En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidado con los profetas falsos, se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces».
Advertencia del Señor que será siempre actual. Somos ovejas de su rebaño. Cristo, mi buen pastor, que me lleva por caminos seguros.
Cristo: Camino, Verdad y Vida. Cristo, maestro que no solo enseña, sino que da su vida, derrama su Sangre en la Cruz, por amor a la verdad, por amor al Padre, a Dios Padre y a todos los hombres.
Cristo, el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. Nosotros ovejas de su rebaño. Significa animales muy indefensos, la verdad. No tiene ningún mecanismo especial de defensa, de una piel gruesa y unas pezuñas afiladas y unos colmillos filosos, ni capaz de dar una buena patada a quien se le acerca.
La oveja es un animal muy indefenso, y que cualquier alimaña por ahí, una cría de lobo, se la puede comer.
LA FUERZA DE SU AMOR
En este rato de oración podemos confesar al Señor nuestra indefensión. Señor, sin Ti quedo indefenso. Sin ti, no soy capaz de vencer el pecado que está en mi corazón y que tantas veces me tienta en diversas formas: orgullo, egoísmo, comodidad, disimulo, mentira, formas de falsedad, sensualidad, pereza…
Pero Contigo, Señor, sí que puedo. Porque Tú has vencido el pecado y la muerte. Y me comunicas toda la fuerza de tu amor a través de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía, de la confesión y de la oración para vencer.
¡Vence en mí, Señor! Que nunca piense que el pecado, el lobo rapaz que me quiere morder, es imposible de vencer.
Tú, Pastor bueno, con un solo gesto de tu mano, espantas a los lobos más feroces.
FALSOS PROFETAS
Y el segundo punto de meditación es considerar esta advertencia:
«Cuidado con los profetas falsos».
Se acercan con piel de oveja, es decir, con una linda sonrisa en la cara, con una voz suave, con un gesto amable. Con una frasecita hueca que nos podría mover a la confusión.
«Con piel de oveja»… Con apariencia de bondad, pero por dentro, dice el Señor, son lobos rapaces, vienen a morder. Vienen a matar: Afán de poder, de dominio, querer prevalecer… Distintas formas, en definitiva, de la soberbia humana.
Y ésta advertencia de Cristo, siempre actual hasta el final de los tiempos, cobra una especial relevancia, me parece, en lo que nos toca vivir.
IDEOLOGÍAS QUE CONFUNDEN
Pensemos en la situación de Alemania. Seguro que todos ustedes están más o menos enterados de lo que ha sido este camino sinodal alemán y sus conclusiones.
Es muy triste, muy doloroso ver como la mayoría de los pastores obispos de Alemania, han caído en errores gravísimos. No solo teológicos, sino que también podríamos decir, auténticas antropologías, herejías antropológicas. Y las conclusiones de este camino sinodal son verdaderamente un motivo de escándalo.
¿Cómo es posible llegar a tanto error?
Por ejemplo, se plantea que una persona trans, que ha sido mujer y ahora es hombre, pueda ingresar al seminario y luego ordenarse sacerdote…
Con todas las exigencias de una psicología normal, de una persona equilibrada, no digo de especial talento, pero sí que se requiere una base sólida que tiene que ver con la propia historia, con la familia, etcétera; y sobre todo, con el don de Dios, añadir esta situación…
Como si fuera promitente, como si pudieran salir buenos frutos de un invento así. ¡Por supuesto que hay que acoger a las personas y tratarlas con respeto! Pero una cosa es la caridad, la comprensión, y la otra cosa es dejarse llevar simplemente por ideologías.
DOCTRINAS QUE NOS LLEVAN AL ERROR
Nos hacen pensar las palabras del entonces cardenal Ratzinger en la misa por la elección del Pontífice, de cuya elección salió él precisamente elegido como Benedicto XVI.
Decía entonces en la homilía:
“¿Cuántas doctrinas hemos conocido en estas últimas décadas? ¿Cuántas corrientes ideológicas? ¿Cuántos modos de pensar?
La pequeña barca del pensamiento de muchos cristianos ha sido no raramente agitada por estas olas, botada de un extremo al otro. Del marxismo al liberalismo hasta el libertinaje. Del colectivismo al individualismo radical. Del ateísmo a un vago misticismo religioso. Del agnosticismo al sincretismo y así, en adelante.
Cada día nacen nuevas sectas y se realiza cuando dice san Pablo sobre el engaño de los hombres, sobre la astucia que tiende a arrastrar hacia el error.
Tener una fe clara, según el Credo de la Iglesia, viene constantemente etiquetado como fundamentalismo. Mientras el relativismo, es decir, el dejarse llevar de aquí hacia allá por cualquier tipo de doctrina, aparece como la única aproximación a la altura de los tiempos actuales. Se va constituyendo una dictadura del relativismo, que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus ganas”.
ATENTOS A LA VOZ DEL ESPÍRITU SANTO
El cardenal Ratzinger nos hace pensar que hemos de estar atentos a la voz del Espíritu Santo. A la fuerza de la verdad que se nos comunica a través de la Sagrada Escritura, de la Sagrada Tradición y del Magisterio de la Iglesia.
¡Qué buen referente tenemos en el Catecismo de la Iglesia Católica! ¿Tienes alguna duda doctrinal? Acude al Catecismo de san Juan Pablo II, y allí encontrarás una orientación clara.
A partir de ahí, vivir eso que san Josemaría llamaba la Santa Transigencia con las personas y la Santa Intransigencia con el error.