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BERNABÉ, APÓSTOL Y “HEADHUNTER”

Bernabé

El capítulo 11 de los Hechos de los Apóstoles nos habla del nacimiento de la Iglesia de Antioquía.  Una comunidad, de las primeras de todas, en donde hubo un enorme crecimiento. Allí fue donde a los seguidores de Cristo se les empezó a llamar cristianos.

Esta Comunidad empieza a crecer porque se habían dispersado después de la muerte de Esteban y muchos judíos habían ido a otras ciudades de los alrededores. En Antioquía se produce esta explosión donde realmente había mucha fe. Este crecimiento llega a oídos de los apóstoles en Jerusalén

y deciden enviar a Antioquía a un hombre que se llamaba Bernabé.

Bernabé, dice los Hechos de los Apóstoles, era un hombre bueno, justo, un hombre además generoso. Él había vendido un campo y había puesto el producto de la venta del campo a disposición de los apóstoles. Era un hombre que al llegar a Antioquía se alegró muchísimo, y al ver esa enorme cantidad de gente decide acudir a la ayuda de Saulo.

BERNABÉ Y SAULO

Saulo que se había convertido camino de Damasco, que había sido un perseguidor de los cristianos. Él lo había llevado a Jerusalén, Bernabé, porque quería presentárselo a los apóstoles. Quería que los apóstoles lo conocieran, que supieran lo que Saulo había hecho en Damasco después de su conversión.

Los cristianos desconfiaban un poco de Saulo y terminó yéndose a Tarso, a su ciudad de origen, donde estuvo durante un tiempo predicando. Cuando Bernabé llega a Antioquía, va a buscar a Saulo. Y poco tiempo después, los apóstoles en Jerusalén le piden que Bernabé y Pablo salgan a hacer un primer viaje Apostólico. Ellos llevan a Juan Marcos.

Juan Marcos era un sobrino de Bernabé, que en un primer momento se embarcó junto con ellos y los acompañó durante un trecho en ese primer viaje. Pero llegando a Perge de Panfilia y habiendo visto lo difícil que era todo ese tema y lo peligroso que era predicar el nombre de Cristo y todos los riesgos que traía consigo ese empeño, decidió volverse a Jerusalén.

CAZATALENTOS

Esta decisión de Marcos, realmente a Saulo no le gustó demasiado.  Hubo después un segundo viaje, en el cual Pablo invita a Bernabé. Entonces Bernabé decide invitar a Marcos, cosa que a Pablo no le gustó absolutamente nada. Entonces Pablo terminó diciendo, si va Marcos yo no voy. Y Bernabé terminó diciendo, si Marcos no va, yo no voy.

Dicen los Hechos de los Apóstoles que se suscitó una gran discordia, un gran desencuentro entre estos dos grandes santos,  Bernabé y Pablo. Fíjense como también los santos, a veces tienen sus dificultades entre ellos. Bernabé era el que había promovido a San Pablo. Por eso a mí me gusta decir que él era un “headhunter”.

El “headhunter» es el que va buscando grandes cabezas, cabezas importantes. Gente que tenga la capacidad de liderar un proyecto, de tener un puesto de responsabilidad en una empresa. Y esta era quizás la característica de Bernabé. Bernabé es un nombre que se juega por Saulo.  Saulo, hombre controvertido, discutido, temido.

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

¿Qué hace Bernabé? Bernabé se juega por Saulo. Aquel hombre que había estado en contra de Cristo, que perseguía a los cristianos. Bueno, Bernabé le puso la ficha. Bernabé dijo, yo por este hombre me juego. Y eso lo va a volver a hacer, en contra del gran Pablo.

A pesar de que la figura de Pablo seguía creciendo, Bernabé seguía teniendo su carácter y seguía defendiendo aquellas personas en las cuales él veía que merecían una segunda oportunidad. Pablo merecía una segunda oportunidad, Bernabé se jugó por él. Marcos merecía una segunda oportunidad y Bernabé se jugó por Marcos.

Qué bueno, que se haya jugado de esa manera. Hasta tal punto de que si había que pelearse con alguien y había que pelearse con el mismísimo Pablo, él estaba dispuesto a hacerlo porque él sigue su conciencia. Y su conciencia le dice que tenía que darle una nueva oportunidad a este hombre.

De hecho, no existen muchos evangelistas, solamente cuatro personas en la historia de la humanidad, han relatado por una inspiración divina la vida de Jesús. Marcos es uno de ellos, de manera tal que Bernabé se jugó por Marcos y acertó. Que interesante es esto porque ya no es por casualidad que Bernabé consigue estos resultados.

DESCUBRIR LAS CUALIDADES

Era un hombre bueno, comprensivo, que sabía meterse dentro del fondo del corazón de cada una de las personas. No es que él fuera un profeta, él no sabía cómo iba a terminar la historia, pero sabía que esas dos personas merecían que los apoyara. Qué importante es porque cuando las personas ya triunfaron, uno dice, era un genio total… Pero esas personas que terminan triunfando, que terminan teniendo una enorme trayectoria, no siempre fueron así, no siempre estuvieron en el podio, no siempre fueron triunfadores.

Me gusta mucho la historia que cuenta el cardenal Newman, acerca de cuando él era un chico joven y siempre recuerda cómo recibió el apoyo de uno de sus profesores, cuyo nombre no me atrevo a pronunciar porque pronuncio mal el inglés, no sé inglés.

Newman habla de esta persona que para él. Dice: “fue como un padre. Cuando mis pasos eran inciertos, cuando yo era todavía joven y no sabía muy bien qué era lo que yo tenía que hacer. Este hombre, como un padre, me tomó de la mano, me guió, me condujo, me instruyó, confió en mí, me sostuvo”.

Qué bueno que es esto porque a veces puede ser que nosotros no seamos grandes personas o no tengamos demasiadas cualidades, pero qué importante que es saber descubrir a los que sí la tienen.

DELANTE DE NOSOTROS

Hace unos años, hablando sobre un empresario conocido, alguien decía, fulanito de tal no es muy inteligente; lo que hace fulanito de tal es rodearse de personas inteligentes. Y mi comentario fue inmediatamente, eso es ser inteligente.

Aunque nosotros no tengamos demasiadas luces, muchas veces Dios nos pone delante de personas a las que nosotros realmente podemos promover, apoyar, ayudar a que confíen en sí mismos, a que sepan que tienen por delante cosas importantes para hacer.

De hecho, el mismo Pablo termina reconociendo al final de su vida que Marcos le resultaba muy útil. Y Marcos terminó recogiendo toda la predicación de San Pedro. San Pedro lo llamaba, Marcos mi hijo querido.

De manera tal que nosotros tenemos también, a lo largo de nuestra vida, esas posibilidades de encontrarnos con personas de ayudarlas,  potenciarlas para que ellos puedan también, con sus capacidades, servir al Señor.

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