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MI DISFRAZ PARA HOY

disfraz

Llegó el día de Halloween, este día que muchos lo esperan y especialmente los niños. Y la verdad es que yo también estoy un poco inquieto. Estaba pensando, te confieso, en mi disfraz para hoy. ¿Qué disfraz me voy a poner hoy en la noche?

UNA GRAN CELEBRACIÓN

A lo largo de los años, he escuchado muchas cosas acerca de esta celebración. Tantas que la verdad, es que no sé cuál de ellas creer. 

Unas personas dicen que era una fiesta de los celtas, otras hablan que era una fiesta originada por los vikingos, pero no lo sé… 

Y lo que sí sé es que muchas personas, algunas se acercan preocupadas porque esta celebración al tener un origen pagano, pues se plantean si los católicos deberíamos participar o no en esta y en circunstancias similares. 

Te quería contar que, hace unos días fui a cenar a casa de unos amigos que viven en un fraccionamiento, un lugar cerrado, privado.

Y al entrar me encontré con un verdadero espectáculo de luces y colores en las fachadas de las casas. Era sorprendente la decoración que habían puesto en las diferentes casas de ahí. 

Calabazas por todos lados, algunas calacas por ahí colgadas, brujas, telarañas… Y me llamó especialmente la atención, pues unas tarántulas gigantes que estaban por ahí en los jardines exteriores de las casas. 

Estos amigos me contaron que en ahí en el fraccionamiento, es tradicional que el día 31 de octubre, es decir hoy en la tarde, al atardecer, al oscurecer, se cierran las puertas de la entrada al fraccionamiento y no pueden entrar ni salir los coches.

Porque es el momento para que los niños puedan ir y venir por todo el fraccionamiento sin ningún riesgo. Y van de casa en casa pidiendo dulces. Típico, pues ¿a quién no le gustan los dulces? 

¿CUÁL SERÁ MI DISFRAZ?

Esos adornos que me sorprendieron en las casas de ese fraccionamiento y que también están presentes en diferentes partes de la ciudad. 

En los lugares públicos, privados, fachadas de las casas, comercios, edificios de oficinas e incluso me ha tocado verlos también en algunos colegios. 

Tantos adornos por aquí, por allá, y admito que me hacen sentir como que me estoy quedando fuera… Porque yo no tengo nada puesto de eso. 

Y estaba haciendo memoria este año, ¿dónde fue o cuándo fue el primer adorno de Halloween que me tocó ver? 

Y recuerdo que fue en un supermercado. Iba a hacer unas compras para unas cosas que necesitaba; y al acercarme, se vino una dependiente del supermercado. 

Una empleada que me vio vestido de sacerdote, se acercó y me dijo: —Padre, yo soy católica y la verdad es que me causa un poco de conflicto, porque me han pedido que yo me encargue de montar los exhibidores con todos los productos de temporada…

Ahí estaban las pilas de calabazas, adornos, disfraces y muchos dulces. Todo esto se me viene a la cabeza y al corazón, y me pongo a pensar de verdad: ¿Cuál va a ser mi disfraz para esta noche

Ya sé, seguramente te estás un poco desconcertado porque se supone que estamos haciendo nuestra oración y llevo yo varios minutos contándote puros recuerdos y puras cosas en torno a esta fiesta del Halloween. 

LOS SACRAMENTOS

Bueno, podrá ser desconcertante, pero no podemos olvidar aquello que nos dice el Catecismo de la Iglesia, en el capítulo 4º, en la parte 4ª.

Hay una parte donde se habla de las fuentes de la oración, y una de las fuentes de la oración se titula “El hoy”. Es decir, lo que me ha sucedido en mi día, lo que llevo en el corazón. 

Y dice el Catecismo:

“… que aprendamos a orar en ciertos momentos escuchando la Palabra del Señor y participando en su misterio pascual”.

Es decir, en los sacramentos. 

Pero en todo tiempo, en los acontecimientos de cada día, su Espíritu se nos ofrece para que brote la oración

Pues yo estoy haciendo este rato de oración, pensando en todo esto que te estoy diciendo y creo que es bueno que lo hagamos.

Así también nos invita el Catecismo, a que llevemos todas estas cosas del día a día, nuestra oración, para que el Espíritu de Dios también se haga presente, se pueda impregnar en las cosas cotidianas y en las realidades cotidianas de cada uno de nosotros. 

SER LUZ DEL MUNDO

Así que yo en este momento, pues también aprovecho para pedirle al Señor: ‘Te pido a ti, Señor, que me ilumines para poder discernir bien y atinar en esta preocupación, porque no quiero hacer el ridículo esta noche, no quiero quedarme fuera de la jugada, quiero hacer lo que lo que más convenga’. 

Y me vienen a la memoria también, mientras platicamos de esto con el Señor, aquellas palabras del Evangelio:

«Ustedes son la luz del mundo». 

Jesús nos plantea a nosotros, que seamos la luz del mundo, que vayamos a llevar esa luz a todas las naciones. 

El Señor nos lo pide y nos invita a que reflejemos con nuestras acciones, con nuestra presencia en el mundo esa luz de Él. Que lo llevemos en nuestros corazones. 

Y pienso que una vida coherente, evita que esa luz se apague. Evita participar en actividades que oscurecen o que distorsionan esa luz que llevamos dentro, ese mensaje de Dios. 

Y en esos adornos, disfraces, en toda la temática en torno al Halloween, yo veo un poco más de oscuridad que de luz. 

Por lo tanto, a mí me hace plantearme si eso es lo que me pide Jesús, que esté ahí metido, que me involucre de esa manera…

Porque decíamos que Tú, Señor, nos pides la luz. Cuando, en cambio, esta realidad, este festejo, nos lleva a la oscuridad. 

Vemos esos disfraces -que la verdad es que no inspiran la paz- como Tú, Señor, que sí que la inspiras. 

En cambio, esos disfraces grotescos, perturbadores en realidad, me quitan la paz. 

CELEBRAR Y COMPARTIR

Sinceramente, yo creo que no está mal que me gusten los dulces y a mucha gente les gusta. Tampoco veo mal con malos ojos que se vaya por casas pidiendo esos dulces. 

Tampoco está mal que se organice una fiesta donde todos los niños salgan con un buen puñado de caramelos para llevarse a casa. Y junto con esos caramelos, pues también una cita con el dentista para curar todas esas caries que se van a ocasionar. 

Y esto me pone a pensar en torno a la fiesta que decimos que se celebra el Halloween y la fiesta de los dulces. Yo creo que no son cosas malas, al contrario, son cosas muy buenas. ¡Hay que celebrar, hay que compartir!

Sin embargo, aquí lo que a mí en lo personal me mete un poquito de ruido con esto, es que pienso que la oscuridad, la temática que nos propone esta fiesta, es una temática que oculta esa luz que el Señor nos ha dado. 

Más bien, yo me preocuparía o me preguntaría pues ¿qué puedo hacer para que esa luz brille? 

Y más que ir por ahí, por la vida con disfraces que provocan terror en las personas, yo me animaría a ir con un disfraz que provoque esperanza en las almas, que inspire paz, que lleve la luz a todos los hombres. 

REVESTIRNOS DE JESÚS

La Iglesia por eso, se empeña también en que tengamos muchas fiestas, muchas celebraciones, donde brilla la luz de Cristo. 

Y yo te animaría a que pensemos entonces, en el mejor disfraz que podemos usar para esta fiesta. 

Y resuenan en mis oídos las palabras que san Pablo dirige a los romanos:

«Revístanse del Señor Jesucristo». 

Y con esto ya me da luces sobre cuál debería ser mi disfraz para hoy, y no solo para hoy, sino para todos los días, revestirme de mi Señor Jesucristo, Imitar la vida de Cristo. 

Yo creo que podemos aprovechar el día de hoy para pensar en esto y buscar no sólo un disfraz, porque el disfraz es algo que se pone encima. 

Más bien busquemos, que no necesitemos ese disfraz, sino que hagamos nuestra la vida de Cristo. 

Y que aprovechando que hoy queremos llevar esa luz a todos los lugares, pues hagamos el propósito firme de llenarnos de Cristo para ir iluminando, no solo el día de hoy, sino ir iluminando el mundo todos los días de nuestra vida. 

Pidámosle a la Virgen María que nos ayude. Ella, que es quien más conoce a su Hijo Jesús, porque vivió literalmente toda la vida junto a Él. 

Que nos ayude a que nosotros le conozcamos, para que podamos hacerlo parte de nuestra vida.

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