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SAN JUAN BAUTISTA Y LOS PLANES DE DIOS

confianza

            “Comentaré tus preceptos ante los reyes Señor y no me avergonzaré.  Serán mi delicia Tus mandatos que tanto amo”.

(Sal 119)

Comienza así la misa del martirio de san Juan Bautista, primo del Señor, hijo de Zacarías e Isabel -prima de la Virgen-, que señaló al Mesías:

“Este es el Cordero de Dios”.

(Jn 1, 29)

Unos de sus discípulos fueron también de los primeros que Jesús aceptó como discípulos propios y luego los convirtió en apóstoles.

DIES NATALIS

El día 24 de junio, celebró la Iglesia el nacimiento de san Juan Bautista y hoy conmemora su “Dies Natalis”, el día de su muerte que fue ordenada por Herodes; este “rey” (así le dice al menos san Marcos) es uno de los personajes más tristes del Evangelio.

Sabemos que, durante su gobierno (el gobierno de Herodes), Cristo predicó y se manifestó como el Mesías esperado.  Herodes llegó incluso -dice el Evangelio- también a escuchar con gusto a san Juan Bautista, que le decía que no podía tener a Herodías, que era esposa de su hermano y que luego pasó a ser esposa suya.

Le encarceló por eso, porque él le decía que no podía tener y como sabemos después, le escuchaba algunas veces; le escuchaba con gusto.

POESÍA

Sucedió un evento muy concreto, que hemos desarrollado en otras meditaciones y que me gustaría contar con una pequeña poesía que lo resumen muy bien y que nos puede ayudar en este rato de oración.  Dice:

“La lujuria y la perfidia, aliadas peligrosas,

permitieron que Herodías haya pasado a la historia:

Herodes se divertía en una fiesta ostentosa

y se prendó de la hija de la reina incestuosa;

Sin calcular la malicia de la joven seductora,

firme promesa le hacía de donarle cualquier cosa;

la hija a la madre sumisa le pregunta presurosa

cuál puede ser la propina que pida al rey en persona;

La madre pronto le indica, vengativa y alevosa:

“La cabeza de Juan el Bautista, en bandeja… ¡pero ahora!”.

El rey da la orden precisa, que se cumple sin demora:

¡Así san Juan el Bautista, alcanzó su mayor gloria!”

(José García Velásquez)

 

El primo del Señor es asesinado y José García Velásquez nos lo relata brevemente en esta bonita poesía.  Me parecía que es una buena forma de pensar en san Juan Bautista, que ganó su gloria siendo fiel a las palabras del Señor, anunciándole delante de los reyes.  No se avergonzó y sus delicias fueron sus mandatos que tanto amó.

DUDAS DE FE

Me parecía que es interesante esto, pensar con respecto a nuestra vida.  Porque uno puede llegar a pensar: bueno, Juan el Bautista, primo del Señor, estuvo siempre seguro de lo que tenía qué hacer y de cómo tenía qué moverse en los planes del Señor.

A veces nosotros, por el contrario, estamos un poco con dudas de fe, con situaciones que a veces nos hacen que se nos mueva el piso.  Ahora mismo, estamos pasando por una época de incertidumbre, donde hay mucha gente que perdió sus trabajos, donde hay mucha gente que no sabe qué hacer.

Nosotros mismos podemos estar sufriendo estas situaciones y hay un episodio que es el que me gustaría traer a este rato de oración también de Juan el Bautista, que nos puede dar un poco de luz.

Se trata de cómo entender la pregunta que Juan el Bautista hizo desde la cárcel.  Herodes ya le había mandado a prender, estaba en prisión Juan el Bautista.  Y, mientras el Ministerio de Jesús se extendía, manda a dos personas para que le pregunten.

Dice san Lucas:

“Llamando Juan a dos de sus discípulos, los envió a preguntar al Señor: ¿Eres Tú el que ha de venir o esperamos a otro?”

(Lc 7, 19)

Hay que recordar, semanas o un tiempo antes, le había señalado:

“Este es el Cordero de Dios”.

Juan había tenido como esa iluminación y le había dicho:

“Este es el Cordero de Dios”.

Semanas más tarde, le manda a preguntar con estos discípulos si es Él realmente el Mesías.  Porque claro, su duda empieza a crecer porque él estaba en la cárcel, estaba encerrado injustamente; seguramente todo lo veía gris desde ahí.

ENTENDER LA PREGUNTA DE JUAN EL BAUTISTA

Él no podía preguntarle al Señor y

“la fe de Juan estaba golpeada, porque lo que veía, parecía contrario a lo que él esperaba del Mesías.  ¿Acaso el Mesías no traería la justicia, la libertad a los cautivos y la salvación?

Y Juan era tan humano como nosotros y parece que esperaba que Dios obrara de otra forma en ese momento.

Este hombre tuvo su tiempo de incertidumbre, pero fue a quien podía dar respuestas, manda a preguntar a Jesús mismo y nuestro Señor no responde de una manera directa tampoco, ni de la forma que Juan esperaba; pero su respuesta es asombrosa y dice:

“Vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído.  Los ciegos reciben la vista, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el Evangelio.

Y bienaventurado el que no se escandalice de Mí”.  

(Lc 7, 22, 23)

La respuesta es doblemente maravillosa por dos razones: en primer lugar, Jesús le explica a Juan que el Mesías está haciendo lo que vino a hacer”

-esas obras de misericordia-.

“Nada ha cambiado en el plan redentor.  Las señales milagrosas están realizándose y el Evangelio está siendo predicado.

Y, en segundo lugar, Jesús lo exhorta a no encontrar dificultades en la forma en la que está llevando Él a cabo, su obra de la redención”.

“Bienaventurado el que no se escandaliza de Mí”,

(Mt 11, 6)

“Bienaventurado el que comprende que debemos confiar en el corazón de Dios cuando no podemos comprender su mano. (…) Bienaventurado el que sigue creyendo, pase lo que pase. Bienaventurado el que permite que Dios sea Dios”

(¿Cómo entender la pregunta que Juan el Bautista hizo desde la cárcel? Dardo Leandi, julio 2018)

TENER FE EN LOS PLANES DE DIOS

Y esto nos puede servir a nosotros en nuestra vida personal.  Al igual que Juan, a veces, no entenderemos cuál es la postura de Cristo o qué es lo que tenemos que hacer.

Pensábamos que la salvación vendría de otra forma y que los problemas en los que estamos se resolverían de otra forma.  Pero es Jesús el que responde que el Evangelio se está predicando y que Él está haciendo las cosas como está previsto.

“Jesús, que tengamos también esa misma fe de Juan que, cuando recibió esa respuesta Tuya, ya cambió y se puso con la cabeza directamente relacionada con lo que Tú esperabas de él.

Nosotros queremos también tener más fe Señor, volver una y otra vez a Ti, no perder esta delicadeza y darnos cuenta que la fe implica que muchas veces no entendamos lo que tenemos entre manos.

CONFIANZA EN EL SEÑOR

Pero que tenemos confianza en que Tú sacarás un bien mayor Señor; que harás que las cosas funcionen; que harás que las cosas -aunque sean lo peor que podíamos haber esperado y, efectivamente, ese miedo se concrete y se den las cosas-, Tú de ahí sacarás cosas mayores.

Nos sacarás con la frente en alto; que nos sacarás para darte gloria en todas partes Señor, porque confiamos en Ti.

Jesús, danos esa fe, que ya no dudemos y, si dudamos, que hagamos lo mismo que Juan el Bautista que te mandó a pedir una respuesta a Ti”. A través de la dirección espiritual, a través del acompañamiento espiritual, a través de las mismas Escrituras, podemos buscar esa respuesta de Jesús.

La historia de Juan no termina bien, podríamos decir; de hecho, estamos celebrando hoy su martirio, le matan.  Sin embargo, como dice la poesía que acabamos de leer:

“Así alcanzó su mayor gloria”

porque no quiso guardar su vida, sino que hizo todo lo que estaba previsto para él.

Vamos a acudir, al terminar este rato de oración, a la Santísima Virgen María, a la que siempre acudimos para que nos dé esa luz de querer cada vez más a su Hijo y también a san Juan Bautista, para pedirle concretamente que nos ayude a tener más fe en los planes que el Señor tiene para cada uno de nosotros.

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