EUCARISTIA: NOS COMUNICAS LO MÁS IMPORTANTE
Hoy leemos en el Evangelio un diálogo entre Jesús y las personas que lo seguían; las personas que se alimentaron del pan y de los peces que Jesús multiplicó, esas personas lo buscan y dialogan con Jesús.
Es un diálogo en el que tu Señor, muestras que tienes ganas de comunicarnos algo importante, algo grande, en este evangelio no leemos milagros, no leemos exorcismos, no leemos que hayas perdonado los pecados, sino un diálogo en el que nos quiere revelar esta verdad maravillosa, esta verdad grande.
Porque hay diálogos como los que muchas veces tenemos, habituales, normales: “hola ¿Cómo estás?” “¿Cómo te ha ido?” ¿”Qué has hecho últimamente?” y platicamos con los amigos a gusto.
Así también contigo Señor platicamos muchas veces, pero en esta ocasión hay algo que quieres decirnos, la gente llega y te pregunta: “Maestro, ¿Cómo llegaste aquí?” y Tú pudiste haber respondido: pues llegué caminando sobre las aguas, porque asi fue, cruzaste el lago caminando sobre las aguas hasta que te encontraste con tus apóstoles, a mitad del lago y san Pedro camina por las aguas también y bueno es una escena que se podría haber platicado y todo el mundo lo habría escuchado pues impresionado.
TRABAJAR POR EL ALIMENTO QUE DURA PARA LA VIDA ETERNA
Pero no te detienes en eso, porque nos quieres comunicar algo grande,
“¿Cómo llegaste aquí?”
te preguntan.
“Jesús les contestó yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto señales milagrosas, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse, no trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del Hombre porque a Éste el Padre lo ha marcado con su sello”.
(Jn 6, 24-35)
Aquí empieza la gran revelación, Tú nos quieres dar un pan que dura para la vida eterna, no trabajen por este alimento que se acaba, trabajen por el pan que dura para la vida eterna.
Eso es realmente colmar nuestros deseos más profundos, porque Tú Señor conoces nuestro corazón, Tú sabes qué grande es nuestro corazón, nosotros no nos damos cuenta muchas veces de la grandeza que somos, porque Dios nos ha creado como personas, como seres con espíritu y con cuerpo, con un corazón que tiene un tamaño infinito, porque puede Dios entrar ahí y nos podemos alimentar de Dios.
NOS PODEMOS ALIMENTAR DE DIOS
Eso es lo que realmente deseamos, eso es lo que realmente puede saciar nuestra hambre.
Por eso Tú señor dices: ustedes buscan un pan que se acaba pero busquen, trabajen por ese pan que no se acaba.
¿Dónde podemos encontrar ese pan?, ¿Dónde está?, ¿Quién nos lo va a dar? y ahí mismo Tú nos das la respuesta:
“El alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del Hombre”.
(Jn 6, 27)
Tú Señor, nos das ese alimento, quizá nosotros nos acercamos a Ti buscando algo pequeño, pero Tú nos das algo grande, Tú nos das lo que necesitamos, lo que realmente nos puede colmar y nos lo dices también a nosotros, hemos de sentir una gran alegría al descubrirlo.
EL LISTON AMARILLO
Me acordaba de una historia que leí hace tiempo, de un hombre que cometió un crimen, lo metieron en la cárcel tres años y desde ahí le escribía a su novia, cartas de amor, porque la seguía amando.
Y él al salir le dice voy a salir de la cárcel y me gustaría estar contigo, porque yo te sigo amando, me gustaría casarme contigo, pero yo entiendo que tú ya no me quieras, cometí un crimen y aunque ya me rehabilité, estuve en la cárcel, ya me porte bien y ya he hecho propósitos de mejorar y de trabajar y de ser un hombre honesto, pero esta mancha que pesa sobre mí por probablemente tú no la quieras.
Y yo entiendo y lo respeto, pero yo sí quisiera estar contigo, así que yo voy a pasar en un autobús por el frente de tu casa y si tú quieres que yo vuelva contigo, si tú me sigues amando todavía, ata un listón amarillo alrededor del viejo roble, “Tie a yellow ribbon around the old oak tree” así es en inglés y así se llama una canción.
CANCIÓN INSPIRADA EN LA HISTORIA
La canción inspirada en esta historia, una canción de los años setentas, se hizo famosísima, es una historia que se hizo viral y a raíz de esa historia nació esta canción, que también se escuchó mucho.
Se vendieron tres millones de copias en tres semanas, incluso se calculó que durante ese tiempo la canción fue tocada en todas las estaciones de radio durante tres millones de veces, o sea, 17 años continuos de música si hubiera sido en una sola estación.
Pues hay gente que lo calculó, cómo habrán sido esos cálculos no sabemos, pero sí realmente fue una canción que se escuchó muchísimo porque es una historia bonita.
¿Qué pasó con este presidiario? pues va en el autobús y le dice al operador de la unidad: oiga por favor usted mire, porque yo no soy capaz de soportar esto, qué tal si no hay nada en el árbol. Por favor usted mire y dígame: ¿Hay un listón amarillo atado alrededor del roble? y el operador de la unidad le dice al ex presidiario: no, no hay un listón amarillo, ¡Hay cientos de listones amarillos! así que él voltea y ve efectivamente que está todo lleno de listones el árbol.
Como que ella quiso comunicarle así que efectivamente lo seguía queriendo y que no dudara y que bajara de ese autobús.
¡Detengan el autobús! seguramente gritó y salió corriendo a buscar a su amada.
Tu Señor
Pues él se encuentra con algo muchísimo más grande de lo que esperaba. bueno pues es una comparación muy pequeña con lo que realmente Tú Señor nos ofreces en la Eucaristía porque Tú estás presente ahí y nosotros lo sabemos.
Después de tantos siglos de teología podemos entender que Tú estás realmente presente y que el pan deja de ser pan se convierte en Tu Cuerpo, pero no en tu cuerpo muerto, sino tu Cuerpo Viviente.
Con Tu Cuerpo, con Tu Sangre, con Tu Alma y Tu Divinidad, presentes ahí en la Eucaristía.
Estás ahí y nos quieres dar muchísimo más de lo que nosotros anhelamos, quieres que realmente nuestros deseos auténticos y profundos, nuestros deseos de Dios afloren Eucaristía.
Por eso es importante estar frente a Ti, para que Tú avives esos deseos en nosotros y también esos deseos de plenitud que serán saciados en el cielo, porque en la Eucaristía vemos a Dios oculto y nos alimentamos de Él, recibimos vida de Él, pero era el cielo, lo veremos directamente, y en proporción de la vida que hemos recibido de Él aquí en la Tierra, pues gozaremos también en el cielo.
Por eso dice:
“El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”.
(Jn 6, 54)
Señor gracias por ese gran regalo, ayúdanos a dialogar contigo, a querer hacer oración, para que Tú nos comuniques estas verdades que entendemos más o menos pero que son maravillosas y que nos llenarán de una alegría total en el cielo, cuando te veamos directamente.
Madre Nuestra ayúdanos a amar a Jesús presente en la Eucaristía.
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