LUNES SANTO
Hoy, 25 de marzo, deberíamos tener la solemnidad de la Anunciación, pero como es Lunes Santo, pasan esa fecha, y tiene prevalencia la Semana Santa, por supuesto.
Y no podemos dejar de hacer una pequeña mención y decirle a Nuestra Señora que le tenemos muy presente. Madre, gracias por estar siempre con nosotros. Gracias por llevarnos siempre a Jesús.
Hoy, que es un día en que normalmente consideramos esa anunciación Tuya que se recoge en el Evangelio, cuando se te presenta el Ángel, le das paso a Jesús, al igual que siempre has hecho.
Porque nos enseñas siempre como a los apóstoles en las bodas de Caná, que hagamos lo que Él nos diga. Y ahora nos mandas a que hagamos lo que la Iglesia nos dice que es vivir bien el Lunes Santo.
Y el Evangelio que nos propone la Iglesia el Lunes Santo es justamente seis días antes de la Pascua, cuando Jesús vuelve a Betania, donde estaba Lázaro, recordamos que Lázaro ya había resucitado y ahí hay una cena.
Es una cena claramente festiva en donde Marta servía y Lázaro era uno de los comensales. Y María, dice el Evangelio, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y lo secó con sus cabellos. Y la casa se impregnó con la fragancia del perfume.
María, hermana de Lázaro y de Marta, hace ese regalo tan imponente, porque agradeció a Jesús todo lo que ha hecho por su hermano, por su amistad y rompe ese frasco de nardo puro y lo entrega completamente.
DETALLES DE CARIÑO
Aquí vemos, algo que,
«Ante la generosidad impresionante de María, Judas se pone inmediatamente como a la defensiva. Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo iba a entregar, dijo: ¿Por qué no se vendió este perfume en 300 denarios para dárselos a los pobres? Le parece demasiado ese detalle de cariño con Jesús».
Y empieza ya a darse cuenta de que algo hay en el corazón de Judas, que no funciona bien. Y Jesús le responde:
«Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura. Y a los pobres los tienen siempre, pero a mí no me tendrán siempre».
Entonces, cuenta el Evangelio que mucha gente intentó ir a ver lo que pasaba para ver a Jesús, pero también para ver a Lázaro, porque claro, es el que había resucitado de entre los muertos…
Los sumos sacerdotes resolvieron también matar a Lázaro, porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían en él por Jesús.
Pero nos encontramos con esta actitud de Judas, que contrasta con la actitud de María, la hermana de Lázaro.
El Señor se encontraba siempre a gusto en Betania; y en Betania hacía las cosas con mucha naturalidad. Los hermanos le recibían siempre y le atendían bien. Se ve que es una familia de medios, porque un frasco de nardo puro no es una cosa que pueda estar al alcance de cualquier persona…
Y nuestro Señor se sentía bien acogido en Betania.
VISIONES DE UNA SANTA
Hay una santa que se llama Santa Gertrudis de Helfta, vivió en el año 1300, que recibió unas locuciones, como unas visiones de nuestro Señor, en el que Jesucristo le decía a Santa Gertrudis: “
Si quieres ofrecerme también el perfume que según la Sagrada Escritura esta mujer derramó devotamente sobre mi cabeza, después de haber roto su recipiente, de forma que la casa se impregnó con la fragancia del perfume; debes saber que lo harás con excelencia, amando la verdad.
Si el que ama la verdad y por defenderla pierde amigos o se expone a otras penas o asume fatigas voluntariamente, es como si rompiera el recipiente de un perfume precioso, y lo derramará sobre mi cabeza, y la casa se impregnó de su bella fragancia”.
Bueno, estas son palabras muy fuertes. Amar la verdad, decir las cosas directamente. Con prudencia, por supuesto, como siempre, pero decir las cosas.
Se ve que al Señor le gusta que tengamos ese esfuerzo, de ser siempre veraces, de cuidar esos detalles.
Esta misma Santa Gertrudis le decía. Como respondiendo esa locución del Señor:
“¡Oh, Señor!, se dice que María había comprado ese precioso perfume. ¿Cómo podría rendir un homenaje tan grande con una compra semejante?”
Porque claro, como decía antes, era bastante costoso. Y el Señor respondió:
“Lo hace el que me ofrece su buena voluntad en algo que quiera llevar a término, porque me ama, aunque sea grande la pena que deba darse, si procura mi Gloria, me compra un perfume preciosísimo”.
Es lo más agradable para mí, hacer las cosas por cariño al Señor.
PONERLE CARIÑO A MI REZO
Hoy me pasó un detalle que estaba rezando el rosario ya estaba por el tercer misterio. Me encontré de frente con una imagen de Nuestra Señora que tengo en mi casa, en la casa nueva donde estoy viviendo aquí en Guayaquil.
Me quedé viendo la imagen y me di cuenta: ‘¡Ay, ¡qué mudo soy, no he rezado bien hasta ahora, estoy ya en el tercero y lo he hecho súper mecánicamente! ¡No le he puesto tanto cariño a esa oración!’.
Entonces me di cuenta de que no estaba rezando con cabeza, que no estaba, como dice Santa Gertrudis, haciéndolo con buena voluntad, sino más bien porque me tocaba, porque rezo el rosario en familia los sábados.
Y entonces todos estábamos rezando y yo estaba con los demás, estaba rezando, pero me faltaba poner ese cariño de quererlo hacer bien. De querer comprarle ese perfume precioso al Señor, de entregarle, en este caso a la Virgen, ese esfuerzo de querer hacer las cosas bien.
Hacerlas ya es algo, por supuesto, pero querer hacerlas bien es como el perfume que le regalamos al Señor o a nuestra Madre. ¡Y qué bien se siente Jesús con esto!
En cambio, Judas Iscariote, se pone nervioso, se pone tenso porque otras personas tienen detalles de cariño con Jesús.
AMARLE CON EL CORAZÓN
Y he visto esto también que, en familias, cuando la madre empieza a rezar un poco más, o empieza a ir a misa con más regularidad, alguno de la familia se puede poner un poco nervioso, porque preguntan, ¿por qué estás rezando tanto? … dale suave…
Eso es algo súper positivo y a veces tenemos que luchar contra estos ambientes que son un poco más negativos, y habrá que ponerle prudencia, y sabiduría, por supuesto, pero sabiendo que cuando le entregamos al Señor de corazón las cosas, funcionan mejor.
El Señor quiere que le amemos, que entreguemos este perfume preciosísimo. Es importante amar al Señor con el corazón.
No me gustaría dejar de mencionar una cosa en este día tan especial del Lunes Santo, porque es también el 150º aniversario de cuando Ecuador fue consagrado como país al Sagrado Corazón de Jesús.
Es el primer país que fue consagrado y aquí le tenemos mucha devoción. El Papa ha escogido al Ecuador para hacer aquí el 53º Congreso Eucarístico Internacional, justamente por esta fecha.
En todas las iglesias estamos rezando una oración de consagración especial, porque al Señor también se le quiere con el corazón.
ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN
Por eso me gustaría terminar con la Oración de Renovación de la Consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús, que también puedes unirte tú:
Señor Jesús, por tu amor infinito venimos a renovar nuestra consagración a tu Sagrado Corazón.
Somos tuyos y queremos caminar Contigo. Danos un corazón manso y humilde para ser obedientes a la voluntad del Padre, adoradores en espíritu y en verdad y alegres misioneros de tu Reino.
Corazón de Jesús, que nos unes en el Santo Hogar de Nazaret, con el mismo sentir de María y de José, protege a nuestras familias.
Concédeles un corazón sabio para escuchar tus palabras de vida, un corazón agradecido por el pan de cada día, un corazón generoso con los más necesitados. Un corazón misericordioso para con todos.
Corazón de Jesús, faro de luz y de verdad, haznos fuertes en el amor y en la esperanza para crecer en el respeto por la vida. Ser sabios custodios de la casa común y vivir una auténtica fraternidad que sane las heridas del mundo, y ahuyente de nuestra patria toda sombra de división.
Corazón de Jesús traspasado de amor en la Cruz, de cuyo costado herido brotó el agua de la vida y de la sangre del amor, concédenos sabiduría y fuerza para romper todo muro de egoísmo y exclusión, toda forma de violencia e injusticia, y todo acto de corrupción e impunidad.
Corazón de Jesús, que vuelva a reinar tu paz entre nosotros. Enséñanos a escuchar, como María, el grito de los pobres para comprometernos con ellos.
Dios de amor es Santa Eucaristía, mira al pueblo de tu corazón. Amén.
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