Peregrino… ¿qué es ser un peregrino? Porque aquí estoy en Portugal como un peregrino entre tantos.
La palabra peregrino viene de forastero, pero también de vagabundo; no vagabundo del que pierde el tiempo, sino del que va en camino de un lugar a otro.
Te voy a decir que, como ya te había comentado, he estado de peregrino haciendo el camino de Santiago, luego he ido a Fátima y ahora Lisboa.
En el camino de Santiago, para ganar la compostelana, uno tiene que hacer por lo menos cien kilómetros caminando. Con el grupo con el que voy, lo hemos hecho más o menos en tres días, cosa que nos ha dejado un poco hechos polvo.
Ya lo entenderás, porque el camino es energía y, al mismo tiempo, cansancio. Te encuentras con unos paisajes en Galicia… espectaculares.
Nos ha hecho lluvia y buen tiempo; subidas y bajadas; y en el camino está lo impresionante, que es que nos vivimos encontrando con otros peregrinos de Italia, Polonia, Chile, Filipinas, Estados Unidos, Brasil, Eslovaquia, Alemania y en el camino hablas y rezas.
Han sido ciento tantos kilómetros en un caminar, con un destino que era la Catedral de Santiago de Compostela, donde están los restos del apóstol Santiago.
CORRER ES EL DESTINO
Y a mí se me venía a la cabeza la película-documental que no sé si la has visto que se llama “Air”, que cuenta la historia de cómo se creó la marca, el producto de los “Air Jordan”.
O sea, cuando Michael Jordan firmó con Nike, que hasta ese momento era una empresa desconocida en el mundo del básquetbol.
El dueño de Nike se llama Phil y él tiene contratado, a un hombre -director comercial- que busque gente a quien fichar con la marca y él está contratado, específicamente, para el mundo del básquetbol y descubre a Michael Jordan y lo quiere fichar.
En una de las conversaciones que tiene este Sonny Vaccaro (así se llama el encargado de la marca en el básquetbol) con el dueño -Phil-, Phil le pregunta:
“¿Tú corres?”
A lo que Sonny responde:
“No Phil, no corro”.
Entonces Phil le dice:
“Es duro, es sufrido, es difícil. La ilusión es que la meta es el destino al que te diriges, pero el acto mismo de correr es el destino”.
Y es que es así, no se trata simplemente de alcanzar un lugar específico, sino que el acto mismo de correr, el acto mismo de caminar es el destino.
Toda la vida es un peregrinar y yo creo que en parte para esto sirve hacer un camino como el camino de Santiago es un caminar, reflejo de toda la vida.
Así lo han hecho cientos de miles de personas a lo largo de los siglos. Ya hay registro desde el siglo XII – XIII de todos los peregrinos que realizaban el viaje para visitar al apóstol.
LA TRADICIÓN
Se dice que cuando llegaban a la catedral pasaban aquella noche junto a los restos de Santiago y ahí había teutones, francos, italianos, británicos… y comentan cómo unos rezan, otros cantan y otros más, simplemente, guardan silencio.
Estaba la tradición de darle un abrazo al apóstol. Sobre la tumba hay una escultura de medio cuerpo del apóstol Santiago, se sube por unas gradas y se le abraza, aparte de pasar antes delante de la verdadera tumba y hacer una pequeña reverencia.
La tradición era darle un abrazo al apóstol y decirle:
“Santiago amigo, ruega a Dios por mí”.
Tú se lo puedes decir ahora, yo se lo he dicho y se lo he dicho pensando también en todos ustedes, en ti que estás haciendo este rato de oración conmigo.
“Santiago amigo, ruega a Dios por mí y ruega a Dios por todos los que me acompañan”. Porque tú me acompañas, nos acompañas a todos los que hemos venido también como peregrinos a la JMJ.
Que para nosotros ha implicado esta preparación de visitar a Santiago, pero hay tantos otros que, simplemente, han ido a Lisboa y estarán con el Papa; decir “simplemente” es un decir, porque eso ya es mucho.
Pero he peregrinado contigo y le he dado el abrazo al apóstol contigo.
“Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su Sinagoga y la gente decía admirada:
“¿De dónde saca este esta sabiduría y esos milagros? ¿No es el Hijo del carpintero? ¿No es su madre María y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas?””
(Mt 13, 54-56).
Yo pensaba que esta parte del Evangelio se refería cuando dice Santiago, a Santiago el mayor; o sea, Santiago el que descansa en Santiago de Compostela y parece que no, que es Santiago el menor. Pero el sentido es el mismo.
EL DE AL LADO
Jesús es como “el de al lado”; así también los apóstoles son “el de al lado”. Como al Papa le gusta decir: “El santo de la puerta de al lado”.
Y es tan normal, “Tú Señor eres tan normal y eres tan amigo, que te podríamos dar un abrazo, que te damos un abrazo, por eso también se lo damos a tus amigos; se lo damos al apóstol Santiago”.
Yo he tenido la suerte de concelebrar la santa misa en la famosa “misa del peregrino” en la Catedral de Santiago, ahí en Santiago de Compostela. Éramos muchos sacerdotes.
Tuve también la suerte de pasar toda la misa al lado de la tumba del apóstol y, así, durante las lecturas, incluso durante la homilía, (la precedía el obispo) pude estar ahí recordándole a Santiago todas las intenciones, presentándole las intenciones tuyas -porque lo prometido es deuda- y he rezado por tus intenciones.
FÁTIMA
También, ayer he podido concelebrar la misa en Fátima. ¡Ha sido una seguidilla esto! Me habían avisado que la misa se haría en la Capellinha, pero se trasladó a la nueva iglesia por la cantidad de peregrinos.
Había una cantidad, la verdad, llamativa. Muchos italianos -si no me equivoco estaba ahí casi que toda la delegación de Roma que va a la JMJ. Ya después pude hacer un rato de oración (con calma) ante la imagen de la Virgen de Fátima en la capilla de las apariciones.
Me consolaba mucho estar ahí y también me consolaba el hecho de poder saldar esa deuda que había adquirido contigo, de presentarle tus oraciones a la Virgen de Fátima.
Lo hice durante la misa y lo hice en la Capellinha; lo hice rodeado de todos los que escuchan, de ti que escuchas, sabiendo que te apoyabas en esto, que te apoyabas en lo que yo pudiera decir ahí.
A JESÚS POR MARÍA
Me consolaba también el hecho de que el Papa ya está en Portugal y, como decía san Josemaría:
“Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam!: Todos con Pedro a Jesús, por María”.
Ese es el camino que he seguido yo acompañado por este grupo. Somos 37 en total, pero el grupo se expande a miles, porque te has unido tú y se han unido todos los que escuchan.
Hemos ido, a través de María, junto con Pedro, a Jesús, porque María en Fátima nos ha escuchado, me ha escuchado y, a través de mis rezos, ha escuchado también tus intenciones.
Vamos con Pedro porque vamos al encuentro del Papa. Ayer viernes en Lisboa, Vía Crucis.
No sé si has visto, pero hay una aplicación, un “app” de la JMJ que se llama Lisboa 2023 y ahí decía, justo para el Vía Crucis:
“Con María acompañemos al Señor al Calvario. Si confiamos y nos entregamos sin reservas, la fuerza de su amor transformará nuestras fragilidades en semillas de luz para el mundo.
Aprendamos de Él que la verdadera soberanía está en el servicio y que la verdadera realeza está en la abnegación”.
“Por eso Jesús, nosotros te decimos que queremos ir con Pedro, a través de María, a Ti. “Todos con Pedro a Jesús, por María”.
Te decimos también con san Josemaría:
“Señor mío y Dios mío, bajo la mirada amorosa de nuestra Madre, nos disponemos a acompañarte por el camino de dolor, que fue precio de nuestro rescate”
(San Josemaría, Vía Crucis, introducción).
Queremos acompañarte por el camino”.
UN PEREGRINO QUE SABE QUE EL DESTINO ES EL CAMINO
Y es que como lo decía al inicio, toda la vida es un peregrinaje, toda la vida. Aquí en Lisboa, con miles, cientos de miles, me atrevería a decir y creo que no me voy a equivocar, somos millones los que estamos aquí.
Pues todos vamos en peregrinaje, no solamente los jóvenes que se reúnen con el Papa, sino todos, toda la Iglesia está aquí. Toda la Iglesia con Pedro a Jesús, por María, todos estamos de peregrinaje.
Yo pensaba grabar esta meditación estando ahí presente en el Vía Crucis, pero como entenderás, no sé, a mí se me complica la vida hacerlo, los datos del teléfono se me agotan… y todo esto es un caos.
Ya me he pasado del tiempo, te dejo con esta meditación, tú sigue por tu cuenta encomendando los frutos de este peregrinar para que todos sepamos ir de peregrinos a la Jornada Mundial de la Juventud, pero en nuestras vidas también.
Que no seamos unos turistas, sino un peregrino que sabe que el destino es el camino, porque en el camino, acompañados de Pedro, pasando por María, nos dirigimos a Jesús. El encuentro con Jesús siempre es gozoso.
Estos días, especialmente, es gozoso con los jóvenes, pero toda la vida es un caminar y todo es gozoso: subidas y bajadas, buen tiempo y lluvia, cansancio y energía, pero la meta está en nuestro caminar y en él nos encontramos con Jesús.