< Regresar a Meditaciones

P. Juan Manuel

7 min

ESCUCHA LA MEDITACIÓN

UNA HISTORIA DE AMOR

Santa Teresita entró muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad.
Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia. Terminó su vida a los veinticinco años de edad, el día treinta de septiembre (+1987).

Como decía la santa preferida del Papa Francisco, santa Teresita del Niño Jesús:

“Nuestra vocación es el amor”.

Enamorarnos de Cristo para salir de nosotros mismos y servir a los demás también con el anuncio de las consecuencias morales de ese seguimiento de Cristo. Pero lo primero es el amor. Sólo en ese contexto se entiende la exigencia moral del Evangelio.

El Papa Francisco, te acordarás, publicó una exhortación apostólica sobre la confianza en el amor misericordioso de Dios en el año 2023. Se conmemoraban 150 años del nacimiento de santa Teresita del Niño Jesús y de la santa Faz.

Reconociendo ese tesoro espiritual, ese camino espiritual que nos enseñó. Decía ella y así comenzamos este rato de oración:

“Es la confianza la que nos permite poner en las manos de Dios lo que sólo Él puede hacer”.

Una verdadera historia de amor. Una historia de amor que también Dios le regaló a santa Teresita, una niña que murió a los 24 años de edad, que de niña no tenía nada.

Es verdad, a su corta vida fue un tesoro para la Iglesia y la vida de Teresa es una historia de amor; un amor que va de Dios a Teresa y de Teresa a Dios. Ese amor grande y generoso. Se muestra cómo “amor por amor, vida por vida, martirio por martirio”.

UNA ENAMORADA DE DIOS

Semanas antes de su muerte, la santa resume así la aventura del amor de su vida:

“Sabéis oh, Dios mío, que nunca he deseado otra cosa sino amaros. No ambiciono otra gloria. Vuestro amor me previno desde la infancia, creció conmigo y ahora es un abismo, cuya profundidad es imposible medir.

El amor llama al amor. Por eso, Jesús mío, mi amor se lance hacia Vos. Quisiera llenar el abismo que le atrae, pero hay, no es ni siquiera una gota de rocío perdida en el océano.

Para amaros como Vos me amáis, necesito pediros prestado vuestro propio amor. Sólo así, hago reposo.”

Santa Teresita del Niño Jesús era una enamorada de Dios. Una persona que supo amar hasta el final, una santa que de infantil -te decía- sólo tiene el nombre.

De hecho, san Pío X llega a decir que es una santa, de las más grandes de los tiempos modernos. Teresa del Niño Jesús supo ser una mujer madura, sin dejar de ser pequeña.

Recordarás, murió el 30 de septiembre de 1897. Quizás aquel día nadie pensó el huracán de gloria que traería su muerte, pero lo cuenta ella en su autobiografía Historia de un alma, que impresionó al mundo por cómo también ella supo regalar a Dios ese amor.

Decía:

“Yo no he dado a Dios más que amor. Él me devolvió amor. amor por amor (…).

Presiento que mi misión va a comenzar la misión de hacer amar a Dios como yo le amé. De enseñar mi caminito a las almas. Quiero pasar mi Cielo haciendo el bien en la tierra.

Lo he dicho: todo está cumplido, sólo cuenta el amor”.

Juan Pablo II, en una visita que hizo a Lisieux en el año 1980, nos cuenta cómo los santos no envejecen nunca; permanecen continuamente siendo los testigos de la juventud de la Iglesia.

Teresita

Mucho amamos a Dios y por eso queremos amarlo más todavía. De ahí también ahora, en este rato de oración, en este año de la oración, queremos seguir amando a Dios sobre todas las cosas.

Por eso hay caminos y cosas que cambiar, porque queremos también dejar ese miedo para seguir adelante.

Me encanta una historia que cuentan de Guillermo Tell, cuando querían apurar al padre para que pagase y lo obligan a disparar una flecha sobre la cabeza de su hijo.

Y la verdad que no quería saber nada su hijo Walter, porque tenía quizá miedo, pensaban algunos, pero él no tenía ningún miedo. Es más, le dice: “dispara padre que no tengo miedo a la flecha que sale de tus manos”.

Así fue, quisieron atarlo, él no se dejó porque dijo: “no, no hace falta”. Quisieron vendarle los ojos, tampoco quiso y le dicen de vuelta: “¿Qué vas a hacer? ¿Te vas a mover?” y el niño dice: “no, no; padre, dispara, no tengo miedo”.

Se armó el padre, apunta, dispara y no pasa nada. Le clava la flecha en una manzana que habían depositado sobre su frente.

¡Qué bonita historia para saber confiar en Dios, como también confió santa Teresita! O como aquel otro sacerdote, muy buen sacerdote, que se iba a vivir a Estados Unidos. Era español y, la verdad, es que no sabía mucho inglés.

Durante toda la homilía que estuvo predicando, sólo se acordaba de esas palabras: “abba pater, abba pater, abba pater”; es decir: papito, papito, padrecito, como le gustaba repetir también a san Josemaría.

Y la gente que estaba escuchando esa homilía, la verdad que no entendió nada de su inglés, porque era bastante malo, bastante deficiente, pero sí que entendió esas palabras: “abba pater, abba pater, abba pater”.

O sea, somos hijos de Dios; somos enamorados de Dios, porque al fin y al cabo es lo que queremos ser cada uno.

DIOS CAPACITA A LOS ELEGIDOS

Te leo esas palabras del Papa Francisco cuando nos invitaba a jugar en el equipo de Jesús:

“Así se hacen los jugadores: tienen que entrenarse, tienen que entrenar mucho, así nuestra vida de discípulos del Señor. San Pablo, escribiendo a los cristianos, nos dice: «los atletas se privan de todo y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible» (1Co 9, 25).

Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo; ¡algo más grande que la Copa del Mundo! Jesús nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz y también un futuro con Él que no tendrá fin, allá en la vida eterna”

(Vigilia de oración con los jóvenes. Papa Francisco, Río de Janeiro, 2013).

Santa Teresita del Niño Jesús nos aseguró ese camino, un camino de infancia. Porque, de hecho, cuando Jesús llama a seguirlo no busca personas de grandes talentos en un perfecto estado de salud física, moral o espiritual; más bien, cuando llama a una persona, la llama porque la quiere elegir y la llama para capacitar.

Dios no elige a los capacitados, sino que capacita a los elegidos y por esto mismo también nosotros es bueno que lo sigamos con esa confianza, la confianza que nos animaba también santa Teresita:

“El hombre viene a ser como esa síntesis de una vocación y una respuesta de una confianza a los planes de Dios”.

Señor, si a veces me cuesta estar cerca de Vos, es por mi culpa, por mis miserias, porque a veces me aparto de Vos. Pero si tan sólo supiera de la confianza que Vos tenés conmigo, nunca dudaría de Vos, nunca dejaría de estar cerca tuyo.

Teresita

Me acuerdo de una chica que se sube a un taxi y le dice al taxista que la lleve al hospital porque su padre estaba ingresado. Había tenido un infarto y el taxista se extraña un poco al verla que estaba muy tranquila.

A los seis meses, cuando vuelve a subirse al mismo taxi, el taxista le vuelve a preguntar, cómo está, cómo había salido su padre y le dice: “mira, yo estaba muy tranquila porque sé que soy hija de Dios”.

Te pregunto a vos: ¿sabés que sos hijo de Dios? ¿Confiás en los planes de Dios? ¿Llegas a Jesús también con esa confianza de que Dios te elige?

¿O como dice el Evangelio de hoy cuando le dicen a Jesús que querían que baje fuego del cielo porque algunos no creían? No, Jesús los regaña y les pide que también sigan a otra aldea, no duda.

A veces nosotros nos quedamos en una visión humana, una visión muy tierra, digamos.

Nos decía el Papa Juan Pablo II ahí en el año 82 en el estadio de Wembley, en las grandes estrados que había ahí en ese lugar durante la santa misa, casi al comienzo de la homilía, dirigiéndose a los presentes:

“Al mirar a esta gran asamblea, siento un respeto enorme por cada uno de ustedes. Son hijas e hijos de Dios”.

DIOS MÁS DOS, MÁS DOS

Nosotros también queremos Señor ser esos buenos hijos de Dios como nos enseñó santa Teresa. Fíjate, te acordás (quizá ya en su fase terminal), dos monjas de su convento comentaron, refiriéndose a ella, que era muy buena, pero que la madre superiora se veía en el apuro de pensar quién iba a hablar algo bien de ella.

Y resulta que una monja, sor Inés de Jesús, cuando era priora del convento tres años antes, le había ordenado a sor Teresa de Jesús que escribiera su propia vida.

La orden surgió de una forma sencilla, pero, de hecho, de entre que empezó a contar algunos recuerdos, santa Teresa empezó a contar a unos recuerdos más de su infancia y después quedó resumido en su gran libro.

Historia de un alma, es una historia que también te animo a leer, porque efectivamente, sin Dios no podemos hacer nada. Lo decía san Josemaría:

“En las empresas humanas tenemos que contar con Dios. Dios más dos, más dos”.

Vamos a pedirle a la Virgen que sepamos confiar como confió también santa Teresita del Niño Jesús.

Vamos a pedirle a santa María que también pongamos en manos de ella este camino de infancia, como terminaba el Papa diciendo esa oración tan bonita:

“Querida santa Teresita,

la Iglesia necesita hacer resplandecer

el color, el perfume, la alegría del Evangelio.

¡Mándanos tus rosas!

Ayúdanos a confiar siempre,

como tú lo hiciste,

en el gran amor que Dios nos tiene,

para que podamos imitar cada día

tu caminito de santidad”

(Exhortación apostólica C’est la confiance. Papa Francisco).


Citas Utilizadas

Job 3, 1-3. 11. 16. 12-15. 17. 20-23

Sal 87

Lc 9, 51-56

Vigilia de oración con los jóvenes. Papa Francisco, Río de Janeiro, 2013

Exhortación apostólica C’est la confiance. Papa Francisco.

Reflexiones

Jesús, ayúdame siempre a confiar, como lo hizo santa Teresita del Niño Jesús, en el gran amor que Tú me tienes.

Predicado por:

P. Juan Manuel

¿TE GUSTARÍA RECIBIR NUESTRAS MEDITACIONES?

¡Suscríbete a nuestros canales!

¿QUÉ OPINAS SOBRE LA MEDITACIÓN?

Déjanos un comentario!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.


COMENTARIOS

Regresar al Blog
Únete
¿Quiéres Ayudar?¿Quiéres Ayudar?