A Jesús le gustaba la montaña, mucho; el mar y los ríos, los huertos repletos de olivos centenarios.
ESCOGIÓ EL DESIERTO
¿Por qué Jesús escogió un desierto para su Cuaresma?
Y la respuesta la tiene el Evangelio porque San Lucas nos dice:
“En aquel tiempo Jesús lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo fue llevando durante cuarenta días por el desierto”.
(Lc 4, 1-2)
Esa es la razón, fue el Espíritu Jesús el que llevó al desierto Probablemente, yo he pensado porque el Señor no vivió su Cuaresma, en lo alto de una montaña con una vista preciosa, sí, aguantando hambre y padeciendo el rigor del frío y del calor y del cansancio, o también en la ribera de un de un río, también ahí, sufriendo y en oración, con ayunos.
Perfectamente el Señor hubiese podido hacer vivir esa experiencia de la cuaresma también en estos lugares, pero no, escogió un desierto, ¡Vaya un desierto!.
Pero Señor, fue porque el Espíritu Santo te llevó al desierto, te fue conduciendo al desierto durante 40 días y sus noches.
Esa es una buena razón, pero, fíjate lo que re leí estos días en el primer libro del cardenal Robert Sarah, que se llama: “Dios o nada”; es fantástico.
Y puede ser también, Señor, una de las razones por las que elegiste un desierto para la Cuaresma.
Cuenta el cardenal en África que una liana es un tallo flexible, incapaz de erguirse, aquí hago un paréntesis, saben que es una liana todos, sí, Ok Tarzán. Las ramas largas por las que Tarzán se iba balanceando y recorriendo la selva, eso es una liana, bueno cierro paréntesis.
LIANA
En África, una liana es un tallo flexible, incapaz de erguirse solo, perdón, me faltó un detalle del paréntesis; una liana crece de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba, tampoco está tan claro, pensaríamos que de arriba hacia abajo, por que de ahí se ven colgada, no, pero mira lo que dice el Cardenal Sarah: en África, una liana es un tallo flexible, incapaz de abrirse solo por eso se desliza a ras de suelo hasta que encuentra un árbol robusto, entonces, se aferra a ese soporte y trepa hasta la cima.
Pues al parecer una liana va de abajo para arriba y continúa, porque también ella quiere ver el sol.
QUE ENCONTREMOS EL ÁRBOL QUE SE NUTRE DE DIOS
Lo mismo nos ocurre a nosotros, si no encontramos un árbol sólido cuyas raíces se nutren de Dios y nos suba hacia el cielo, no hay posibilidad alguna de que veamos la luz.
Recordemos el proverbio moore: La liana del desierto, que no encuentra árbol en el que enroscarse se enrosca en Dios.
Cuando yo leí esto, Jesús dije, caray, claro, hay una buena razón por la que la Cuaresma se vive en un desierto.
¿Un desierto donde poder enroscarnos en qué?
En la seguridades de este mundo no, enroscarnos en Dios.
Hoy estamos celebrando el primer domingo de cuaresma y qué bueno entender también para nosotros, en pleno año 2025.
PARA MÍ, ¿QUE ES LA CUARESMA?
Señor, ¿para mí qué es la Cuaresma?
La Cuaresma puede ser un desierto donde yo me deslice y te busque a TI, Señor, para enroscarme en Ti y para subir hasta la cima y ver la luz y llenarme de esa luz y llenarme de Tí.
Se lo podemos pedir al Espíritu Santo, que también encuentre formas de llevarnos al desierto, que nos lleve al desierto.
Hay una canción que dice así: “aquí estoy, Señor, pidiéndote me enamores, llévame al desierto, háblale a mi corazón, pronuncia mi nombre”.
Señor, creo que ya la había mencionado en alguna otra meditación, es muy bonita cuando las niñas ahí en el en el colegio en el que trabajo la cantan, es preciosa.
LLÉVAME AL DESIERTO Y QUIERO ENCONTRARTE A TÍ
Llévame al desierto, yo quiero tener esa experiencia del desierto, esa experiencia de buscar, de deslizarme, de encontrar a Dios, qué es ese árbol robusto y enroscarme en Él y subir hasta la cima.
Hasta la cima de la Pascua, porque ese camino hacia la Pascua.
Señor, durante este periodo de cuaresma te pido la gracia de encontrar en cada rato de oración la liana para subir hasta la cima, porque es encontrarte a Ti en la oración.
Que cada rato de oración sea un desierto en el que te encuentre, que cada pequeño sacrificio, el ayuno, que no es solamente mortificar el hambre.
Cualquier pequeño sacrificio también sea un desierto para encontrar esa liana y subir y subir, que cada limosna sea un desierto o una liana, las dos, la experiencia del desierto para encontrarte a Tí.
En el desierto y en ciertos momentos de nuestra vida solo podemos contar con Dios. ¡Qué bueno, Señor, poder solo contar contigo!.
QUE CREZCA EN ESTA CUARESMA
Qué bueno crecer en esta cuaresma, en la oración, tener una vida de oración como la tuya, que el espíritu esté más recogido, que tengamos en este tiempo de cuaresma una oración más íntima, más profunda, más constante, más recogida, más silencio.
Jesús en el desierto, le digo a los jóvenes, ustedes creen que Jesús se llevó a su cuaresma, al desierto una playlist de música o un Game Boy o un Atari o un celular o una tablet o un computador portátil.
Pues porque claro, son 40 días y 40 noches, no, algo habrá que hacer.
No, Jesús se fue a experimentar el silencio y su alma ansiaba escapar hacia Dios como el hierro atraído por la fuerza del imán.
QUE CUIDE EL SILENCIO Y EL RECOGIMIENTO
Señor, que yo pueda vivir esa experiencia en este tiempo de cuaresma porque cuide el silencio, porque cuide el recogimiento.
Porque viva la experiencia del desierto, así, Señor, te busco más a Ti.
Que el alma ansíe escaparse.
Y ahí también puede estar presente el sacrificio, buscar el crecimiento interior, buscar ese recogimiento, ese sosiego, esa paz del corazón.
Buscar esos momentos, Señor, en dónde podré encontrarme contigo, eso supone sacrificio, pues ahí puede estar el sacrificio de la cuaresma también.
Además, así recordamos todos los cristianos la experiencia del pueblo judío.
PEREGRINOS DE ESPERANZA
Mira lo que nos dice el Papa Francisco, a quien encomendamos, especialmente, en este rato de oración. Dice el Papa este mensaje de Cuaresma: antes que nada, Caminar, el lema del Jubileo, Peregrinos de Esperanza, evoca el largo viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida, narrado en el libro del éxodo, el difícil camino desde la esclavitud a la libertad, querido y guiado por el Señor que ama a su pueblo y siempre le permanece fiel.
Y el Papa nos hace está pregunta que nos puede ayudar para este rato de oración, ¿Estoy realmente en camino, o un poco paralizado, estático, con miedo, y falta de esperanza? ¿Estoy satisfecho en mi zona de confort?
Pues Señor, con esta pregunta terminamos este ratico de oración. pidiéndote que en este desierto de la cuaresma nos convirtamos a Ti de todo corazón, nos deslicemos buscando en la oración, en el sacrificio y en limosna, esos árboles robustos que nos llevan hasta la cima.
Eres Tú, Señor, el que nos permite subir a la Pascua junto a Tí.
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