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P. Rafael

8 min

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INFLUENCERS

Jesucristo es la persona más conocida en el mundo. Pero su campaña de marketing es poco convencional: comenzó en el silencio de Belén y se fue corriendo la voz como una onda expansiva, gracias a sus influencers en todo siglo. ¿Quieres ser parte de este equipo?

EL PRIMER INFLUENCER

Hace ya algunos años, en Italia se publicó un libro que tuvo mucho éxito y decía el título en italiano: Io speriamo che me la cavo. No lo voy a explicar ahora, pero da mucha risa porque está mal dicho, o sea, se entiende el sentido pero la frase está mal conjugada, si se puede decir así.

De hecho, ese libro tuvo mucho éxito y se hicieron varias películasy obras de teatro con ese mismo título Io speriamo che me la cavo”. El libro es una compilación muy simpática que hizo un profesor de niños muy pequeños de Italia, donde en sus muchísimos años de trabajo las ocurrencias más absurdas y más divertidas de esos niños a los que educaba.

En una de sus páginas cuenta que les dio una asignación especial en la que tenían que escribir cuál era su personaje histórico preferido. Y cuenta que la respuesta de uno de los niños fue: Mi personaje histórico preferido es Calígula, porque estaba loco. Bueno, sabemos que sí estaba loco y cuentan que nombró senador a su caballo; que se inventó una guerra contra unos enemigos y cuando llegó al sitio dijo: Mentira, era todo un chiste.

Entonces, a este niñito le parecía simpático Calígula porque estaba loco, pero además decía: Hay otro personaje histórico que prefiero, y es la cabeza de Juan el Bautista. Juan el Bautista, decía el niño, no estaba loco como Calígula, pero sí que era un poco tonto, porque gritaba en el desierto donde nadie podía escucharlo”.

INFLUENCER DEL BIEN

Curiosamente la liturgia de la Iglesia nos propone hoy un adelanto en el tiempo, porque todavía contemplamos a Jesús Niño recostado en el pesebre. Pero quiere que escuchemos hoy la voz de este tonto (que no lo era para nada).

Juan, ya adulto y concentrado en su misión profética, recibe a sacerdotes y levitas de Israel que seguramente se habían enterado de todo el revuelo que había causado la figura de Juan el Bautista, del bautismo de conversión que estaba predicando. Por eso quieren salir de dudas y le preguntan: ¿Tú quién eres? Él confesó y no negó; y dijo: Yo no soy el Mesías. Y le preguntaron: ¿Entonces qué? ¿Eres tú Elías? Él dijo: No lo soy. ¿Eres tú el profeta? Respondió: No. (Jn 1, 19-21).

Este diálogo es muy interesante. No es como adivina quién empieza a pedir de cosas, él va diciendo sí o no, y lo resulta que la mayoría de las cosas dice que no.

¿Eres tú el profeta, es decir, ¿eres tú Moisés? Él dice: No. “Le dijeron: Entonces, ¿quién eres? Para que podamos dar respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo. (Jn 1, 22).

JESÚS NACE EN EL SILENCIO

Y ahora sí viene la famosa respuesta del Bautista, aplicándose esas palabras del profeta Isaías, que había escrito muchos siglos antes:

escribas y fariseos

Yo soy la voz que grita en el desierto: allanen el camino del Señor. (Jn 1, 23)

A eso se refería el niño del libro: la voz que grita en el desierto.

Este Evangelio de hoy nos recuerda, entre otras cosas, que Dios tiene sus modos y sus tiempos que, por cierto, no coinciden siempre con los nuestros. Este Niño, delante del cual estamos haciendo en estos días nuestro rato de oración, nace sorprendentemente en el silencio.

Él es el rey del mundo y los importantes no se enteraron porque no estaban preparados. Si se hubiesen enterado los principales personajes del mundo si se hubiese enterado la ONU de aquella épocaquién sabe qué hubiese pasado. Al menos hay una pista de lo que hubiese pasado, porque el único importante que se enteró, que fue Herodes, ya sabemos qué es lo que hizo.

Si la ONU de aquella época se hubiese enterado de que iba a nacer el Niño Dios, tal vez ahora no estaríamos celebrando solamente un día de los inocentes, sino que tendría que ser más de uno, lamentablemente.

INFLUENCER COMO MISIÓN

Pero Jesús nace en una época en la que prefirió que todo fuese en silencio. En aquella época no había electricidad, no había teléfono, no había internet. Tal vez si Jesús hubiese esperado unos cuantos siglos (qué son unos veinte siglos para un Dios que es eterno) resulta que se habría hecho viral el día de hoy en las redes. Todos los influencers estarían hablando de él, buscando tomarse una selfie con el Niño Dios.

Pero sus planes eran otros. Por ahora, ese Niño que es Dios, prefiere el silencio. Es verdad que hay una señal en el cielo, pero muy pocos saben interpretarla. Dios, cuando nace, prefiere el silencio, prefiere la discreción, prefiere el petitcomité.

Por supuesto que Dios quiere que su mensaje llegue a los cuatro confines de la Tierra. Él quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, dice San Pablo.(1Tim 2, 4). Pero Dios se toma su tiempo, no tiene prisas. Sería interesante ahora mismo preguntarle a una de esas inteligencias artificiales que responden a casi todo (y si no lo saben se lo inventan) cuál sería el modo más eficaz de hacer que una noticia el día de hoy llegue a la mayor cantidad de gente posible.

Pongamos un claro ejemplo, a unos indígenas de Amazonas o a una tribu nómada de África. Yo estoy seguro de que la respuesta de cualquier IA no se acercaría ni remotamente a lo que Dios tiene planeado.

Su plan es más bien como una onda expansivamuy poderosa; es como una bomba nuclear, pero silenciosa, que estalló en Belén hace más de veinte siglos.

DE CARA AL BIEN COMÚN

Ese es su epicentro. Nace el Niño Dios en un silencio ensordecedor y ahora quiere que sean los hombres y las mujeres de todas las épocas los encargados de llevar esa buena una noticia a todo el mundo, por doquier, como una onda expansiva.

Eso es lo que hace el Bautista. Eso es lo que Dios espera de ti y de mí. El Bautista tiene una información privilegiada. Lo hemos escuchado también en estos días cuando la Virgen María visita a su prima Santa Isabel: el niño salta de alegría en el vientre de su madre, y ese impulso, ese primer encuentro, es suficiente para llevarlo a darlo todo, con tal de que más personas compartan ese encuentro que cambia la propia vida.vida.

El Bautista sabe que es un instrumento de Dios, es un instrumento de este plan del cielo para llegar a todos los confines de la tierra, eso que solemos llamar apostolado. El Bautista ha encontrado un tesoro y por aquello de que el bien de por sí es difusivo, no puede no difundir ese tesoro con los demás. Por eso san Juan Bautista, tonto no era, todo lo contrario.

COMPARTIR LA ALEGRÍA DE LA NAVIDAD

Ahora, en este tiempo de Navidad, la Iglesia nos propone este Evangelio para que hagamos también examen de lo que ha sucedido en estos días. Porque podemos preguntarnos ¿el nacimiento de Jesús ha sido para mí un verdadero motivo de alegría estos días o ha habido otras cosas que me han alegrado mucho más?

O al revés: ¿ha habido alguna otra distracción o algún otro suceso que me ha ensombrecido esa paz y esa alegría que Dios tenía para mí? ¿Me he dejado llevar estos días por la tristeza, capaz por la separación de los seres queridos o por el motivo que sea? ¿Me he dejado llevar por el materialismo? ¿Qué es lo que más me ha hecho disfrutar en estos días? ¿Qué tanto de estas alegrías incluyen a Dios?

Nos hacemos estas preguntas porque todavía estamos a tiempo de volver a enfocar las cosas en su justa medida, de volver a vivir la Navidad como debe ser. Dice también otro adagio popular: Nadie da lo que no tiene”.

Si yo no tengo esa experiencia de la alegría de la cercanía de Dios con nosotros, ¿cómo la voy a compartir con los demás? ¿Cómo voy a convencer de algo de lo que yo mismo no tengo una experiencia y, por lo tanto, no estoy tan convencido? ¿Cómo pretendo yo que Dios cambie la vida de los demás, especialmente de los que más quiero, si yo sigo poniendo barreras, obstáculos a que Dios tome posesión total de mi vida? Estas preguntas son una primera tarea; la siguiente, por supuesto, es cómo hacemos para que eso llegue también a los demás.

INFLUENCER AL NACER 

Por eso, el ejemplo del Bautista en estos días, que aunque lógicamente no cuadra mucho con lo que estamos escuchando, es muy útil para que no perdamos la oportunidad de estar más cerca De Dios.

Tal vez: de hacer una mejor confesión, de comulgar en estos días con mayor devoción, con mayor propiedad, de blindar los ratos de oración como estamos intentando hacer ahora, de vivir por amor a Dios el servicio de los demás, de alimentar el alma con la lectura del Evangelio o de algún libro de lectura espiritual.

En definitiva, dejar que Dios toque nuestras vidas para poder vivir aquello de que fray ejemplo es el mejor predicador.

Yo tengo la oportunidad en estos días de vivir aquello de: He conseguido un tesoro y lo quiero compartir con los demás. Si nos ven contentos, si nos ven optimistas, si nos ven confiados en Dios, si nos ven serviciales, generosos, castos, luchadores,

INFLUENCERS CRISTIANOS

Comprensivos, tranquilos, y todo eso por amor a Dios, yo estoy seguro de que aunque sea por osmosis, la gente tiene que darse cuenta, eso tiene que repercutir de algún modo en los demás, con fuerza incluso mayor que las propias palabras. Hemos conseguido un tesoro y ojalá que los demás quieran disfrutar también de este bien.

Por eso este niñito se equivocó: el Bautista no era tonto. Aunque pudiera parecer que estaba gritando a nadie en medio del desierto, que nada podía hacer el contra tanto mal que había en el mundo, su predicación sí tuvo efecto, porque estaba basada precisamente en la experiencia del encuentro con Dios. De hecho, dos de sus discípulos terminan siendo columnas de la Iglesia.

Por eso le pedimos a él y a nuestra Madre del Cielo que también nosotros nos decidamos a ser, donde quiera que estemos, parte de esa onda expansiva que empezó hace más de veinte siglos en Belén. Y que lo seamos donde quiera que estemos, con esa eficacia silenciosa de la gracia de Dios.

Ojalá que podamos ser influencers, pero con convencimiento: Dios me ha cambiado mi vida; yo quiero que cambie la de los demás.

Que los demás puedan llegar a conocer a través de nosotros, no solamente a través de las palabras, sino por el ejemplo que es el mejor predicador, a través de nuestra vida, alegre, tranquila, confiada, optimista, que Dios nos ha cambiado la vida, que Dios está con nosotros.

Y que lo hagamos sin mayor ruido que el ejemplo que da el que está enamorado de Dios.


Citas Utilizadas

1 Jn 2, 22-28 

Sal 97

 Jn 1, 19-28

Reflexiones

Señor que con el ejemplo prediquemos tu amor y gritemos al mundo la noticia de tu venida.

Predicado por:

P. Rafael

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