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P. Juan Carlos

7 min

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LA PODEROSA ORACIÓN DE LA MADRE

¿Alguna vez pensaste que estabas perdiendo la batalla espiritual por tu hijo mientras una cosa tras otra salía mal, aunque orabas con todo tu corazón? ¿Tienes un hijo en problemas de adicción a las drogas, alcohol, promiscuidad sexual, asuntos de identidad sexual, desórdenes alimenticios, autoflagelación, depresión, intentos suicidas u otros desórdenes de salud mental, problemas legales o de conducta?

LA MUJER CANANEA

“Una mujer cananea que procedía de esa región comenzó a gritar: ¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio. Pero él no respondió nada…”

(Mt 15, 22-23)

Se ve que está chica seguía gritando atrás porque se acercaron sus discípulos y le pidieron:

“-Señor, atiéndela porque nos persigue con sus gritos. Jesús respondió: Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: – ¡Señor socórreme! Y Jesús le dijo: -No está bien tomar el pan de los hijos para tirárselos a los cachorros. Ella respondió: -Y sin embargo Señor, los cachorros comen las migajas que caen de la mesa de sus dueños. Entonces Jesús se dio diciéndole: ¡Mujer, qué grande es tu fe! Que se cumpla tú deseo. Y en ese momento, su hija quedó curada.”

(Mt 15, 23-28)

Esto nos dice el Evangelio que leemos el día de hoy. Estaba pensando que fuerte es el deseo de la madre por rezar por sus hijos. Es importantísimo ver esa constancia que tiene esta mujer cananea.

Decía San Juan Crisóstomo en su homilía:

“Siendo así que debería haberse sentido desanimada, la Cananea se acerca aún más y, adorando a Jesús, le dice: “¡Señor, ayúdame!”. Pero mujer, ¿es que tú no has oído lo que ha dicho: “He sido enviado solo a las ovejas perdidas de la casa de Israel”? Sí, lo he entendido, contesta ella, pero es el Señor…”

(Homilía sobre san Mateo, nº 52, 1-3)

Y le sigue insistiendo…

Definitivamente la oración de una madre es poderosa. Si eres madre y te preocupas siempre de tus hijos y padres también, por supuesto, pero tal vez es una cuestión más maternal: de que coman, de que estén bien con sus amistades, de que no pasen frío, de que puedan ir seguros a todas sus actividades, de que estudien, de que tengan un buen trabajo, de que conozcan gente buena…

ORACIÓN DE UNA MADRE

LA PODEROSA ORACIÓN DE LA MADRE

Incluso, puede ser que, en ocasiones, sientas que no puedes con la gran responsabilidad de criar y educar a niños pequeños o adolescentes que se van tornando rebeldes y dejan de escuchar.

Si te sientes abrumado o abrumada con frecuencia sobrepasado al reconocer que no puedes con todo. Sin embargo, es justo en este momento en el que debes recordar, cómo la cananea, que tienes en tus manos el gran poder de la oración. De que vayas al Señor Jesús, y le pongas una y otra vez, aunque parece que no te escucha porque Él está esperando esa insistencia tuya.

Seas una madre joven con una bebé en brazos, tengas varios pequeñitos corriendo a tu alrededor o si ya las canas se asoman en tus costados y tus hijos están formando sus propias familias y te has ganado ya el título de “abuelita” o “abuelito”, la oración es una de las herramientas más grandes que tienen las madres y los padres, las abuelas y los abuelos para cuidar y velar por los que aman.

Porque la oración es comunicación directa con Dios y nadie mejor que Él para entender tus aflicciones y tus preocupaciones al criar a tu familia. Él es un Padre amoroso que desea lo mejor para cada uno de sus hijos. Él cuida y protege, Él es la fuente al que todo ser puede recurrir en cualquier momento y la oración es la clave para hacerlo.

Una persona que reza tiene el poder de trasformar y mejorar la vida, no solo de su familia. Su poder e influencia, de la oración, pueden llegar a bendecir generaciones. Date la oportunidad de bendecir a tu familia por medio de tus oraciones, estas podrían contribuir al gran cambio que has buscado en tu hogar.

LA HISTORIA DE JENNY

Escuché una historia moderna de la misma cananea, en tiempos nuestros, es la historia de Jenny Walsh. Y esta chica cuenta que un día, durante su último año en la escuela secundaria, su hijo salió de la casa llevándose un carro y el dinero que retiró de la cuenta de ahorros y le escribió este mensaje de texto: “No trates de encontrarme.”

Jenny sabía que sufría su hijo de depresiones y que fumaba mariguana, pero no fue sino hasta entonces en que se enteraron que era un adicto usando todo tipo de drogas. Jenny estaba frenética.

Y escribe: “¿Alguna vez pensaste que estabas perdiendo la batalla espiritual por tu hijo mientras una cosa tras otra salía mal, aunque orabas con todo tu corazón? ¿Tienes un hijo en problemas de adicción a las drogas, alcohol, promiscuidad sexual, asuntos de identidad sexual, desórdenes alimenticios, autoflagelación, depresión, intentos suicidas u otros desórdenes de salud mental, problemas legales o de conducta?

Cuando las circunstancias por las cuales oras empeoran cada día, continúa orando con valentía.

Si estás en estas dificultades, hay que volver al Evangelio y encontrar un poco estas mismas características de los personajes que vivieron con Cristo, que interactuaron directamente con Él.

La cananea sufre exactamente lo mismo que esta historia que acabo de hablar de Jenny, tiene una hija o un hijo que pasa por unos graves problemas y parece que Jesús no les oye, es más, parece que Jesús está dispuesto a pasar por alto y de largo todas sus súplicas.

Sin embargo, esa perseverancia en la fe, esas ganas de sacar adelante a sus hijos, hace que Dios les termine escuchando.

Cuando las circunstancias empeoran cada día, orar siempre parece una montaña. Por eso es importante darnos cuenta que el Señor está esperando realmente la conversión de nuestro corazón.

NECESITAMOS DE DIOS

La oración de una madre

Muchas veces hemos escuchado que: “Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos” y es efectivamente no una pobreza material, sino una pobreza de necesidad: el pobre es el que necesita y nosotros debemos también necesitar de Dios.

Y una madre o un padre desesperados por sus hijos saben que no pueden hacer nada directamente, necesitan con esa desesperación -por así decir- de Dios; de que el Señor les haga el milagro de tocar los corazones de sus hijos.

A Jenny le costó muchos años de oración y de darse cuenta de que su oración no podía parar hasta encontrar devuelta a su hijo, que pasó por una desintoxicación en centros, en sanatorios.

Nunca estuvo completamente sano hasta el momento en el que murió, pero Jenny estuvo siempre cerca de él. Sabe que Dios le escuchó, porque el Señor se encargó de que ese chico volviera un poco a la fe también.

Y es que, a veces, los planes no terminan exactamente como nos gustarían. No todos comiendo perdices, sino que los planes de Dios son un poco distintos y pasan un poco por la Cruz.

Sin embargo, lo que no puede dejar de estar ahí es la oración de la madre y del padre, esa ayuda real por los chicos. Estamos viviendo ahora en una época en la que realmente estamos expuestos a tantas perversidades. Es impresionante toda la carga que sufren los chicos con el tema de la ideología de género, con el tema de las drogas, con el tema de la pornografía.

LA ORACIÓN DE LOS PADRES ES UNA NECESIDAD

Son muchas las cosas que tienen en contra, pero también tienen que contar en cambio, en positivo, con la oración de los padres, que no es una tontería, es una cosa necesaria.

Necesaria igual que los pobres necesitan de la ayuda de los demás para poder salir y están como necesitados y piden esa esa ayuda: – ¡Ayúdenme por favor!

Bueno, de la misma forma, nosotros tenemos que acudir al Señor con ese corazón que no tiene ninguna otra cosa que hacer, sino recurrir a Dios para que Él sea el que arregle las cosas.

Él sea el que traiga un poco de paz o que traiga un poco de consuelo al corazón de los hijos; que elabore el milagro, igual que lo hizo con la cananea; que haga las cosas necesarias para que los chicos vuelvan y si no vuelven completamente, por lo menos que vuelvan en parte. Porque, a veces, eso es lo que sucede, que los milagros no son completos, sino que se van dando en el tiempo y se demoran muchos años.

Que tengamos esa fe, esa fe que le movió a la cananea a estar persiguiéndole a Cristo, molestándole, incordiándole hasta tener ese milagro completo en sus manos.

Así, nos tocará hacer a ti y a mí por las personas que queremos y sobre todo a las madres y a los padres por sus hijos y a los abuelos también, porque a veces la oración está recayendo cada vez más en ellos.

Vamos a acudir a nuestra madre la Virgen, para pedirle que nos haga tener esa fe, que llegue hasta las últimas consecuencias, igual que la cananea; aunque parezca que el Señor nos escucha porque vale la pena pedir siempre por los hijos y por los nietos.


Citas Utilizadas

Jr 31, 1-7

Jr 31

Mt 15, 21-28

 

Reflexiones

Señor, te pedimos por nuestros hijos y todas las personas que queremos para que siempre estén cerca de Ti.

Predicado por:

P. Juan Carlos

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