TODOS QUIEREN UN SIGNO PARA PODER CREER
El día de hoy, San Marcos nos cuenta que:
“Salieron los fariseos y comenzaron a discutir con Jesús pidiéndole, para tentarle, una señal del cielo. Suspirando desde lo más íntimo, dijo el Señor: ¿Por qué esta generación pide una señal? En verdad os digo que a esta generación no se dará ninguna señal. Y dejándolos, subió de nuevo a la barca y se marchó a la otra orilla”
(Mc 8, 11-13).
Este es un episodio que se repite muchas veces en las Sagradas Escrituras: Los fariseos que se encuentran con el Señor, se presentan y le hacen preguntas con trampa; buscan tentarle, buscan ponerlo en aprietos, buscan probarlo.
RECTITUD DE INTENCIÓN
Y es que no hay rectitud de intención en ellos, y entonces le piden una señal. “Y entonces Tú,Jesús, te das cuenta de lo que hay detrás de todo esto, tú que conoces lo que tenemos, nuestro corazón, cuál es nuestra intención”.
Tal vez como cansado, no porque le hagan preguntas una y otra vez, sino cansado de esa dureza del corazón les dice:
“¿Por qué esta generación pide una señal? En verdad os digoque a esta generación no se le dará ninguna señal”
(Mc 8, 12).
FALTA DE FE
Les dice no les voy a dar ninguna señal; ustedes no se lo merecen. ¿Y por qué no se lo merecen?Porque les falta fe.
Esa falta de fe lo que hace que los fariseosvayan a tentar al Señor, vayan a probarle. Y le dicen: A ver, danos una señal, haznos un milagro. Como por ejemplo, leemos que Herodes le pide a Jesús, cuando Pilatos lo envía hacia Herodes y Herodes ridiculiza al Señor, le dice: hazme unmilagrito, hazme algo y yo creeré en Ti.
Por tanto, nuestro Señor busca prevenir a sus discípulos y a nosotros –sus discípulos de esta generación o de este tiempo-, para que no caigamos en esa visión humana de las obras de Dios, desprovista del verdadero sentido de su misión salvadora y de su poder.
Es verdad que, en la antigüedad o digamos, en los inicios, Dios se manifestó al pueblo de Israel de una manera portentosa, con grandes signos. Y lo mismo nuestro Señor; Jesús cuando estaba en la tierra, realizaba sus milagros –resucitar personas, devolver la vista a los ciegos y otros milagros tan impresionantes.
Sin embargo, allí no está, diríamos, la garantía del poder de Dios. Se manifiesta ahí el poder de Dios, “pero la garantía de poder Dios está en lo que tú hiciste, Señor, por nosotros muriendo en la Cruz y al resucitar”.
De hecho, ya nos acercamos a ese tiempo de Cuaresma, que, dentro de un par de días,entraremos a la Cuaresma para prepararnos y celebrar los misterios centrales de nuestra fe.
¡Señor, aumenta mi fe!
Para eso tendremos que pedirle al Señor que aumente nuestra fe. No nos cansemos de repetir esas palabras: “Señor, aumentarme la fe”.
Creemos en Dios –por eso estamos aquí,haciendo oración, sino estaríamos locos hablando con uno mismo. Estamos hablando con Dios, ese Dios que nos escucha. Talvez cada uno lo está haciendo en su habitación, otro en la sala, talvez algunos, cuyos países gozan de más libertad de movimiento, están caminando o en el carro. Pero estamos con Dios y estamos unidos en la oración.
Y eso requiere de fe. “Señor, danos una fe más grande para que creamos en Ti, y en efecto, que nos dejemos llevar por esas miradas humanas”.
Es verdad que podemos tender a eso por que somos humanos y –no somos ángeles, somos humanos–, necesitamos ver.
Nosotros, en nuestras relaciones humanas nos movemos, pues en lo humano: tenemos a mucha gente a quienes queremos, a nuestros amigos, por ejemplo; a esa persona a quien amamos, pues no le decimos te amo y ya está.
Se manifiesta con hechos: o un abrazo, un beso, un apretón de manos; son manifestación de ese amor, así como una serie de obras, de acciones, que hacemos por los que nos importan.
Pues el Señor ha hecho grandes obras por nosotros muriendo en la Cruz y resucitando. Pero también, en nuestro día a día, el Señor hace cosas que, a lo mejor, ni sabemos.
En primer lugar, nos sostiene en el ser: somos, existimos en Dios. Luego, después de habernos dado el don de la vida a través de nuestros padres, tenemos ese don de la fe.
Por supuesto, está esa gracia de Dios que actúa constantemente en nosotros, porque Dios quiere que estemos en ese redil de la Iglesia, que no nos separemos, como esa parábola de la oveja que se pierde:
de esas cien ovejas una se pierde y el Señor, que es el Buen Pastor, está dispuesto a ir por esa oveja para rescatarla, porque a lo mejor hay lobos, se puede despeñar por allí, se puede perder, se puede extraviar.
SIGNOS PARA PODER CREER
Y para eso también el Señor se vale de esas gracias que nos ayudan. Por ejemplo, cuando tú, yo o algún amigo ha experimentado ese volver a confesarse después de mucho tiempo.
A veces te dicen: no sé por qué, solamente vi la iglesia y entré. Pues ahí es Dios que actúa.
“Y es que Tú Señor, no lo sé, me atrevería a decir que prefieres actuar como escondido”.
El Espíritu Santo actúa escondido. A San Josemaría le gustaba llamarle “el gran desconocido”, porque se habla poco del Espíritu Santo y, sin embargo, es el que actúa.
Estamos en el tiempo el Espíritu Santo -después de que Jesús sube a los cielos, Dios envía al Espíritu Santo: la Tercera Persona de la Santísima Trinidad viene, y nos vivifica y vivifica a la Iglesia, y es el que actúa, el que nos mueve a hacer esas cosas buenas, a estar en esa presencia de Dios, a estar en gracia de Dios.
Pues es el Espíritu Santo quien nos ayuda, quien nos mueve. Y actúa, se dice que habla bajito, y tampoco es que haga, digamos, milagros, o actúecon fuegos artificiales: actúa de manera sencilla.
DE MANERA SENCILLA
Por ejemplo, que tú y yo estemos haciendo oración ahora mismo es también por impulso del Espíritu Santo. Y que tenga frutos también dependede esa acción del Espíritu Santo y que nosotros dejemos, y que le preguntemos:
- Señor ¿qué quieres de mí hoy?
- ¿Qué me dices el día de hoy en esta oración?
- A través de estas palabras o de este pasaje del Evangelio?
Y hay algo que también nos podría servir para este rato de oración y son unas palabras de una santa española.
Decía Santa Teresa:
“Más a éstahabíale el Señor dado tan viva fe, que cuando oíadecir a algunas personas que quisieran ser en eltiempo que andaba Cristo nuestro bien en el mundo, se reía entre sí, pareciéndole que,teniéndole tan verdaderamente en el Santísimo Sacramento como entonces, ¿qué más se les daba?”
(Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección, Cap. 34)
Esta santa, diríamos, como que se ríe un poquito, no digamos en plan de burla, pero sí se sorprende que algunas personas digan -como a lo mejor a ti y a mi nos ha sucedido-:
Como me gustaría haber estado en tiempo de nuestro Señor y verle, ver cómo era. Y ella se sorprende porque dice: pero si lo tenemos en el Santísimo Sacramento del altar, en la Eucaristía.
Y entonces nos lleva a pensar que es verdad eso, pero para eso se necesita fe. Una fe grande, más grande. “Y te lo pedimos, Señor, aumenta ennosotros la fe, en ere gran milagro que es la Santa Misa”.
EXTRAÑANDO LA SANTA MISA
Por eso a los católicos nos ha dolido muchísimo que, en algunos países, no se haya podido ir a los templos, a las iglesias, poder asistir a Santa Misa.
Pues nos ha dolido, a muchas personas les hadolido, porque les falta lo más importante, que es asistir al milagro mas grande que se pueda sobre la tierra y que, sin embargo, pasa como desapercibido, pequeño.
Es el signo más grande, el milagro más grande y sin embargo, no hay ruido, no es que de pronto digamos, tiemble la tierra -que debería temblar.-
“deberían pararse los relojes” también le gustabadecir a San Josemaría
(Forja, Punto 436).
Pues para todo esto, para esos signos grandes y cotidianos, necesitamos de la fe.
Y ahí acudamos a nuestra Madre Santísima,porque ella vivió con Jesucristo tantos años.
Y nuestra Madre tenía una fe muy grande, ya desde el inicio cuando escuchó las palabras del ángel que le decía que ya había sido elegida para ser la Madre de Dios, tuvo fe y le dijo:
“Hágase en mísegún tu palabra”
(Lc 1, 38).
Señor, aumenta mi fe. Dame una fe grande, aún más grande, para creer en Ti.
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