< Regresar a Meditaciones

P. Juan

5 min

ESCUCHA LA MEDITACIÓN

¿POR QUÉ NO CREEN EN JESÚS?

El Señor se lamenta porque en su tiempo muchos no creían en Él. Nosotros creemos, pero ¿hasta qué punto?

Hace algunas semanas me contaba un chico que había ido de vacaciones con varios amigos, que habían estudiado juntos en el colegio, un colegio católico y le impresionaba cómo ya tenían tan poco presente la fe y aunque no rezaban, ya no iban a misa el domingo, sí que parecían tener una actitud de mayor apertura. Incluso charlaban de muestras de religiosidad, podríamos decir, pero con una fuente en estas tendencias más orientales o medio New Age, de técnicas de relajación y cosas un poco supersticiosas.

Y él, un poco desconcertado, se preguntaba ¿por qué no creer en Jesús? Conociste a Jesús, ¿por qué no en vez de esas cosas así más novedosas, por qué no Jesús?

Conversamos sobre eso, quizá seguirte a Vos, Señor, seguirte Jesús es un poco más comprometido.

Bueno, no es el tema que quería ahora hablar con Vos, Señor, que hablemos con Vos en la meditación. Pero sí me acordaba de esa anécdota, porque en el Evangelio de la misa de hoy decís, con dolor, un reproche fuerte a los de tu tiempo:

«Nunca ustedes han escuchado la voz del Padre ni visto su semblante y su palabra no habita en ustedes, porque al que Él envió no le creen. Estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna, pues ellas están dando testimonio de mí y no creen en mí para no tener vida»

(Jn 5, 37-40).

Da un poco de pena, cómo varias veces en el Evangelio de hoy escuchamos, Señor, reprochar y no creen en Vos a los de tu tiempo. Dicen que creen en Moisés, buscan en las Escrituras, pero no creen en aquel que Dios, que tu Padre, envió, que sos Vos, Señor, nuestro Salvador.

¿CREO SEÑOR EN VOS?

Ahora en nuestra oración, podríamos, por un lado: Jesús, ahora te pedimos por todos los que no creen, sobre todo aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerte, recibir las enseñanzas en el catecismo preparándose para la Primera Comunión o tuvieron una educación escolar en un ámbito cristiano, católico y ahora por ahí están lejos.

Que crean, que te descubran de verdad, que puedan conocerte en primera mano, pero también para que de más fruto este rato de oración en nosotros, que intentamos rezar cada día, que sí queremos, Señor, tenerte en el centro de nuestra vida, queremos que seas Vos el que nos guía.

Podemos hacer un poco de examen también y preguntarnos: yo creo, Señor, ¿en Vos? ¿Tengo mi esperanza puesta en Vos que sos Dios?

Vos Señor

Aunque sin irnos a buscar llenar ese espacio que hay en el alma, que sólo es para Dios, para lo trascendental, para algo que está por encima de nosotros, donde nos vienen la seguridad, las explicaciones últimas, sin que vayamos a buscar por ahí en cosas supersticiosas, llenar ese espacio.

Puede ser que nos pase un poco, que no tenemos una total fe en Dios, que nuestra fe puede crecer porque a veces buscamos por ahí la seguridad en otras cosas.

Por ejemplo, en cosas materiales. Buscamos por ahí también el estar bien en cómo me va, en cuál es mi imagen ante los demás… O perdemos un poco la paz, la tranquilidad ante los problemas que nos abruman.

Si bien eso no quita que creamos en Vos, Jesús, puede ser que, aunque no tengamos un fundamento tan firme, porque nuestra fe todavía es pequeña o que encararíamos mejor todas esas cosas si realmente creyéramos en Vos o nuestra fe fuera más fuerte.

¿QUÉ PREFIERO?

Me acordaba también de otra persona que tenía distintos problemas en el trabajo y que además iban apareciendo siempre cosas nuevas, parecía que algo se encaminaba y se resolvía, pero aparecía después otra dificultad mayor, entonces claro, es muy desgastante la situación.

Pero cada uno podría preguntarse y ¿qué prefiero? ¿Que no existieran todos estos problemas, que vaya todo bien según lo que planifiqué, que los trabajos vayan saliendo adelante, los resultados? Claramente eso daría mayor sosiego, mayor paz.

O ¿preferiría yo ser tan parecido a Jesús, parecerme a Vos, Señor o tener tanta fe o tener tanta confianza en Dios que, incluso, con todos esos problemas pudiera yo no perder la paz, llevar las cosas con alegría, abandonarme?

Claro, es fácil decir esto y uno lo podría imaginar si pensamos un poco en mirar a alguien que está tan confiado en la providencia que, externamente, pareciera que toma de igual manera lo bueno que lo malo, las noticias, los eventos, lo que tiene que afrontar… porque todo le sirve para santificarse, para ofrecerlo a Dios, para servir a los demás.

TENER UNA FE GRANDE

Vos Señor

Bueno, esto fue casi para ser un poco teórico ¿no? porque después las cosas nos impactan y no es tan fácil. Pero pienso que todos podemos pensar, Señor: “si mi fe fuera más grande podría afrontar mejor mis desafíos”.

Pienso en concreto y podemos ahora pensar cada uno, mis incertidumbres respecto al futuro, respecto a la salud, a lo económico, quizá también me afecta mucho, en la imagen…

Cuánto ahí sos Vos el fundamento, Señor, donde me apoyo para ir adelante. U otro campo, las aspiraciones de mi corazón, lo que yo sueño, lo que pienso me gustaría, lo que en mi ideal la felicidad.

¿Qué hay ahí? ¿Qué es lo que quiero? ¿Cosas materiales, viajes, eventos…? ¿Cuánto creo en Vos, Jesús? Que mi aspiración es que mi corazón se parezca al tuyo. Crecer en tal virtud, darme, llevar también a otros la alegría de ser hijos de Dios, de ser cristianos.

Y, finalmente, ¿qué tan presente está mi querer ser santo, querer salvarme, querer unirme a Dios a través de lo ordinario? Cuánto eso es por lo que nos levantamos a la mañana. Pienso que todas estas son manifestaciones de ese creer en Cristo.

Eso que Vos, Señor, le reclamabas a los de tu tiempo, algunos que no habían creído pero que por ahí también a mí me lo podrías decir: ¿No crees en mí? ¿No confiás, no me estás buscando?

Que en este tiempo de conversión de gracia crezcamos, Señor, con tu ayuda también en la fe, en que tengamos toda nuestra esperanza, nuestras aspiraciones, la búsqueda de la resolución de nuestros problemas, que ahí estés Vos, en el centro, también muy presente y en el centro de nuestras aspiraciones, de nuestra felicidad.


Citas Utilizadas

Ex 32, 7-14

Sal 105

Jn 5, 31-47

Reflexiones

Jesús, si mi fe fuera más grande podría afrontar mejor mis desafíos.

Predicado por:

P. Juan

¿TE GUSTARÍA RECIBIR NUESTRAS MEDITACIONES?

¡Suscríbete a nuestros canales!

¿QUÉ OPINAS SOBRE LA MEDITACIÓN?

Déjanos un comentario!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La moderación de comentarios está activada. Su comentario podría tardar cierto tiempo en aparecer.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.


COMENTARIOS

Regresar al Blog
Únete
¿Quiéres Ayudar?¿Quiéres Ayudar?