La mañana comenzó con la entrada de miles de personas de todo el mundo, entre esas 1600 niños quienes recibieron su primera comunión.
El Papa Francisco envió un mensaje donde nos recordó que todos estamos unidos como Iglesia por el bautismo, esa que se alimenta de un mismo pan, la Eucaristía.
“Una fraternidad honda, que nace de la unión con Dios, que nace de dejarnos moler como el trigo, para poder llegar a ser Pan, Cuerpo de Cristo, participando de este modo, plenamente de la Eucaristía y de la Asamblea de los Santos”, dijo Sumo Pontífice.
Durante la homilía monseñor Alfredo Espinosa, arzobispo de Quito, invitó a los niños de Primera Comunión a recibir a Jesús con alegría y así saber compartir, soñar, agradecer y confiar.
Asimismo, haciendo referencia al Evangelio según san Marcos (7, 31-37) dijo: “Señor, queremos escuchar tu palabra que nos diga ‘Effetá’, es decir, ‘Ábrete’.
Que se abran siempre nuestros corazones, pero sobre todo, nuestros oídos, para escuchar el grito de dolor del mundo entero, el llanto de los que sufren y el clamor de los pobres, y podamos, desde la Eucaristía, ser auténticos ‘misioneros de Fraternidad’, para sanar y hacer el milagro de que todos seamos uno.
Al final el cardenal Baltazar Porras, delegado del Papa, recibió una estatuilla de la Virgen del Panecillo, virgen de Quito.
Artículo escrito en colaboración con el Equipo IEC – Quito 2024