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P. Juan

6 min

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SAN FRANCISCO DE ASÍS

Como enseñó Jesús en la parábola del buen samaritano, san Francisco de Asís no caminó indiferente en el mundo. Su huella perdura y su intersección puede ayudarnos mucho hoy.

Hoy día celebramos a San Francisco de Asís. Cuando hacemos oración hablamos con Jesús… son 10 minutos con Jesús, hablando Contigo.

Pero también acabamos de traer a la conversación, -pidiéndole ayuda-  tratándolos con cariño, a la Virgen Santísima, a san José, a nuestro Ángel de la Guarda y podemos incorporar a mucha gente…

GRACIAS SAN FRANCISCO

El Cielo es así, y nuestra oración también puede ser así. Podemos invitar, hoy día especialmente, conversar con Él, agradecerle, mirarlo con cariño a san Francisco de Asís

Y recordar cosas de su vida, pedirle alguna cosa…

PIDÁMOSLE ESPECIALMENTE POR EL PAPA

Me parece que ahora mismo, podemos naturalmente pedirle a San Francisco que cuide especialmente al Papa Francisco. Es como si estuviera de santo, es el patrono que de alguna manera escogió el Papa Francisco al elegir ese nombre.

Le pedimos por el Papa Francisco: que lo haga siempre muy santo, que esté contento, que tenga buena salud y que nos lleve al Señor.   

Ahora que estamos en el año de San José, y van avanzando los días – ya quedan solo un par de meses-, es bueno que nos acordemos también de lo que dicen los que saben de la devoción de san José.

Él tuvo un impulso gigante con santa Teresa de Ávila, por decir alguno y con otros santos también. 

PONER A SAN JOSÉ EN PRIMER PLANO

San José

Ahora recientemente, san Josemaría le ha tenido cariño y difundió su devoción muchísimo. Pero en el siglo XII, también san Bernardo de Claraval  y san Francisco de Asís. 

De san Francisco podemos fijarnos en esto, como él impulsó y ayudó a la devoción a san José, así es como nosotros podemos aprovechar este toque, para dar como un nuevo impulso al mirar a san José, a tratarlo con cariño. Que no se nos quede como en segundo plano.

SAN IGNACIO DE LOYOLA

Y a propósito de santos que están en nuestra vida, ahora que estamos rezando, quizá podemos echar una miradita, cuando viene el 31 julio y celebramos a otro santo, otro santo muy grande de nuestra Iglesia: San Ignacio de Loyola.

Ese día se recuerda muchas veces una biografía que hay de él, recuerdos de cómo fue su conversión. Y lo cuenta así:

Le traen a Ignacio que estaba convaleciente de una herida. Le traen algunos libros, por ejemplo «Una vida de Cristo» y otro que tenía de título «Flos sanctorum». Cosas sobre los santos con historias y ejemplos de ellos. Y cuenta lo siguiente esta biografía de san Ignacio de Loyola.

Dice: Cuando está convaleciente con la frecuente lectura de estas obras, empezó a sentir algún interés por las cosas que en ella se trataban.

IMITEMOS A LOS SANTOS

Se empieza a interesar por Jesús, por su vida, o por las cosas de los santos. Pero sigue diciendo la biografía: A intervalos volvía su pensamiento a lo que había leído en tiempos pasados y entretenía su imaginación con el recuerdo de vanidades que habitualmente retenían su atención durante su vida anterior.  

Pero entretanto iba actuando también la Misericordia Divina, inspirando en su ánimo otros pensamientos, además de los que suscitaba en su mente lo que acababa de leer.

En efecto, al leer la vida de Jesucristo o de los santos, a veces se ponía a pensar: -Y si yo hiciera lo mismo que san Francisco o que santo Domingo…?

Y por aquí dice esta biografía, es verdad. La misericordia de Dios, la gracia de Dios, igual que ahora con nosotros en esta oración, la misericordia de Dios iba permeando, iluminándolo interiormente, dando vida.

Iba encendiendo una sed de mas en el corazón de Ignacio. Esta pregunta que se hacía él, nos la podemos hacer hoy día a nosotros: 

 ¿Y si yo hiciera lo mismo que san Francisco?

Claro, en mi circunstancia, nosotros no vivimos en Asís, no estamos en el siglo XII, pero sí cómo se volcó a  san Francisco de Asís. Como se volcó a amar a Dios y a darse a los demás… 

SEMBRADOR DE PAZ

Cómo se puso de verdad a sembrar paz.  Como se puso a sembrar el Evangelio. 

Todavía ahora y con una fuerza maravillosa en todos estos siglos y ahora también, cuántos franciscanos sacan adelante la custodia de Tierra Santa, por ejemplo. ¡Y qué maravilla todo lo que hacen ahí!

«Señor dales fuerza, hazlos muy santos, que continuarán haciendo esa labor fantástica, una oración hacia Tierra Santa».

Quizás también una mención a esos buenos libros que ayudaron a san Ignacio de Loyola y ayudaron a muchos a ser unos santasos.

A propósito de esos buenos libros, también hay un excelente libro, me parece a mí, el de Chesterton, una biografía de san Francisco de Asís; una maravilla, realmente vale la pena. 

POBREZA EN LA TIERRA PARA GANAR EL CIELO

Pero estas cosas que hizo san Francisco, cómo vivió su vida en la pobreza. que brilla especialmente su amor por el Cielo y por eso la pobreza en esta tierra. Y no por que no le gustaran las cosas de la tierra…

Se llamaba Juan, pero le decían el francés, según cuentan por su gusto refinado, por su afición a bailar y por lo alegre que era. 

CON GANAS DEL CIELO

De ahí viene esto de Francisco, según dicen. Bueno este Juan tan afrancesado. Francisco luego, claro enamorado de Dios, con ganas del Cielo, dijo: lo de aquí «adiós».

Este sentido de la pobreza, este sentido de sed de Dios, de sed del Cielo, no de rechazo por rechazar a las cosas, no por odio. Si la creación él la amaba con una contemplación, con la capacidad de ver las maravillas de Dios en la creación fantástica, nosotros también.

Un cariño hacia nuestro mundo, un cuidado de la ecología que nos puede inspirar muchísimo.

Ahí conecta quizás con el Evangelio de hoy, que ganas de vivir como san Francisco, qué ganas de ser como dice el Señor en el Evangelio:

«Como el buen samaritano». 

COMO EL BUEN SAMARITANO

Papa Francisco y los Abuelos

El Papa Francisco en este último documento Fratelli Tutti, en el número 79 nos da este encargo, y dice:  

Cuidemos la fragilidad de cada hombre, de cada mujer, de cada niño y de cada anciano.

Cuidemos la fragilidad con esa actitud solidaria y atenta, la actitud de proximidad del buen samaritanocomo San Francisco de Asís, como Tú Jesús nos enseñaste en esa parábola en esa historia del buen samaritano.

Quizás podemos pensar hoy día, aprovechando esta invitación del Papa Francisco, nos encarga y dice: Cada hombre, cada mujer, cada niño, cada anciano, quizás podemos pensar en concreto, ahora en la oración o durante el día.

El Señor seguro que querrá darnos alguna pista, alguna luz, algún ánimo, quizá podemos ir  pensando, por ejemplo: las personas de mi familia, los que viven conmigo, o quizá el Señor me quiere dar un toquecito a algún aspecto de la vida en mi barrio, en mi ciudad, en mi país o en la Iglesia Universal.

Quizá el Señor quiere movernos el corazón, darnos sensibilidad aprovechando esta fiesta de san Francisco de Asís, aprovechando este Evangelio de hoy y del buen samaritano.

Vamos a decirle: 

Señor tuyo soy, para Tí nací, qué quieres Señor de mí…

Podemos hacer como la Virgen, podemos hacer como san José, podemos hacer como ellos que estuvieron tan cerquita de Jesús en el pesebre, totalmente volcados hacia Jesús.  

Ese pesebre que miró san Francisco de Asís, de ahí nos viene la tradición aquella del pesebre, de los belenes… 

Bueno, vamos a parecernos ojalá a san José y a la Virgen, cuidar con mucho cariño a Jesús, darle mucho cariño al Señor y a todos. 


Citas Utilizadas

Js 1, 1-2, 1.11

Js 2, 3-8

Lc 10, 25-37

 

Reflexiones

Señor ¿y si yo hiciera lo mismo que San Francisco?, quiero parecerme a la Virgen María y a San José y cuidar con mucho cariño a Jesús.

 

Predicado por:

P. Juan

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