LLEVAR LA LUZ DEL EVANGELIO
El otro día leí un pequeño párrafo y me quedé con esta idea que te quiero proponer para hacer este rato de oración: Tenemos la oportunidad de iluminar el mundo con el espíritu y la doctrina del Evangelio, acompañando a quienes nos rodean hacia el encuentro con Jesucristo.
Y eso es lo que Jesús, yo he tenido en la cabeza y el corazón en estas horas, estos días, quizá esta última semana quizá y me he quedado con una de esas frases.
En esa frase, en esas pocas palabras, me quedé con la palabra acompañando, acompañar.
LAS PERSONAS QUE NOS ACOMPAÑAN
Hay muchas personas que nos acompañan; papá, mamá, hermanos, profesores, amigos, esposos, los hijos.
En el mundo caminamos con gente que permanentemente nos está acompañando, tenemos muchos acompañantes, muchas personas que nos acompañan.
Yo he estado rezando porque claro, yo soy un sacerdote, Que actualmente soy capellán en un colegio y que tengo, pues hay muchas alumnas y muchas familias. ¿Y cuál es mi tarea? ¿Cuál es mi papel? Pues es que esté aquí, acompañar, acompañar, iluminando el mundo con el espíritu y la doctrina del Evangelio.
CONOCER EL EVANGELIO
Tenemos que conocer más el Evangelio, yo tengo que conocerte más a Ti, Señor, en el Evangelio, porque así podré llevarte a la gente a tus pies, que te conozcan a Ti.
BENDICIÓN DE VIAJE
Que puedan encontrarse con Jesucristo. No conmigo, no, con Jesucristo.
Y esto, la verdad lo he unido también, muchas veces me piden la bendición de viaje También como sacerdote, yo aprendí una fórmula, desde hace muchos años que dice así:
Por la Bienaventurada Virgen María que tengas buen viaje, que el Señor esté en tu camino y sus Ángeles te acompañen en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fíjate: Jesucristo y los Ángeles te acompañen, por la Bienaventurada Virgen María, o sea, la Virgen y Los Ángeles, Jesucristo.
Esa es la compañía, Señor, que necesitamos siempre que Tú nos la concedes, nosotros todos los días estamos acompañados por Jesús, los Ángeles y la Virgen, pero al final también se dice en esa fórmula: San Rafael, Ruega por nosotros y algunas personas, curiosamente, responden, San Rafael llévanos con bien.
Entonces fui a averiguar un poquito la historia de por qué ella acude a San Rafael para pedirle que también nos acompañe en el viaje.
SAN RAFAEL
San Rafael es un buen acompañante, en la Sagrada Escritura aparece el Arcángel San Rafael cuando Tobías, joven, aún se disponía a emprender un largo viaje.
Y entonces va y están en búsqueda de alguien que le acompañe y se encuentra a un tal Rafael, que era un arcángel, pero no lo sabía, al principio Tobías no supo quién era su compañero pero a lo largo del camino tuvo ocasión como de experimentar su protección, como que se sentía protegido.
En ese camino, llegan de Raquel o Raguel, lo que se traduciría después como Raquel, pero en la escritura aparece Raguel, que tiene una hija que es Sara, con quién se casa Tobías después con Sara.
Entonces el viaje como que va bien, verdad.
Bueno, ahí tiene que interceder porque Sara pues se ve que había un espíritu maligno que la estaba ahí atormentando, entonces tiene que liberar a Sara también de ese espíritu maligno, después cura a Tobías, padre, de su ceguera. Por eso también al arcángel San Rafael se le venera como patrono de los caminantes y de los enfermos, porque también cura a Tobías, padre.
Y claro, cuando ya está terminando el viaje, el Arcángel descubre su identidad: Yo soy Rafael, uno de los siete Ángeles que presentamos las oraciones de los justos y tienen entrada ante la Majestad del Santo.
¡Tremendo! Señor, No se da cuenta de que el que ha estado ahí al lado de un Ángel, no le parece, ahí caminando en la vida, transitando por esta vida, por este valle de lágrimas.
ÁNGELES
Que uno se de cuenta de que lo ha estado guiando un ángel, acompañando un ángel. Y claro, en este mundo tenemos muchos Ángeles, ahí he mencionado a algunos, papá y mamá, los hermanos, compañeros, amigos, yo he pensado, por ejemplo, en las personas que a mí me acercaron a Jesús, me acercaron a Ti, Señor, que me enseñaron a rezar, que me enseñaron a hacer oración.
Son ángeles realmente de verdad, porque me acercaron a Tí, me llevaron a conocerte a Ti con la luz del Evangelio.
ACERCAR ALMAS A TÍ
Esa es una tarea que tenemos todos los cristianos, acercar a muchas personas a Jesucristo con la luz del Evangelio, dando luz, iluminando.
Tenemos que dar gracias a todos los que nos han abierto ese camino y nada se pierde, absolutamente nada se pierde.
Hay papás que me dicen, no padre, mire de mis 5 hijos, pues este está lejos, este no reza y yo digo: tranquilo, usted estoy cerquita con mucho cariño, no le eche cantaleta, no le reproche nada, acompáñelo, esté ahí presente, acompañar y que se note que vos estás contento, que estás alegre, que tienes una luz especial.
Si es inteligente, va a descubrir que esa luz, es la luz de Jesucristo, la luz de la fe, la luz de sentirse amado y acompañado por Jesús.
Nada se pierde, del cariño, del amor, del servicio, del buen ejemplo, no se pierde, eso no se pierde.
REZAR POR LOS QUE NOS RODEAN
Y así podemos acompañar a tantas personas, a tantas almas, a tantos amigos nuestros que necesitan nuestra compañía, nuestro cariño, nuestro ejemplo, también nuestra oración, porque mientras los vamos acompañando y respetando su libertad, vamos rezando por ellos.
Rezamos por ellos, los encomendamos.
Bueno, Rafael también condujo a Tobías para que finalmente llegara castamente hasta su camino, hasta casarse con Sara.
También es bonito encomendar a San Rafael ese camino que emprenden los novios o un hijo, o una hija que puede estar ya camino de buscar un novio, un esposo o una esposa, encomendarse también a San Rafael.
Jesús, acompañar, guiar, ir por delante llevando una luz, pero sin atropellar, sin imponer nada, con mucha delicadeza, respetando mucho la libertad.
Ayúdanos, Señor, a hacer esos buenos acompañantes, esos buenos caminantes, esos buenos compañeros de travesía, formar a otros con la amistad y para la amistad.
LA AMISTAD
Qué importante es la amistad.
Mira, te leo también unas letras de San Josemaría sobre la amistad: y puntualmente, sobre anunciar el Evangelio en medio del Mundo, San Josemaría decía:
“Habéis de acercar a las almas a Dios con la palabra conveniente que despierta horizontes de apostolado, con el consejo discreto que ayuda a enfocar cristianamente un problema, con la conversación amable que enseña a vivir la caridad”.
Fíjate qué tres puntos concretos propone: palabra conveniente, consejo discreto, conversación amable.
Vamos a pensarlo, yo te propongo que lo pienses, que lo lleves a tu oración, que lo converses con Jesús, Señor, yo con mis amigos, con mis hijos, con mi esposa, con este colega de trabajo, ¿Tengo alguna palabra conveniente?, ¿Tengo un consejo discreto?, ¿Tengo una conversación amable?
Así se transforma, así se acompaña y así podremos iluminar el mundo con el espíritu y la doctrina del Evangelio, que es como comenzamos esta oración.
Vamos a pedírselo a la Virgen, vamos a pedirselo a Nuestra Madre que nos conduzca también con su delicadeza, con su mirada de Madre, que podamos con nuestro modo de ser, con nuestra caridad auténtica, acercar muchos a su Hijo Jesucristo, llenándoles de la luz del Evangelio.