Hace algunos años, escuché la historia de la Virgen de Aziórnaya (de Oziorno) y el que la contaba decía que era una Virgen que se representaba con un pez en la mano y con la otra mano, señalando hacia un lugar.
Y es que, a principios de los años 40, un pueblo entero de católicos alemanes fue deportado por los rusos y los llevaron fuera de su pueblo y los abandonaron allí en medio del campo, en medio del total despoblado, para que desaparecieran.
Ellos, estando en esa situación de total desamparo, rezaron a la Virgen. Se pusieron a rezar y la Virgen se les apareció y señalaba hacia un punto.
EL MILAGRO
Comenzaron a caminar en esa dirección y se encontraron con un gran lago lleno de peces y pudieron lavarse, beber y pescar.
De tal forma, que se pudieron alimentar y construir nuevamente su pueblo y si ya eran devotos de la Virgen, pues desde ese momento, lo fueron más.
LA VIRGEN ESTÁ MUY CERCA DE NOSOTROS
Madre nuestra, tú nos miras con mucho amor y nos acompañas siempre y te alegras muchísimo cuando nosotros te buscamos con la mirada, cuando te hablamos, cuando te recordamos que eres Madre de Dios, que eres llena de gracia, que eres nuestra Madre.
Te pones muy contenta y nosotros muchas veces somos incapaces de verte y escucharte, porque no te buscamos.
Me gustan mucho las palabras que diriges a san Juan Diego cuando este, angustiado por la enfermedad de su tío, rehúye del mandato que le diste.
VIRGEN DE GUADALUPE
Tú te le apareces y le dices:
“Escucha hijo amado, de ninguna manera temas ni se te angustie tu corazón ni hagas nada por la enfermedad de tu tío o por cualquier otra angustia. ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿Acaso no estás bajo mi sombra y amparo?
¿No soy yo la fuente de tu vida y alegría? ¿No te llevo en mi regazo, en el cruce de mis brazos? ¿Acaso necesitas cualquier otra cosa? No te aflijas ni te acongojes”.
¡Qué bellas palabras! Ten paz en tu corazón, no te angusties, estoy cerca y si estoy cerca yo, está cerca Jesús, porque tú eres la Madre de Dios y siempre nos llevas a Jesús.
Aquí donde dice:
“¿No soy yo la fuente de tu vida y alegría?”
LA MADRE DE DIOS
¿Por qué eres la fuente de la vida y alegría? Porque es la Madre de quien es la Vida y la Alegría: La Madre de Dios.
Jesús se pone muy contento, “Tú Señor te pones muy contento cuando nos acercamos a tu Madre, porque ella siempre nos lleva hacia Ti”.
ROSARIUM VIRGINIS MARIAE
San Juan Pablo II, un gran devoto de la Virgen María comentaba en la carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, en la que instituía los misterios luminosos y en la que nos animaba a contemplar la vida de Cristo al meditar los misterios del santo rosario; al contemplar la vida de Cristo con los ojos de María y rezar con calma dejando que la mente se alimente de los misterios de la vida de Jesús.
Comentaba que había que rezar el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria, con un poquito más de conciencia de lo que estamos diciendo y comentaba estas oraciones.
Al comentar el Ave María decía: en la primera parte se repiten las palabras del ángel a la Virgen, se repiten las palabras de Isabel a la Virgen y, justo al terminar la primera parte y empezar la segunda, se menciona el nombre de Jesús:
“… y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús”.
Comenta san Juan Pablo II:
“El centro del Ave María, casi como engarce entre la primera y la segunda parte, es el nombre de Jesús. A veces, en el rezo apresurado, no se percibe este aspecto central y tampoco la relación con el misterio de Cristo que se está contemplando”.
AGUA PARA LIMPIAR NUESTRA ALMA
La Virgen señala a estos pobres hombres que están en el campo sin ningún tipo de amparo, les señala y ellos llegan a un lago donde hay agua y peces. Agua para lavarse, para saciar su sed; peces para alimentarse.
Tú, Madre, nos señalas dónde está el agua para limpiar nuestra alma; está en los sacramentos. Está en el Bautismo, que purifica nuestra alma, nos eleva, nos quita el pecado original, nos da la vida de la gracia y está en la confesión, cuando perdemos la gracia, cuando nos alejamos de Dios, cuando pecamos y queremos purificar el alma, vamos a la confesión.
El trato con María, por supuesto, que nos llena de deseos de pureza, de deseos de, como la Virgen, no tener nada que ver con el pecado. Tú nos señalas dónde está esa agua, está en los sacramentos.
En el lago, estos hombres también pudieron encontrar el alimento, los peces.
ICHTHUS
El pez es un símbolo recurrente en el Nuevo Testamento, al igual que el pescador: multiplicación de los panes y los peces; la pesca milagrosa; la moneda encontrada en la boca del pescado y el pescado a la parrilla comido por Jesús después de su Resurrección.
Los primeros apóstoles eran pescadores y Jesús habla muchas veces en sus parábolas de los peces. Él mismo es identificado como un pez. ¿Por qué? Porque en griego, pez se dice ichthus o ichthys.
Es un símbolo que consiste en dos arcos que se interceptan, de forma que parece el perfil de un pez que fue empleado por los primeros cristianos como un símbolo secreto.
El acrónimo significa: Iesous Christos Theou Uios Soter, Jesús que significa Ungido. Jesús el Ungido, Hijo de Dios, Salvador.
Todo este significado hay detrás del simple signo del pez. (Si quieres hacerte un tatuaje y no sabes qué tatuare, te puedes tatuar un ichthus).
SÍMBOLO SECRETO
Leía también en Wikipedia algo que nunca se me había ocurrido, cómo este símbolo pudo haber sido usado por los primeros cristianos como un modo de darse a conocer como cristianos.
El uso del ichthus como símbolo secreto, pudo haber sido el siguiente: una persona dibujaba unas líneas rectas y curvas en la arena de forma, aparentemente, aleatoria, de las que una de ellas era un arco circular, medio ichthus.
Si la otra persona dibujaba unas líneas en el suelo y completaba la figura, los dos sabrían que ambos eran cristianos.
Antes del edicto de Milán, los cristianos no podían revelar abiertamente su fe, ya que corrían el peligro de ser perseguidos o ejecutados.
Efectivamente, durante los primeros siglos, hubo una tremenda persecución y los cristianos que eran descubiertos, morían con la ayuda del Espíritu Santo. Fortalecidos por Él, morían con alegría entregándose a Dios en ese acto supremo del martirio, pero tampoco se traba de estarse delatando
Y si conocías a otro cristiano, tenías a un amigo, a un hermano ahí, pero para darse a conocer hacían esto, unas figuras extrañas en la arena. De repente un medio arco y el otro, si era cristiano, entendía y re completaba ese medio arco con el otro medio arco formando un pez, dándose a conocer, revelándose como cristiano.
MADRE AMOROSA
Terminamos este ratito de oración haciendo el propósito de acudir más a María, a nuestra Madre la Virgen que nos mira con amor, que está muy cerca de nosotros y que, si la tratamos, ella nos va a llenar de deseos de santidad, deseos de limpieza de alma y nos va a mostrar también el camino para encontrarnos con su Hijo Jesús, porque Él es el que realmente nos puede limpiar el alma y nos puede alimentar con su Cuerpo.