Jesús, vengo hoy con el corazón lleno de gratitud por el Pontificado del Papa Francisco.
Su cercanía con la gente, especialmente con los más necesitados, ha sido como un faro de esperanza para todo mundo, no solamente para todos los bautizados -que somos toda la Iglesia militante aquí en la tierra-, sino yo creo que para todas las personas del mundo que nos recordaron tus propias palabras, tus propias acciones, cuando caminaste aquí en la tierra, como por ejemplo con el Evangelio de ayer de los discípulos de Emaús para devolverles la esperanza.
Incluso, Jesús, caminaste un largo trecho en contradirección, pues así era un poco el Papa Francisco. Caminaba incluso en contradirección para después volver con ellos juntos renovada la esperanza a Jerusalén, a la Iglesia.
¡Qué importante es la cercanía con la gente! Tú me enseñas, Jesús, que el amor y la misericordia tienen que ser tangibles y especialmente con aquellas personas que se sienten olvidadas, con aquellas que sufren.
Y precisamente Jesús, el Papa Francisco, en sus homilías, nos invitaba constantemente a no tener miedo a acercarnos a los demás, a tocar sus heridas, a compartir sus vidas.
Me platicaban unos amigos de Hermosillo que fueron en esta Semana Santa a visitar la casa del hermano Pablo, que es un buen hombre que recoge a los ancianos mini moribundos que ya están bastante enfermos y los cuida, los cura y los acompaña bien morir.
Y cómo estos muchachos, adolescentes muchos de ellos, tuvieron como esa caridad fina, de curarle las heridas y las llagas a muchos de aquellos enfermos y cómo pudieron asistir incluso a acompañar a uno de ellos a bien morir.
ACERCARNOS A LOS DEMÁS
Cómo nos invitaba el Papa a acercarnos a los demás, a tocar sus heridas, a compartir sus vidas. Nos recordaba constantemente el Papa Francisco que la Iglesia no es una aduana, sino la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas.
Tú nos enseñaste, Jesús, que la Iglesia es un hogar para todos, un lugar de acogida y amor incondicional. Por eso hoy, Jesús, te queremos agradecer mucho el mensaje de estos doce años de Pontificado del Papa Francisco.
Ayúdanos a que no sea nunca una cosa del pasado, porque el Evangelio que él predicó es un Evangelio vivo. Tiene que quedar para siempre grabado, tatuado en nuestros corazones.
Por aquí que ya tenemos un primer propósito: conocer un poquito más sus palabras, sus enseñanzas. Claro que vendrá otro Papa y, finalmente, cada Papa no es el sucesor del Papa anterior, como el papa Francisco no fue el sucesor de Benedicto, ni Benedicto fue el sucesor de Juan Pablo II, sino que cada Papa es el sucesor de Pedro, a quien Tú, Jesús, pusiste como cabeza de la Iglesia aquí en la tierra.
Y como dice la Iglesia, el Papa es el Vicecristo en la tierra. Finalmente es tu representante, Jesús.
Cada Papa nos lleva a Ti de una manera como Tú vas necesitando, con la luz del Espíritu Santo, para comunicar ese amor del Padre, Trinidad Beatísima, Padre, Hijo y Espíritu Santo que se van encarnando en la figura del Papa.
SAN MARCOS, EVANGELISTA
Hoy también, Jesús, es la fiesta de san Marcos evangelista, primo de Bernabé y, según la tradición, intérprete de Pedro y que escribió su Evangelio basándose en las enseñanzas y recuerdos de este apóstol, san Pedro.
Pero Marcos fue un hombre que, a pesar de sus errores, encontró su camino. Marcos, según cuenta la tradición, es el que prestó su casa para que Tú, Señor, con tus apóstoles pudieras celebrar la Última Cena.
Cuentan también y lo leímos hace poco en la Semana Santa, de aquel muchacho que te fue siguiendo con una sábana envuelta, porque seguramente se despertó y así como estaba se fue a buscarte porque te quería, porque tenía un corazón adolescente y cómo cuando vieron que te estaba siguiendo, cuando ibas apresado a la casa de Caifás, los soldados lo quisieron agarrar y él se soltó de la sábana y se fue corriendo desnudo.
Yo me imagino a Marcos como un adolescente impetuoso, como todos los adolescentes, que no fue la única vez que corrió, no fue la única vez que huyó.
MUY ÚTIL PARA LA EVANGELIZACIÓN
Marcos, más adelante, como te contaba Señor, fue primo de Bernabé y cuando Pablo, otro converso, otro que Tú, Jesús, hiciste volver a la Iglesia después de haber vivido, incluso él en carne propia, la persecución y haber sido testigo de la lapidación de Esteban… Pero bueno, esa es otra historia.
Marcos fue también muy adolescente, un muchacho invitado por Bernabé para ir a evangelizar a los pueblos junto con san Pablo, junto con el apóstol Pablo.
Pero ¿qué fue lo que sucedió? En un momento dado Marcos los abandonó. Sin avisar se fue. ¿Por qué se habrá ido Marcos? Pues extrañaría a su mamá o, simplemente, como un adolescente impetuoso se cansó de estar allí, se fastidió y se regresó a su casa.
Pero es bonito cómo más tarde Bernabé, seguramente habrá ido con él, lo llevó de nuevo a Pablo, quién al principio no quería recibirlo, pero finalmente accedió y Pablo hizo muy buenas referencias de Marcos más adelante en sus cartas. Decía: “quien me es muy útil para la evangelización”.
También en Pablo vemos, en relación a Marcos, el de la fiesta de hoy, cómo la gente puede cambiar, la gente puede, en un momento dado, rectificar. De hecho, esa es nuestra vida: comenzar y recomenzar.
Es lo que Tú nos enseñas, Jesús, en el Evangelio con todos los apóstoles, que el camino de la fe no siempre es fácil.
NO PERMANECER CAÍDO
Pensando un poco en esta Semana Santa que acabamos de celebrar, no sólo fue Judas el que te traicionó, fueron todos, todos menos Juan, que es el también apóstol adolescente. ¿Qué tienes Tú, Jesús, con los adolescentes que les robas el corazón?
Ayúdanos, Señor, a seguir teniendo adolescentes. Hombres y mujeres que les enciendas el corazón para seguirte por completo, como lo hiciste con muchos de nosotros, Señor, que a los 15 o 16 años nos llamaste.
Ahora es un escándalo, Jesús. Los primeros que se escandalizan son los papás muchas veces. Pero ellos también pueden volver a la confianza en Ti, a la realidad de que Tú puedes llamar a un adolescente para entregar su vida por completo, para darle siempre lo que sólo un corazón adolescente puede dar: todo el amor contenido en su corazón como una especie de explosión nuclear.
Y, sin embargo, Señor, Tú nos enseñas que el camino de fe no siempre es fácil, que hay momentos de duda, hay momentos de miedo, hay momentos de debilidad. Lo importante es levantarse siempre, como nos decía también el Papa Francisco, citando a los alpinistas:
“en el arte de subir, lo importante no es caer, sino no permanecer caído”
(Viaje apostólico de su Santidad el Papa Francisco a Tailandia y Japón. 19-26 de noviembre de 2019).
Seguir siempre adelante.
MISERICORDIA
Es lo que me llama la atención de Bernabé, cómo fue a buscar a Marcos y Marcos rectificó, se levantó.
Esto me recuerda mucho la actitud del Papa Francisco con aquellos que se sentían lejos de la Iglesia. En lugar de juzgarlos, los acogió con misericordia, comprendió sus situaciones.
Vamos a terminar porque ya se nos pasó la hora.
Gracias Jesús por el Papa Francisco, que nos invitó a ser, a unos los Bernabés, a otros los Marcos. A veces nosotros, Señor, en nuestras vidas somos Bernabés, en otros momentos somos Marcos.
Lo importante es que nos quedemos con este mensaje del Papa, a no dar nunca a nadie por perdido, a ir a las periferias, a buscar a las periferias del mundo, a buscar a aquellos que se sienten excluidos.
Termino con una cita del Papa Francisco que nos decía:
“Prefiero una Iglesia accidentada, herida y sucia por haber salido a las calles antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”
(Papa Francisco. Rezo del Ángelus, 20 de septiembre de 2020).
Madre nuestra, Madre de la Iglesia, acompáñanos a salir al encuentro de los demás, especialmente de los más necesitados; a no quedarnos encerrados en nosotros mismos, sino a imitar también tu ejemplo, María, que saliste. Inmediatamente supiste que Jesús estaba en tu vientre porque tú dijiste que sí cuando eras una chica adolescente y fuiste a buscar a Isabel.
Gracias, María, enséñanos a seguir tu ejemplo.
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