Hoy que es quinto domingo de Cuaresma y el último domingo de san José; es un día muy bueno para profundizar en el Evangelio que nos propone la Iglesia.
Cuenta que habían subido unos griegos para la fiesta (o sea van a Jerusalén a adorar) y se acercan a Felipe -que señala san Juan era de Betsaida de Galilea y le dijeron:
“Señor queremos ver a Jesús”
(Jn 12, 21).
Felipe y Andrés le avisan a Jesús que hay unos griegos que quieren hablar con Él.
Nos encontramos que aparentemente Jesús no da respuesta, es como si no escuchara esta petición. No les dice a Felipe y Andrés: Ok tráiganlos para que pueda hablar con ellos, para que me puedan ver, sino que, no da respuesta. Pero en realidad la respuesta que da es inmensamente clara y profunda.
NUESTRA RELACIÓN CON JESÚS, RESUELVE LA VIDA
¿Cómo podemos ver a Jesús? Los griegos piden ver a Jesús, pero ¿cuál es el modo de poder entrar en comunión con Él, de verlo realmente? A Jesús no lo podemos buscar solamente por mera curiosidad y nuestra relación con Él no satisface simplemente un momento de curiosidad intelectual, sino que resuelve la vida, por eso Jesús responde algo que en principio parecería que se sale de la petición que le hacen.
Él dice:
“Ha llegado la hora en que sea glorificado el Hijo del Hombre”
(Jn 12, 23).
Esta declaración es tremendamente importante: ha llegado la hora. Recordemos cómo Jesús le decía a su Madre en las bodas de Caná:
“Mujer, mi hora aún no ha llegado”
(Jn 2, 4)
y María, por su intercesión, adelanta el inicio de esta hora.
Pero en este momento, ya la hora ha llegado. Esta referencia a la hora en el evangelio de san Juan, como sabemos es particularmente importante, porque es lo que Jesús marca.
De hecho, cuando comienza la Última Cena, Jesús dice:
“Sabiendo que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, amando a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”
(Jn 13, 1-2).
A esta hora, Jesús responde entonces a la petición de los griegos que quieren verle. Responde, pero de una forma mucho más profunda:
“Ha llegado la hora de que el Hijo del Hombre sea glorificado”.
GLORIFICACIÓN
Recordemos también que san Juan no utiliza el término crucifixión, sino que usa esta palabra: glorificado. No usa pasión, ninguna cosa negativa, sino glorificación. El hecho de que Jesús sea levantado en la Cruz, es el momento de la glorificación profunda.
Es el momento de la exaltación, el Hijo del Hombre es exaltado en la Cruz, donde se vive el amor más grande, el amor de la gloria, el amor más grande que se haya podido concretar jamás en la historia. Eso se vive en la Cruz.
Para san Juan la Cruz no es pasión, es glorificación. Podríamos decir que esa óptica de san Juan, es la óptica divina, ve la pasión como una glorificación plena, total.
Entonces para ver a Jesús es necesario participar de esta glorificación. En este momento Jesús empieza a explicar en qué consiste esta glorificación, que implica dar la vida y que se debe vivir con Él, pero también que todo el que se acerca a Él, tiene que vivirlo.
SI EL GRANO DE TRIGO MUERE PRODUCE FRUTO
Por eso utiliza una metáfora que si el grano de trigo no muere al caer en tierra queda infecundo, pero si muere produce mucho fruto.
Jesús utiliza esta metáfora profundamente elocuente. Al sembrar el grano de trigo el grano debe morir para que a partir de su muerte comience a llevarse a cabo la vida. Comience a producirse el milagro de la vida.
Por eso, si el grano de trigo que cae en tierra no muere, se queda infecundo. Pero al morir, produce un fruto de trigo gigante, se esparce. Esto es lo que intenta transmitirles a los griegos que, efectivamente, a través de la muerte de Cristo en la Cruz, el grano de trigo muere y llega a todos esta salvación, a los judíos y también a los griegos y a todas las personas.
Es necesario que Jesús muera.
Sí, todos tenemos un gran anhelo de comunión, un profundo deseo de conocer más a Jesús, pero a Jesús hay que conocerle en la Cruz y en el día a día.
COMO BUEN HINCHA
El otro día estaba pensando sobre esto preparando las meditaciones: ¿Cómo le sigo a Jesús? ¿Le sigo como un buen hincha de un equipo de fútbol?
Los malos hinchas que con las justas se saben los nombres de algunos de los jugadores, tal vez del mejor, pero no se saben las cosas del resto: quién es el entrenador, cuándo han quedado campeones, dónde van a jugar la siguiente semana, cuál fue el último marcador que tuvieron… Nada de eso se acuerdan.
En cambio, un buen hincha sigue al equipo, sabe los nombres, está pendiente de los resultados.
Luego, el hiper hincha, va a los partidos, les ha visto a los jugadores, tiene una camiseta firmada, si le dieron una camiseta sudada la guarda sin lavar. !Esto es el súper hincha!
Y con Jesús hay que ser super hincha; o sea, Jesús ha muerto en la Cruz para abrirnos esta posibilidad de ser sus seguidores íntimos, de estar justamente cerca de Él.
SER COMO CRISTO
Jesucristo es glorificado para que nosotros podamos tener una vida nueva, que no es simplemente añadir a nuestra vida algunos detalles, sino que es cambiar completamente para hacernos similares a Él, para hacernos cada vez más parecidos a Él. Para ser otros Cristos, el mismo Cristo, Ipse Christus.
Cristo está subido en la Cruz, está crucificado, glorificado y como discípulo, si yo quiero servir a mi Señor, no puedo pretender que mi camino sea un camino lleno de flores y de que no haya ningún problema, que no haya dificultad.
Ahora estoy viviendo en Guayaquil, por ejemplo en este instante estamos sin aire acondicionado y está un poco compleja la cosa, sudando todos como pollos, pero no puede ser que vivamos siempre con todas las comodidades.
ACEPTAR LA CRUZ
A veces hay cosas que uno tiene que sufrir y lo acepta. Pero es bonito darnos cuenta que tenemos que pasar por la experiencia de la Cruz: tengo que subirme a la Cruz por Él.
Y eso sí,
“Si alguien me sirve mi Padre le honrará»
(Jn 12, 26).
Esta promesa es fuertísima: el que pasa la cruz con Cristo, será honrado; es decir, recibirá los honores de parte del Padre.
Lo que sigue me parece hermosísimo, porque después de explicar este camino cristiano, que es el camino del olvido, de la cruz, de la entrega de sí, Jesús nos deja ver lo normal que es esto de temer, porque empieza a decir:
“Ahora mi alma está turbada; y ¿qué voy a decir? ¿Padre, líbrame de esta hora?, ¡Pero si para eso he venido a esta hora! ¡Padre, glorifica tu nombre!”
(Jn 12, 27-28).
Jesús nos enseña también que las cosas difíciles son parte de la vida, que Él mismo como que reniega un poco y, sin embargo, al final acepta la voluntad del Padre. Esto es buenísimo, porque si queremos llegar a alcanzar la honra del Padre nos va a costar y vamos a ver muchas veces, como discípulos suyos, que las cosas nos resultan un poco más chocantes, nos resultan difíciles, pero ahí está justamente la forma de abrazar la Cruz.
PREPARAR LA SEMANA SANTA
Estamos llegando a la Semana Santa y es la semana en donde vamos a pensar todas estas cosas. En 10 min con Jesús, hemos pensado también facilitar la Semana Santa. Si no te has preparado muy bien todavía durante esta Cuaresma, te animo a que te prepares completamente siguiendo los elementos que hemos preparado.
Todo está en nuestra página web “10 min con Jesus.net” porque lo que queremos es que la gente se vaya uniendo y pareciendo más a Jesús.
Antes de terminar, te pido Señor que me enseñes a ser mejor seguidor tuyo y sé que ese ejemplo lo puedo encontrar en san José, un hombre que sabía estar y hacer la vida más agradable a los demás, hasta dar su vida también por los demás. Ese ejemplo es el que seguimos nosotros intentando, aunque nos cueste subir a la Cruz para estar cerca de Ti Señor.
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