Salus Populi Romani
Siempre que el Papa Francisco sale de viaje, se va a poner bajo los pies de la imagen de la Virgen “Salus Populi Romaní” que significa: “Salvación del pueblo de Roma “ o “Salud del pueblo de Roma”. Y cuando regresa lo primero que hace siempre, es ponerse a los pies de la Virgen.
Esta imagen de la Virgen, está ubicada en la basílica de Santa María la mayor en Roma. Hoy en la Iglesia celebramos la dedicación de esta basílica. Una basílica construida hace muchísimos años. Fue construida en el siglo V y es la primera basílica dedicada a la Santísima Virgen María.
La imagen de Virgen es una imagen muy venerada por el pueblo de Roma, y por todos los cristianos. Se cuenta que en el año 590, el Papa san Gregorio Magno, acompañado de una multitud de fieles, llevaba el icono de la Virgen en procesión hacia San Pedro implorando que cesara la peste que asolaba en ese momento a la ciudad.
Cuenta la tradición, que al llegar a la altura del «Parco de la Mole Adriana”, apareció sobre ella un Ángel que envainaba la espada, dando a entender, que por intercesión de la Virgen, en ese momento cesaba el mal de la terrible peste.
Tiempo después, la fortaleza cambió de nombre por el nombre, que hoy conocemos:» Castillo de san Angel ”. Este, esta situado muy cerca de la Basílica de San Pedro. Hoy un sitio muy visitado por los turistas, situado al lado del río Tíber
CASTEL SANT’ ANGELO
En la parte alta del Castillo se encuentra un Ángel, que lleva envainada una espada, que recuerda precisamente este momento histórico, en el que el Papa San Gregorio Magno llevaba la imagen de la Virgen implorando la salvación para el pueblo de Roma.
Pero ¿De dónde viene ese cariño y esa tradición a la Virgen “Salus populi Romaní”? Cuenta también la tradición, que la noche del 5 de agosto del año 352, la Santísima Virgen se apareció en sueños simultáneamente a dos personas, a dos romanos. Uno de ellos era el Papa Liberio y el otro el Patricio, Juan.
La Virgen, a estos dos se les presenta en un sueño y les dice que debían construir una Iglesia en su honor, en el punto, en el que en la ciudad, apareciera al día siguiente nieve.
NIEVE EN AGOSOTO
Agosto es en Roma, pleno verano, tiempo que hace un calor bastante fuerte. -Yo he estado en verano en Roma, precisamente en esta época, y hace muchísimo calor. Recuerdo que estuve precisamente un 5 de agosto, donde me pude acercar a la basílica de Santa María la mayor y rezar ahí delante de la Virgen.
Claro, Juan el Patricio se levanto y lo primero que hizo fue ir a ver al romano pontífice, y decirle: “Santidad, mire, esta noche soñé con la Virgen, la virgencita se me aparece y me dice: «allí donde aparezca nieve, hay que construir una Iglesia”».
La sorpresa del Patricio Juan, no fue menor cuando el Papa le dijo: ”pues yo también he soñado con eso”. Se fueron a buscar el lugar y encontraron que la Virgen, quería que se construyera Santa María la mayor en un monte pequeño… el monte Esquillino.
Cada año en la basílica Santa Maria la Mayor se abre el techo y caen sobre toda la básica, en la nave central de la basílica, unos pétalos blancos recordando esa insólita Nevada.
Ya en el siglo sexto, se celebraba la dedicación de la basílica. Es una fiesta muy, muy antigua. Allí se construye esta basílica, que después se tiene una reconstrucción bastante importante.
THEOTOKOS
Después precisamente de que se celebrara el Concilio de Éfeso en el 431. Concilio muy importante, pues es ahí donde se proclama: El dogma de la Madre De Dios, Theotokos.
La Virgen es Madre de Dios… Tuvo que proclamarse ese dogma porque un personaje, un poquito inquieto llamado Nestorio, que era patriarca de Constantinopla, decide no acepar la maternidad divina de María. Es, entonces que el pueblo se le fue encima, lógicamente. Y se tiene que empezar a estudiar el tema y es entonces que se reúne el Concilio de Éfeso en el año 431.
Se cuenta que la noche anterior a ser proclamado el dogma, el pueblo estaba con antorchas y al día siguiente también celebraron por la noche, caminando por toda la ciudad de Éfeso, para celebrar el dogma de “La Theotokos”. Santa María Virgen es Madre de Dios, puesto que engendró, según la carne al verbo de Dios encarnado, pues también es Madre de Dios, no solamente madre de Jesucristo hombre, sino Madre de Dios.
Esta imagen de la Virgen, que cuenta la tradición que apareció debajo de esa Nevada en una una tabla. Es la imagen de la Virgen que se venera desde entonces en Roma.
TEMPLOS CASA DE DIOS Y CASA NUESTRA
Es impresionante cómo Dios ha querido habitar en templos construidos sobre roca. Esa, es quizá la punta sobrenatural, que yo le quiero sacar a este rato de oración. Porque claro, podemos considerar de manera extraordinaria: la Nevada, el sueño, la imagen de la Virgen «Salus Populus Romani», la imagen de la Virgen que detiene la peste, en la época de El Papa Gregorio magno, en el siglo sexto en el año 590.
Nos podemos quedar con estos detalles, un poco externós y dejar de considerar la importancia, de que Dios se quiso quedar con nosotros, precisamente en cada templo y en cada Iglesia.
Templos, donde también está la imagen de la Santísima Virgen, a la que muchos cristianos nos acercamos para saludar, para venerar, para implorar su protección y su bendición maternal.
CADA IGLESIA DIFERENTE, TODAS CON EL MISMO VALOR
Dios se ha querido quedar con nosotros para que con fe, entramos nosotros al templo: pequeño, mediano, bonito, -podríamos decir. feo, -porque no, estrechó, oscuro. Pero, independientemente de cómo sea el templo por dentro o por fuera, allí está Dios y allí se quiso quedar Dios. Concretamente en el Sagrario, en esa cárcel de amor.
¡Cómo notamos también la presencia de la Santísima Virgen allí, en cada templo! Con qué cariño, con qué devoción están puestas esas imágenes que nos recuerdan a la Madre de Dios. Pues, hoy celebramos esta fiesta de la dedicación de la basílica de Santa María la mayor, el templo más antiguo dedicado a la Santísima Virgen.
Cuántos templos en el mundo están dedicados a la Virgen, decenas, miles de templos en todo el mundo, pues el primero es esta basílica. Y, por eso lo celebramos con especial relevancia. Vamos a agradecer a la Virgen ese detalle que tuvo de cuidar especialmente al pueblo de Roma y que sigue cuidando al día de hoy.
La gente allí, les tiene una devoción enorme. El Papa que es el obispo de Roma, le tiene como primer hijo de Roma, una especial devoción, un especial cariño.
Es un buen momento también hoy, en esta fiesta para pedir a la Virgen por todas las intenciones del Romano Pontífice, por todos sus deseos, todas las veces que ha ido allí, que es para pedir por nosotros, los hijos de la Iglesia, sus hijos en la Iglesia. Vamos a confiar también a nuestra madre todas las intenciones del Papa.
Amén, gracias padres por estas hermosas meditaciones.
Amén, gracias padres por estas hermosas meditaciones.