En muchos lugares, vamos a dejar para el domingo la celebración grande del Corpus Christi. Pero hoy es un jueves y aunque no sea la celebración oficial del Corpus Christi, es día de la Eucaristía.
MIRAR A JESÚS EN EL SAGRARIO
Podemos mirar a Jesús, volar con el corazón al Sagrario más cercano o al Sagrario que queramos.
Para esto, no hay distancias. Quizá de la capilla donde suele rezar el Papa y así estar más cerca del Santo Padre.
Quizá de algún Santuario de la Virgen en el que tengamos especial recuerdo y un cariño muy grande.
Vamos con el corazón a algún Sagrario donde está el Señor y decirle:
“Yo quisiera, Señor, recibirte como la Virgen: Recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y el fervor de los santos”.
Es bueno ir ahora con el corazón algún Sagrario, quizá el de la parroquia cerca de nuestra casa.
Quizá el de algún santuario y dejamos para el domingo la celebración del Corpus Christi.
SAN BERNABÉ
Hoy se celebra en la Iglesia otra festividad, la de un gran santo: san Bernabé. Un hombre que fue como lo ha transmitido la tradición de la Iglesia, un hombre muy bueno de verdad. Un hombre que fue un puente muy importante.
En la biografía de san Pablo, – y fíjate la trascendencia- que, pensando en Bernabé, pensemos también en san Pablo y en los demás apóstoles, y en tantos cristianos que seguramente están así en esa Comunión de los Santos.
Porque todos ahora rezando, especialmente cuando recibimos la Eucaristía, también de manera especialísima, estamos en comunión.
Esta Comunión de los Santos, porque somos el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. Tu Cuerpo Señor. Tu Cuerpo Místico.
TODOS DENTRO DEL CUERPO DE LA IGLESIA
Qué maravilla sentirse dentro, por decirlo así, conectado con los distintos órganos y miembros de un cuerpo que están interconectados unos con otros.
Y este sentirnos y sabernos es una verdad. Es sentir esa certeza, esa fuerza, confianza y la alegría de estar uno junto con otros.
Porque somos el Cuerpo de Cristo.
Hoy día jueves, con cara de Corpus Christi, san Bernabé nos habla de esta dimensión del Cuerpo de Cristo de la Iglesia.
El Cuerpo de Cristo que es la Eucaristía. Tu Cuerpo Señor, que se fue tejiendo dentro de la Virgen María y que de ella nació.
Antiguamente la Iglesia tenía tan presente, esta triple dimensión de Corpus Christi. Digamos, tu mirada, tus pies, tus manos cariñosas y expresivas, Tu cuerpo, el que tanto se ha aparecido a María Santísima, tu Madre.
El Cuerpo de Cristo con el que diste tu vida, derramando toda tu sangre libre y cariñosamente en la cruz.
También en la Eucaristía, el jueves en la Última Cena, cuando dijiste:
“Tomen, coman, esto es mi Cuerpo… Tomen, beban todos. Este es el cáliz de mi sangre”.
EL CUERPO DE CRISTO
El cuerpo de Cristo que tenemos hecho Eucaristía cada jueves del año y que este domingo celebraremos más especialmente: Tu Cuerpo Señor, Tu Cuerpo Místico donde estamos dentro, conectados, vivos, y ayudándonos unos a otros. El Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
Y lo diría san Bernabé, este hombre tan bueno e importante. Fue él, por decirlo así, el que le dio la mano y tendió el puente para facilitar que Saulo, recién convertido, se incorporara a la Iglesia, a la vida de la Iglesia; porque ya había sido bautizado por Ananías.
Pero al incorporarse, al estar con los demás, acercarse a los apóstoles y compartir con ellos, formó parte del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
DAR LA MANO A LOS DEMÁS
Qué importante que unos a otros, como san Bernabé, nos demos la mano y muchas veces le demos la mano a alguien que va a aportar muchísimo a la Iglesia y que recemos por las personas.
Quizás ahora, así rápidamente, cada uno de nosotros por dentro, en nuestra oración personal, podemos pensar en alguna persona a la que quisiéramos conectar más con Jesús, ser puente entre el Señor y esa persona, como lo fue San Bernabé, trayendo y ayudando a san Pablo.
San Pablo, diríamos que se moría de ganas de esto, pero necesitaba una mano que le acercara.
Bueno, nosotros ahora rezando, quizás podemos decirle: “Jesús, yo quiero ser como san Bernabé, yo quiero Señor. Sírvete de mí, de mi sonrisa, de mis palabras, de mis acciones y de mi mano para ayudar, para levantar, para conectarte con tantas personas”.
Quizás podemos hablarle al Señor ahora de personas de nuestra familia, de alguien que conocemos por el trabajo, o algún antiguo compañero de estudios, o de trabajo.
SER PUENTES
La vida del corazón
de un cristiano debe ser como el corazón de Bernabé: un corazón atento a otras personas. Y entonces ser puente. Un puente, para ser alimento para la vida espiritual de otras personas y hacerse Eucaristía como el Señor, en el sentido que nuestra vida, alimente la vida de los demás.
Que por nuestra vida se acerquen más personas al Señor. Saber servir, dar nuestro tiempo y nuestro cariño como san Bernabé.
Vamos a pedirle a la Virgen María que preparemos muy bien la fiesta del Corpus Christi que vamos a celebrar en grande este domingo, pero prepararla a partir de hoy, a partir de ahora, viviendo como san Bernabé, ayudando a otros, siendo un puente entre tanta gente y Dios.
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