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P. Juan Carlos

5 min

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ENSÉÑAME SEÑORA

En la fiesta de la dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, le pedimos a nuestra Madre que nos enseñe a ser generosos con nuestros bienes, con nuestra vida.

UNA BASÍLICA HECHA CON AMOR

Celebramos hoy la dedicación de Santa María La Mayor, que es una de las cuatro basílicas romanas. Las Basílicas Mayores que son: San Pedro, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán. Y la cuarta está dedicada a Nuestra Señora, que es Santa María La Mayor.

Según la tradición, alrededor del siglo IV una piadosa pareja de esposos que vivía en Roma y que había sido, por así decirlo, bendecida por su formación cristiana y también por sus muchos bienes materiales, pero no tenían hijos.

Le pidieron al Señor que les bendijera con un hijo al que pensaban dejarle toda la herencia. Pero sus oraciones no fueron escuchadas.

Entonces cambiaron de objetivo y tomaron la decisión de nombrar a la Virgen María como heredera. Y le pidieron con gran fervor que los guiara en qué forma tenía que gastar esos bienes. Y la respuesta de la Virgen les apareció unos meses después.

La noche del 4 de agosto, era pleno verano en Roma y estos dos esposos estaban pasando ahí. (Para que te hagas a una idea, el 15 de agosto en Roma se conoce como el Ferragosto, el día de más calor y todos los días anteriores está subiendo la temperatura a unos niveles impresionantes).

VISITA DEL CIELO

Pues bien, la Virgen se les presenta el día 4 de agosto en sueños, y les dijo que deseaba que se construyera una basílica en el Monte Esquilino, una de las siete colinas de Roma. En el lugar donde ella señalaría con una nevada.

De igual modo, la Virgen se apareció al Papa Oliverio, que era el Papa, que estaba ese instante en Roma, también con un mensaje similar.

Al día siguiente, el 5 de agosto, mientras el sol de verano brillaba, la ciudad se quedó admirada al ver un terreno con nieve en este monte Esquilino, y la pareja de esposos fue feliz al ver lo acontecido, y el Papa hizo lo mismo en solemne procesión.

La nieve abarcó el espacio que debía ser utilizado para construir el templo, es decir la planta donde está asentado todo el templo. El Papa Oliverio echó los primeros cimientos de la basílica justo en ese perímetro que él trazó, y la pareja de esposos contribuyó con el financiamiento de esa construcción.

Años después vendría el Concilio de Éfeso, en el que se proclamó a María como Madre de Dios, y sobre la Iglesia que estaba, se erigió esta basílica. Con el tiempo se han hecho algunas remodelaciones. Pero la gente que va, hasta ahora puede ver la planta original del milagro que ocurrió.

ACUDIMOS A TI CON CONFIANZA

Madre del Cielo, nosotros también queremos acudir con esa misma confianza, y queremos pedirte también que nos ayudes a que nuestros dones, las cosas que nos has dado, la sepamos poner en manos de Dios. Que las sepamos poner a tu servicio, al servicio de tu Hijo.

Nos has premiado con tantas cosas, Madre. Con este conocimiento que tenemos de ti y de tu hijo. Con esta cantidad de cosas materiales, mucho más de lo que en años precedentes la gente podía tener.

Ahora que estamos en tiempos de pandemia y tanta gente sufre, podemos contar con un trabajo, salud, comodidad, luz, y agua corriente. Son cantidad de cosas que a veces no nos damos cuenta de que somos ricos.

Que tenemos una cantidad de cosas que nos hacen la vida más fácil, y tal vez perdemos el tiempo con tonterías, pensando cómo nos gustaría tener otras cosas en lugar de conformarnos con las cosas que tenemos y ponértelas a tu disposición Madre.

Ayúdanos, jálanos las orejas si es necesario Madre, pero que sepamos poner todo al servicio de tu hijo, como lo hicieron estos dos.

SALUS POPULI ROMANI

ENSÉÑAME SEÑORA

Dentro de la Basílica, en una de las capillas laterales, se encuentra una imagen de la Virgen que es muy querida por los romanos, que se llama “Salus Populi Romani” (la madonna protectora de los romanos).

Y justamente su nombre en latín significa “Salvación del Pueblo Romano”. La tradición dice que puede haber sido pintada por el mismísimo san Lucas.

Es impresionante la antigüedad de la imagen y, además, cómo ha acompañado al pueblo romano. La imagen desde siglos fue muy amada por los Papas. En el año 593, el Papa I llevó en procesión a la Virgen para que cesara la peste que estaba asolando Roma en ese momento.

Y en 1571, el Papa Pío V rezó frente a este icono, hasta la imagen de la Virgen, para implorar la victoria en la batalla de Lepanto.

En 1837 el Papa Gregorio XVI rezó a ella para que se pusiera fin a la epidemia de cólera que azotaba a la ciudad.

En el año 2000 la imagen estuvo presente en Tor Vergata, en la Jornada Mundial de la Juventud, y san Juan Pablo II quiso confiarla a los jóvenes junto con la cruz de la JMJ.

Finalmente, el 15 de marzo de este año, el Papa Francisco rezó ante esta imagen para implorar el fin de la pandemia del COVID que ahora nos afecta.

DE CORAZÓN CONTIGO: ENSÉÑAME SEÑORA

Madre Santa, te pedimos que nos ayudes a ser lo suficientemente fuertes para llevar estos tiempos más difíciles de pandemia y de incertidumbre. Para ayudar a los que tienen menos. Estar pendientes de tus otros hijos más chiquitos.

Señora, te pedimos que ayudes a acortar este tiempo de prueba, que se encuentre ya una cura. Que podamos disfrutar pronto de nuevo de los espacios abiertos.

Madre Santa, tú sabes que así te podemos servir mejor, pero si ésta no es la voluntad del Señor, también te pedimos que nos des la fuerza necesaria para saber dar testimonio de nuestra fe, en estos tiempos más difíciles.

Que no nos dejemos vencer por el miedo, o no nos dejemos vencer también por esta incertidumbre.

Vamos a terminar este rato de oración, acudiendo a nuestra Madre, la Virgen con estas invocaciones “Populi Romani”, a la “Virgen de las Nieves”, para pedirle con una oración muy antigua que nos ayude en estos momentos difíciles.

Y dice así:

ORACIÓN

“Oh María, mujer de las más sublimes alturas, enséñanos a escalar la montaña santa que es Cristo. Guíanos en el camino de Dios, marcada por las huellas de tus pasos maternos.

Enséñanos el camino del amor, para siempre poder amar. Enséñanos el camino de la alegría para hacer felices a los demás.

Enséñanos el camino de la paciencia, para poder acoger a todos con generosidad. Enséñanos el camino de la bondad para servir a los hermanos que pasan necesidades.

Enséñanos el camino de la simplicidad, para disfrutar de las bellezas de la creación. Enséñanos el camino de la mansedumbre, para traer paz al mundo.

Enséñanos el camino de la fidelidad, para nunca cansarnos de hacer el bien. Enséñanos a mirar a lo alto, para no perder de vista el objetivo final de nuestra vida: la comunión eterna con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Amén”.

ENSÉÑAME SEÑORA 

 


Citas Utilizadas

Jr 31, 1-7

Jr 31, 10. 11-12ab. 13

Mt 15, 21-28

Oración Virgen de las Nieves

Reflexiones

Enséñame Madre a saber usar bien los dones que me has confiado, y ponerlos con generosidad a disposición de los menos favorecidos.

Predicado por:

P. Juan Carlos

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