JESÚS NOS ENSEÑA A ACUDIR A LA ORACIÓN
En aquellos días nos cuenta San Lucas en el Evangelio de hoy:
“Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y escogió entre ellos a los doce, a los que también nombró apóstoles.
Simón, al que puso de nombre Pedro y Andrés, su hermano, Santiago, Juan Felipe, Bartolomé Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón llamado el Zelote, Judas el de Santiago y Judas Iscariote que fue el traidor”.
(Lc 6, 12-18)
JESÚS ELIGE A LOS DOCE
Jesús hace uno de sus actos más importantes de su vida pública, elige a los doce que serán sus apóstoles, que serán las columnas de la Iglesia.
Jesús sabe que ese momento es importantísimo, que es determinante y qué hace para prepararlo pasa toda una noche en una oración.
Toda la noche rezando, toda la noche, hablando con su Padre del Cielo. Nos podemos imaginar, le habrá dicho algo de cada uno de ellos a los que pensaba elegir, se habrá sorprendido con alguna de sus actitudes, le habrá pedido a su Padre, Dios por cada uno de ellos.
También el Padre le habrá aconsejado, quizá, oye, dile a éste que haga esto de acá, a este que trabaje esta virtud, este es un poco tímido vas a tener que apoyarlo especialmente.
Bueno, quién sabe cómo habrá sido esa oración, pero seguramente fue un diálogo riquísimo, un diálogo de amor en que Jesús estaba pensando en cada uno de esos doce apóstoles.
Habrá sufrido mucho con Judas porque Él lo quería desde el principio, quería que fuera un gran apóstol. Y quién sabe si tendría en ese momento la esperanza de que fuera un discípulo fiel.
SE PREPARA CON ORACIÓN
Pero es bonito ver cómo el Señor prepara ese momento tan importante con oración.
Lo primero es la oración en la vida del cristiano, lo primero y Jesús quiere mostrarnos esto.
Los eventos más importantes, el Señor los prepara con mucha oración. Antes de su vida pública, sabemos que pasó 40 días de oración en el desierto. Luego, cuando elige a los apóstoles, pasa toda una noche en oración.
Cuando ve cosas buenas en su vida, su alma se dirige al Padre.
Los discípulos saben que Jesús, cuando no está con ellos está rezando. Está hablando con su Padre del cielo. Es su primera ocupación, antes de su Pasión de nuevo en el huerto de los olivos, ¿que hace? reza.
Jesús prepara todos esos momentos con oración.
Lo primero es la oración, San Josemaría nos lo repetía constantemente, lo primero es la oración.
Hay un punto de camino en el que San Josemaría, decía hablando del apostolado, de esa misión cristiana y él decía lo primero, la oración, después la mortificación, el sacrificio, ofrecerle al Señor esa mortificación de los sentidos, y en tercer lugar, muy en tercer lugar, la acción.
No quiere decir que no tengamos que actuar, es importantísimo actuar, pero no es lo primero.
LO PRIMERO ES LA ORACIÓN
Lo primero en importancia es siempre la oración, es Dios el que hace las cosas.
Hace poco contaban de un sacerdote que estaba recién comenzando su ministerio de una parroquia y decía a sus feligreses: les pido tres cosas: Primero oración, segundo oración y tercero oración.
O sea, les pido que recen por mí y el Papa Francisco cada vez que está con alguien, que escribe una carta, que tiene que poner unas palabras en una dedicatoria, les pido que recen por mí.
Es lo que está constantemente pidiendo porque sabe que su ministerio, su trabajo, su visión de gobernar a la Iglesia está basada en la oración.
La oración es imprescindible, es lo principal para todos los cristianos. Oración, oración, oración.
DIÁLOGO ÍNTIMO CON EL SEÑOR
Es muy importante que aprendamos que lo primero siempre es la oración y por eso estamos acá, en estos 10 minutos de hablar con Jesús estamos hablando con el Señor, estamos haciendo oración, porque queremos que nuestra vida se fundamente en ese diálogo personal íntimo de amistad con el Señor.
No hay nada más importante que la oración.
Cuentan de una vez que Juan Pablo II estaba rezando en su capilla personal cuando llega un sacerdote, quizá no me acuerdo bien, pero creo que era su secretario, que le dice Santo Padre, lo necesitamos urgentemente, es muy importante que usted venga y el Papa le dice: sí, pero ahora estoy rezando.
Al rato se acerca de nuevo y hay un asunto muy urgente que tiene que resolver, Santo Padre, el Papa dijo: si es urgente lo primero que necesitas, la oración del Papa, y continuó rezando.
Porque la oración, ese diálogo personal con Jesucristo, esa oración, o ese diálogo íntimo de amor, como decía Santa Teresa, ese tratar de amistad con quien sabemos que nos ama, es lo principal, lo primero.
¿CÓMO PREPARO MI ORACIÓN?
Y podemos pensar si es tan importante la oración:
¿Qué lugar le doy a mi vida? ¿Cómo preparo mi oración? Uno se puede poner a pensar si yo tuviera una entrevista con la persona que más admiro en el mundo, y hasta piensa quién es la persona que más admiras en el mundo, un actor o un cantante, un deportista, alguien de la política o el Papa o una persona que sea muy famosa.
La persona que yo más admiro, si yo tuviera una entrevista con ella, ¿Cómo prepararía ese rato de conversación?
Quizá haría una lista con temas importantes que me gustaría tratar con esa persona, cosas mías de las que me gustaría conocer su opinión, cuidaría mi presentación personal y me trataría de presentar bien peinado, bien vestido, preparado para la ocasión.
También, no sé, dormiría bien el día antes para estar con buena cara, etcétera y uno piensa en todas esas cosas que haría para presentarse delante de esa persona a la que uno admira.
¿Cómo me presento yo delante del Señor? ¿Es una pregunta que me hago a mí mismo y te la hago también a ti, ¿Cómo nos presentamos delante del Señor? ¿Cómo preparamos nuestra oración? Es verdad que a veces no hay mucho tiempo, que a veces no tenemos mucho margen para hacer mucho antes de nuestro rato de oración.
Quizás esta oración, de hecho, ahora mismo estás escuchando este audio en un auto, en un coche o en un carro depende del país, o en el metro, o en el bus, o quizá en la tranquilidad de tu habitación, o en la oficina, pero bueno, es un momento que quizá tuviste que seleccionar porque no tenías mucho más.
SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO…
Y bueno, no tuviste mucho tiempo para preparar este rato de oración, pero mira al menos te planteo esta pregunta: ¿Cómo aprovechas esa oración inicial que rezamos cada vez que hacemos este rato de oración, este rato de hablar con Jesús?, cuando comienza, el sacerdote dice: Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí.
Yo voy a decir, bueno, creo de verdad que Jesús está realmente aquí presente, en la iglesia, en el autobús, en el auto, en la calle, ahí donde esté. Qué me ves, que me oyes, me doy cuenta de que Jesús me ve y me oye, de verdad lo creo de verdad.
Te adoro con profunda reverencia, me pongo a los pies del Señor y le digo, te adoro porque sé que Tú eres mi Dios, te pido perdón de mis pecados.
Pido perdón por todo lo que me haga alejarme de Ti.
Y te pido gracias para hacer con fruto este rato de oración.
DAR GRACIAS
Este rato de oración que ya estamos terminando ahora, pero que al principio te decíamos que te pedíamos. Gracias para hacerlo con fruto.
Todo esto es ya oración y es preparación inmediata para ese rato que vamos a pasar hablando con el Señor.
MAESTRA DE ORACIÓN
Terminamos este rato de oración acudiendo especialmente a la Virgen, ella es maestra de oración y a ella le pedimos que nos ayude a aprovechar cada rato de oración y a preparar cada momento de nuestra vida, sobre todo los más importantes con la oración.
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