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P. Juan

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SIMÓN Y JUDAS

Celebramos a dos apóstoles que juntos cumplieron la misión de propagar el Evangelio. También nosotros llevamos el Evangelio y mostramos a Jesús si amamos a Jesús y cumplimos su palabra.

Hoy celebramos Señor en la Iglesia, no uno, sino dos santos y dos de los que Vos elegiste.  Dos apóstoles que son: Simón y Judas.

Dos de los que te acompañaron, que te conocieron, te trataron y llevaron la buena noticia del evangelio por todas partes, donde a ellos les tocó, pero hacia otros lugares”.

Llegaron hasta dar la vida, como hicieron todos los apóstoles que fueron mártires, salvo san Juan que murió muy viejito y entregó su vida también, pero no derramando su sangre.

De estos lo que sabemos es que, por una parte, los celebramos juntos y juntos aparecen en todas las enumeraciones que hay en la Sagrada Escritura de los apóstoles, aparecen juntos: Simón y Judas Tadeo.

“Eso ya nos puede dar un tema para hablar con Vos Jesús, pensar qué bueno que se celebren juntos y también, según la tradición, estos dos apóstoles tuvieron sus andanzas apostólicas, sus viajes juntos”.

Qué bueno que dos cristianos, que dos apóstoles hayan podido sostenerse uno al otro, compartir las alegrías, las fatigas, las ilusiones, también a veces los tragos amargos de esa misión que les encomendaste.

Pensaba también en nosotros, tenemos para agradecer que a nuestro lado hay algún amigo, alguna amiga, de nuestra familia, personas que también nos sostienen un poco en la fe.

Yo me imagino estos dos apóstoles, alguna vez uno se desanimaría y el otro lo tiraría para arriba, le daría ánimos.  A veces, al revés, porque así el Señor quiso que en muchas cosas andemos acompañados, que no estemos solos.

SIMÓN EL ZELOTE

Si tenemos amigos con quienes compartimos la fe, que bueno que podamos sostenerlos, compartir cosas tan profundas, apoyarnos en ellos para llegar más lejos, como habrán hecho estos dos apóstoles.

Además de que, según la tradición, estaban unidos no solo en los textos del evangelio, sino también en su vida apostólica.  Sabemos de Simón que se le llama Simón el Zelotes o a veces el cananeo.

Y tenía ese apelativo que puede ser diligente o celante que se referiría, a su ánimo apasionado por cumplir la ley y las tradiciones judías o porque podría haber pertenecido a un partido de los Zelotes (un grupo que vivía la fe, un grupo de israelitas que después se radicalizó y parece influyó en que los romanos se impacientaran y atacaran sin piedad a Jerusalén en el año 70).

Así tenemos a Simón el Zelote.

JUDAS DE SANTIAGO

dos

Por otro lado, a Judas que siempre que nos lo menciona el Evangelio aparece con alguna especificación, quizá para que no lo confundamos con el otro Judas, el traidor.

A veces se le llama Judas de Santiago o también uno de los hermanos del Señor.  Judas hermano de Santiago o Judas Tadeo y así se le distingue.

Yo recuerdo haber conocido a un Judas de Kenia que le decían Jud y él contaba que en Kenia tienen un nombre distinto: Jud que es san Judas, con el nombre de san Judas y al otro se le llama Judas.  Usan dos nombres distintos para que no haya esa confusión.

Según leía a este santo, a Judas, se le tiene mucha devoción en algunas regiones, también en América Latina y se le invoca en ocasiones para las causas imposibles, para pedirle cosas muy difíciles.

Los celebramos juntos a estos dos, podemos hoy ahora, en nuestra oración, pedirles que nos ayuden en este día; que nos ayuden a hacer ese rato de oración, que siempre el Señor concede especiales gracias a través del santo del día.

Tenemos dos apóstoles para invocarlos, quizá tenemos alguna causa imposible para poner en manos de san Judas.

De san Judas nos cuenta una cosa el Evangelio y es que te hizo Jesús a Vos una pregunta en ese ambiente tan íntimo y especial de la Última Cena en el cenáculo, que también nos puede ayudar en estos 10 minutos con Vos Jesús, para nuestra oración.

“Te preguntó Judas”:

«Señor, ¿por qué te vas a manifestar a nosotros y no al mundo?»

Por qué te manifestás a nosotros y no al mundo… quizá un poco sorprendente, están ahí todos tan contentos, podría parecer una pregunta un poquito desubicada, pero tenían esa confianza.

NO TODOS LO SABEN

“¿Por qué nosotros te conocemos tanto nos contas cosas tan profundas y hay gente que no tiene ni idea?” Quizá se entiende esa pregunta de san Judas: “Ojalá todo el mundo conociera esto que nos estás confiando”.

“Y tu respuesta Jesús puede parecer que no responde, le dijiste”:

«Si alguien me ama, cumplirá mi palabra, mi Padre lo amará, vendremos a él y habitaremos en él»

(Jn 14, 22-23).

Recuerdo un comentario a este Evangelio que hacía el actual Prelado del Opus Dei, don Fernando Ocariz:

“Parece que Jesús no responde y en realidad le está diciendo que son ustedes los que van a mostrarle al mundo todas estas cosas que yo les confío.

Porque si alguien me ama, si ustedes me quieren y cumplen mi palabra mi Padre los amará y Yo voy a venir a ustedes con mi Padre y vamos a habitar en cada uno”.

¡Impresionante! ¿Qué pasó Señor para que no te manifiestes a todos, te hayas manifestado a mí y haya tanta gente que no te conoce?

VIVIR ESO QUE TENGO QUE HACER EN CRISTO

dos

“Jesús nos podes decir: “Me van a conocer a través de vos, porque si vos me querés, si vos procurás hacer mi voluntad, me conocerán en tu ejemplo, en tus actitudes, en tu palabra…””

Es realmente para ilusionarnos y quizá para que pensemos hoy, a ver las cosas que yo tengo que hacer hoy en mi trabajo, en la gente que voy a encontrar, en mi familia, con amigos o en la calle, incluso.

“¿Cómo puedo hacer para que te conozcan Jesús, para que te manifiestes a esas personas con las que voy a entrar en contacto?”  Creyendo en Vos y quizá, como dice san Pablo:

«Viviendo eso que tengo que hacer en Cristo».

También, comentando este pasaje del Evangelio, don Fernando Ocariz que tiene un libro que justamente hace pequeños comentarios a pasajes del evangelio (están publicados, que son de su oración), se llama: “A la luz del Evangelio”.

Sobre este pasaje, que estas palabras tuyas Jesús, a raíz de la pregunta de san Judas, dice don Fernando Ocariz:

“Por la gracia y la filiación divina, «la vida de Cristo es vida nuestra».  El cristiano debe, por tanto, «vivir según la vida de Cristo, haciendo suyos los sentimientos de Cristo, de manera que pueda exclamar con san Pablo: -No soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí (Ga 2, 20)»”.

Puede ser un buen propósito para hoy.  “Señor, en lo que hoy tengo entre manos, que no sea yo el que vive, sino que vivas Vos en mí”.

PEQUEÑOS DETALLES

Quizás son pequeños detalles, quizá en la intención con la que hago las cosas, en la amabilidad, en terminar las cosas bien…

“Qué bueno que nos ilusionemos con que Vos te manifiestes Señor, a través de nuestra vida”.

Vamos a terminar encomendándonos a estos dos santos para conseguir muchos favores de ellos hoy, para agradecerte Señor las personas de fe que tenemos a nuestro lado, que no andemos solos y también para pedirte que estés en nuestra vida, para que te puedas manifestar a tantos que no te conocen tanto.

Se lo pedimos a nuestra Madre, como dirían los apóstoles, a la Virgen, cómo contarían con sus oraciones, la Reina de los apóstoles, que ella nos ayude también a nosotros en la medida que Vos lo querés Señor, a que seamos apóstoles.


Citas Utilizadas

Ef 2, 19-22
Sal 18
Lc 6, 12-19
A la luz del Evangelio, don Fernando Ocariz

Reflexiones

Señor, en lo que hoy tengo entre manos, que no sea yo el que vive, sino que vivas Vos en mí.

Predicado por:

P. Juan

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