El albañilito ha venido hoy vestido con una cazadora y viejas ropas que ya no usa su padre, todavía blancas de argamasa y yeso. Mi padre deseaba que viniera aún más que yo.
(Corazón, de Edmundo de Amicis.)
Es un niño que Edmundo de Amicis llama: “El Albañilito”. Y va a jugar con Enrico que es el niño protagonista de su libro: “Corazón”. Que va contando las mil y una aventuras de su colegio, de su casa…
Bueno, y este es un día, en que este niño humilde, pobre, va a jugar con él. Es invitado a su casa. Entonces, cuenta el momento de la merienda:
A las cuatro merendamos juntos, pan y pasas, sentados en el sofá, y cuando nos levantamos, no sé por qué, mi padre no quiso que yo limpiara el respaldo que el albañilito había manchado de blanco con su chaqueta; me detuvo la mano y más tarde lo limpió a escondidas.
LAS HUELLAS DE SU TRABAJO
Siguieron jugando y al final se fue muy contento, cantando, silbando. Bueno, entonces llega el momento en el que el papá le habla a Enrico y le dice:
¿Sabes, hijo mío, por qué no quise que limpiaras el sofá? Porque limpiarlo en presencia de tu amigo era casi hacerle un reproche por haberlo ensuciado. Y eso no estaba bien, primero, porque no lo había manchado adrede, y, además, porque lo había hecho con las ropas de su padre, el cual se las había manchado trabajando; y lo que lo mancha cuando trabaja, no es suciedad, sino polvo, cal, pintura o lo que tú quieras, pero no suciedad, el trabajo no ensucia. No digas nunca de un obrero que viene del trabajo: “Está sucio”. Debes decir: “Lleva en sus ropas las señales, las huellas de su trabajo”. Recuérdalo bien. Y quiere mucho al albañilito, ante todo porque es tu compañero y luego porque es hijo de un trabajador.
Es un cuento muy bonito, muy simpático, “las señales del trabajo”. Y esta historia, Jesús, me ayuda mucho a pensar en lo que ha supuesto el trabajo durante este año 2023.
Hoy es el primer día del último mes del año, se acercan las vacaciones y quizás sea más oportuno hablar del descanso y no del trabajo.
Pero no podemos esconder que llevamos en el cuerpo las señales y las huellas de nuestro trabajo. Y eso es lo que presentamos a Jesús.
“Lo podemos hacer hoy delante de Ti, Señor, te presentamos el trabajo de todo este año, el cansancio, las señales de cal en nuestras ropas.
RECTIFICAR Y PEDIR PERDÓN
Un amigo sacerdote después de recibir mi felicitación de cumpleaños, me respondió: muchas gracias, ya son 42, pero como si fueran 24… con pelo (seguro esta fue una indirecta para mi) pero empezando a salir canas. Algunos kilos de más… Esto hay que afrontarlo antes de Navidad.
Pues, Señor, las huellas que también va dejando la vida, que van dejando los años, las canas…
Y pensaba, que estos días, efectivamente, de fin de año, pueden ser un buen momento para hacer un balance.
Volver a ofrecerte todo el trabajo de este último año, todos los méritos y también rectificar y pedir perdón de las cosas que quizá no han ido del todo bien.
Señor, pero, ¿qué otras señales debemos notar en nuestra vida, siempre, pero ahora en este tramo final del año?
¿Qué otras señales podemos notar? Y llega el momento de hacer referencia al Evangelio de la Misa de hoy:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola:
«Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano.
Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».
(Lucas 21, 29-33)
No podemos dejar de ver las señales del paso de Dios por nuestra vida, y cómo nada es ajeno a su Providencia.
QUE NOS CONDUZCAN AL CIELO
Casi nunca nos paramos a pensar en lo que Dios ha hecho en mí. ¿Qué haría, Señor, sin tu gracia, sin tus bendiciones?
Gracias te doy en este preciso instante, por todo aquello que me ha acercado más a Ti.
Todas las cosas de la tierra pasarán, el Señor lo dice, y solo tienen valor todas esas cosas, en la medida en que nos conducen al Cielo.
Todo nos puede conducir al Cielo, y esa es otra de las señales que podemos considerar en este ratico de oración.
No solo las señales del trabajo, del cansancio, del paso de los meses, sino también las señales de la gracia.
“Por ejemplo, Señor, las señales que quedan en nuestra alma, fruto de muchos minutos de oración, de muchos ratos de oración, de muchas conversaciones contigo.”
Una señal evidente es que nos hemos hecho más amigos de Jesús, pues todo esto nos conduce a Ti, nos conduce hacia el Cielo.
Hace unos días celebre el funeral de la mamá de un amigo, le faltaron solo dos meses y medio para cumplir 108 años.
No sé si vuelva a celebrar un funeral tal como este, ¡108 años! Yo pude visitarla unos meses atrás y conversar con ella, leer su libro de poesías, nos sentamos a merendar…Bueno, no en ese momento.
Pero, cuentan sus hijos, que ella hasta casi sus últimos días, tomó Coca-Cola y comió helado…
ME HAS RODEADO CON TU LUZ
Bueno, ya no veía muy bien, no escuchaba bien, pero, se acordaba, por ejemplo; cuando uno le empezaba a leer sus poesías, las empezaba a repetir de memoria, ¡Uno con 108 años, hombre, y repitiendo poesías de memoria! ¡Impresionante!
Y también comprobé una cosa: ¡el amor tan grande que le tenía a la Eucaristía! Recuerdo que le di la comunión y después de que la recibiera, se recogió en oración, bueno, terminé el rito, me purifiqué los dedos, guardé la teca y le di la bendición final.
Y cuando le di la bendición, levantó sus ojos y empezó esta oración:
Que la luz de Dios nos rodee, el amor de Dios nos envuelva, que el poder de Dios nos proteja, que la presencia de Dios vele por nosotros donde quiera que estemos, que Dios esté con nosotros y la Santísima Virgen María.
Amén.
“Jesús, y eso ha pasado este año, me has rodeado con tu luz, me has envuelto con tu amor, me has protegido con tu poder…
Estas son las señales que también debemos considerar en nuestra oración.
Gracias, Señor, gracias, pero no te olvides también de las señales del trabajo, que también te ofrecemos, todo es para Ti, Señor, ¡Todo es para Ti!
Terminamos estos 10minconjesús, ¡Buen inicio de Adviento para todos en 10 minutos con Jesús!
Un tiempo muy Mariano, un tiempo en el que estaremos también muy pegados a la Virgen esta semana, preparando la Navidad.