Ella es cofundadora y codirectora con su esposo Mike Byrd de David’s Educational Opportunity Fund , organización que brinda apoyo integral a estudiantes universitarios de bajos recursos en Quito, Ecuador, honrando así la vida de su hijo David Bird Felker,
Margaret viajó a esta región para buscarlo pero nunca lo encontró.
Un día, en medio de su dolor, entró a una capilla en la Amazonía y en ella se topó con la siguiente frase:
“Venid a mí los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”.
En esos días yo andaba siempre fatigada y angustiada. Ahí encontré mi hogar, dijo durante el 53° Congreso Internacional Eucarístico, ‘Fraternidad para sanar el mundo’, en Ecuador.
En honor a su hijo, empezó a ayudar a jóvenes sin recursos para que puedan educarse, cambiar su vida y la de los que los rodean.
Mi trabajo en mi fundación me llena la vida con un propósito, me da sentido. Ahora tengo una familia de más de 40 hijos e hijas y nietos y nietas.
Por último nos dejó con este increíble mensaje:
Hay que dar apertura a Dios sin dictarle cómo debe responder. Nunca hubiera pedido a Dios que me de amor infinito para compartir con otros. Nada más quería ver la cara de mi hijo. Solo le pedía eso.
En un momento Margaret escribió en su diario que era como una niña esperando un solo regalo. Pero en su fiesta sus papás no le compraron ese regalo, pero le compraron otros regalos que nunca se le hubiera ocurrido recibir. Dios es muy creativo. No se pierdan la esperanza, porque la creatividad del espíritu es infinita y formidable.