n. 249).
UN AMOR GRANDE
Se nos terminó el tiempo y yo te dejo con todas estas tareas: ver una película, leer una editorial y sobre todo dejar unos minutitos en silencio después de esta pequeña meditación para que tú platiques con Jesús sobre la maravilla del sacrificio escondido y silencioso que hace la vida alegre a los demás.
De lo que te une al corazón de Cristo porque te identifica con Él y porque ese sacrificio siempre termina en resurrección, en vida, en amor grande.
Madre mía, ayúdanos a entender la profundidad que tiene el sentido del sacrificio cristiano, a no malinterpretar esas palabras de Jesús y de la Iglesia cuando nos invitan a buscar la mortificación como algo malo, sino todo lo contrario.
De como lo mejor que nos puede pasar para liberarnos del egoísmo, de la vanidad, de la sensualidad y sobre todo para levantar la mirada, abrir grandes los ojos y poder estar más cerca de esas personas que Tú has puesto a nuestro lado.
Deja una respuesta