“Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al elegirlos, yo los he separado del mundo”
(Jn 15, 18-19).
Estas palabras que nos dices Jesús en el evangelio de hoy, nos muestras el mundo como algo malo. Y en el Evangelio de san Juan aparece el mundo como enemigo de Dios. ¿Quiénes son los enemigos? El mundo, el demonio y la carne. Como realidades que no quieren saber nada de Dios, que se oponen a Él, que quieren explicarse a sí mismas, al margen de Dios. Y eso es lo que está mal.
Porque todo salió de Tu mano, Señor. Tú eres el Creador de todo, y todas las cosas encuentran motivo, razón, peso, y sentido frente a Ti.
Yo cuando me siento perdido, cuando me siento triste, cuando me siento enojado, si estoy confundido, es porque no te estoy mirando a Ti. Es que me quiero medir de acuerdo con otra realidad. Y lo que tengo que hacer es mirarte a Ti, que Tú eres la luz, porque Tú eres quien me ha creado, y Tú eres mi destino.
TÚ ME MIRAS… TÚ ME LLAMAS
Pues el mundo, cuando quiere explicarse a sí mismo al margen de Dios, pues se convierte en enemigo de Dios. Sin embargo, Tu Señor, has amado al mundo.
“Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su único Hijo, para que todo el que cree en Él tenga vida eterna”
(Jn 3, 16).
Y esa fe, Tú quieres que llegue a muchísima gente a través de esos apóstoles que escogiste. Al elegirlos, los has separado del mundo. Y les hablas a los apóstoles de las dificultades que encontrarán. Nos hablas también a nosotros de las dificultades que encontraremos, porque también nos has elegido al darnos la fe, al recibir el bautismo.
Pues es una elección de Dios. Tú me has mirado a mí y has llamado por mi nombre. Y quieres que sea como los apóstoles, alguien que en el mundo se encuentra con dificultades, pero que dá la luz, comunica la luz de Dios.
VIRGEN DE LUJÁN
Hoy celebramos a la Virgen de Luján, patrona de Argentina, Paraguay y Uruguay. Leí un poco su historia, y me llamó la atención algunas cosas.
Sucede a inicios del siglo XVII cuando Antonio Farías, un hacendado portugués radicado en Sumampa, quiere erigir una estancia, una capilla en honor de la Virgen. Y le pidió a un amigo suyo, -también portugués que vivía en Brasil-, le enviara una imagen de la Inmaculada Concepción de María. Y este hombre le envió dos. Tú me pides una, yo te mando dos para que escojas.
Y cuando iba de camino, estas dos imágenes guardadas en sendos baúles, transportados en una carreta, llegaron a un lugar donde pernoctaron.
Al día siguiente, cuando quisieron retomar el camino, pues la carreta no se movía, se quedaba fija en un lugar; y trataron de avanzar, avanzar, avanzar, y no avanzaban nada… hasta que bajaron uno de los baúles. Entonces la carreta avanzó ligera.
EN ESTE PRECISO LUGAR…
Abrieron el baúl y encontraron la imagen de la Virgen, una pequeña imagen de arcilla cocida de unos treinta y ocho centímetros de altura.
Los creyentes interpretaron el hecho como providencial, y entregaron la imagen para su custodia a don Rosendo de Trigueros, el dueño de la casa ubicada en la localidad de Zelaya. Y ahí estuvo la imagen mucho tiempo.
Le hicieron una capilla en el lugar del milagro (así le llaman ahí), y ya después de que murió este señor que la custodiaba, -don Rosendo Trigueros- la quisieron trasladar a otro lugar.
Una señora dijo: -Yo voy a hacer una capilla muy bonita. Por favor, cédanmela. Y se la cedieron. Se la llevó a otro lugar.
Pero al día siguiente la Virgen no estaba en su nueva casa. Y vieron que estaba en el lugar del milagro: en su lugar original. En este preciso lugar.
Pensaron que el custodio que cuidaba ese lugar se la había llevado. Lo amarraron y se llevaron a la Virgen a otro lugar. Eran las usanzas de la época. Y así sucedió varias veces. Así la Virgen volvía al lugar original.
¿Por qué? Pues no sabemos. Bueno, yo no lo sé. Hay un designio, una decisión de la Virgen de estar en ese lugar. Ya después se quedó en su lugar actual.
VIRGEN DEL ROBLE
Me recordaba mucho también de la historia de la Virgen del Roble, patrona de Monterrey, ciudad donde yo vivo, al norte de México.
Aquí es la patrona, la Virgen del Roble -una imagen también pequeñita-, que a finales del siglo XVI fue depositada en el cuenco de un roble.
Un misionero que llegó a estas tierras la puso ahí para protegerla de las tribus salvajes que andaban por ahí. Ya después de varios años, la imagen se quedó ahí, perdida.
Una pastorcita que andaba por ahí con su rebaño escuchó que alguien pronunciaba su nombre con mucha dulzura. Se acercó donde escuchaba que venía el sonido, donde también se expedía un delicioso aroma y una suave luz. Y encontró esta imagen. Fue de gran alegría para ella, que lo contó a todo mundo.
Entonces fueron por la imagen y la llevaron a la parroquia. Y allí en la parroquia, pues la celebraron, le rezaron y le dispusieron un lugar muy bonito.
Al día siguiente la gente fue temprano a la parroquia para verla. Y la imagen no estaba. ¿Y dónde estaba la Virgen? ¡Pues había vuelto al cuenco del roble! Entonces dijeron: ¡Qué raro! Alguien la trajo, y otro lo volvió a meter en la parroquia. Y así a la mañana siguiente no estaba. Estaba otra vez en el árbol… y así por varias veces. Hasta que entendieron que la Virgen quería quedarse en el árbol.
Le prometieron a la Virgen construir una iglesia, pero le pidieron que se quedara mientras tanto, en la parroquia, Y fue así como ella eligió estar en ese lugar. OTRA VEZ… ¡EN ESTE PRECISO LUGAR!
Y así también Dios va eligiendo a las personas que quiere para comunicar la fe al mundo. Para hacerse presente en este mundo, para salvar al mundo. Y tú Señor, me has elegido a mí. A mí, personalmente, soy sacerdote y tengo esta vocación. Y a ti también, que escuchas esto y que tienes fe.
Dios quiere servirse de ti para llegar a muchas personas. Dios sabe cómo va dirigiendo el mundo. Él es el patrón de la historia.
TÚ DIRIGES EL CAMINO…
Leemos también en la Primera Lectura de la misa de hoy, cómo en la iglesia primitiva, la presencia de Dios a través del Espíritu Santo, (y también actualmente), va dirigiendo a los apóstoles, a ir de un lugar a otro. A no ir a un lugar y sí ir a otro.
Leemos en la lectura de hoy, que como el Espíritu Santo les había prohibido predicar la Palabra en la provincia de Asia. Pablo y Timoteo atravesaron Frigia y Galacia, pero al llegar a los límites de Misia, se propusieron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se los permitió.
Entonces atravesaron Misia y llegaron a Tróade. Por la noche Pablo tuvo una aparición: Vio un macedonio que, de pie ante él, le rogaba: -Ven a Macedonia y ayúdanos. Después de esta visión, determinaron salir para Macedonia, convencidos de que Dios los llamaba a predicar allí el evangelio.
Pues así Dios escoge. Y dice que no vayan a cierto lugar, no porque no sea importante, sino porque ahora es más necesario ir a otro lugar, porque así se salvarán las personas, o si llegaremos a más o porque así lo ha determinado.
Pues Dios sabe, es el Señor de la historia. ¡Es Él quien nos guía y nos ha escogido! ¡Él cuenta con nosotros!
SEAMOS CONCIENTES DE NUESTRA VOCACIÓN
Hoy le pedimos a la Virgen de Luján nos ayude a darnos cuenta de ser mas conscientes de nuestra vocación. Que la vocación es una elección, una elección cariñosa de Dios.
Así como la Virgen del Roble le llamaba a esta pastorcita por su nombre, así también Dios nos llama a cada uno de nosotros por nuestro nombre, y quiere contar con nosotros. Él elige donde quiere estar. Elige a las personas que quiere usar para llegar a más personas.
Que nosotros sepamos reconocer esa grandeza de nuestra vocación y, que queramos también ayudarle.
Se lo pedimos a nuestra Madre, que ella también supo escuchar la voz de Dios, y ponerse a su disposición para lo que Él quería.
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