Para Comenzar
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Con la intercesión de la Santísima Virgen María, de su esposo San José y de nuestros ángeles de la Guarda, vamos a meditar en la presencia de Dios lo que pasó en los días anteriores al nacimiento del Niño Jesús. Que el Espíritu Santo nos ilumine y nos fortalezca para que esta novena de Navidad, con su propósito de mejora diario, nos haga parecernos un poco más a la Sagrada Familia.
Un Cántico Nuevo
María canta mientras prepara las cosas necesarias para el viaje.
José va de lado a lado, intenta que la Virgen no se canse, ha salido para ver si se pueden sumar a una Caravana que baje a Jerusalén, Belén está a 9 kilómetros de la Ciudad Santa.
Seguro que desde Jerusalén encontrarán otro grupo. José quiere que todo vaya bien, que la Virgen no se canse… el canto de la Virgen le da mucha serenidad y también le alegra el corazón.
María lo ha contagiado con la ilusión del nacimiento del Mesías en Belén.
Cantar es expresión de alegría, es propio de los enamorados.
Los villancicos que cantamos en estas fechas nos alegran y nos ayudan a contemplar el misterio de un Dios que se hace Niño, nos hace ilusión cantarle bailarle, para ver la sonrisa de Dios.
Los salmos son oraciones que se cantaban y en uno de ellos se nos anima a cantar al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
El Señor «se ha acordado de su amor y su lealtad para con la casa de Israel. Todos los confines de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
¡Aclamad al Señor, toda la tierra, estallad, gritad de gozo y salmodiad! Salmodiad para el Señor con la cítara, con la cítara y al son de la salmodia; con las trompetas y al son del cuerno aclamad ante la faz del rey (Sal 98, 1.3-6)
San Agustín nos dice:
“Cantad con vuestra voz, cantad con vuestro corazón, cantad con vuestra boca, cantad con vuestras costumbres: Cantad al Señor un cántico nuevo. ¿Preguntáis qué es lo que vais a cantar de aquel a quién amáis? Porque sin duda queréis cantar en honor de aquel a quien amáis: preguntáis qué alabanzas vais a cantar de él. Ya lo habéis oído: Cantad al Señor un cántico nuevo. ¿Preguntáis qué alabanzas debéis cantar? Resuene su alabanza en la asamblea de los fieles.
La alabanza del canto reside en el mismo cantor. ¿Queréis rendir alabanzas a Dios? Sed vosotros mismos el canto que vais a cantar. Vosotros mismos seréis su alabanza, si vivís santamente” (Sermón 34).
Así es el canto de la Virgen, su vida de entrega, su sonrisa para san José, cuidar los detalles al doblar los pañales, hacer la lista de los víveres para el viaje.
Oración Final
Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Después repiten todos juntos tres veces: Jesús, José y María. Os doy el corazón y el alma mía.
Villancico
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