Para Comenzar
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Con la intercesión de la Santísima Virgen María, de su esposo San José y de nuestros ángeles de la Guarda, vamos a meditar en la presencia de Dios lo que pasó en los días anteriores al nacimiento del Niño Jesús. Que el Espíritu Santo nos ilumine y nos fortalezca para que esta novena de Navidad, con su propósito de mejora diario, nos haga parecernos un poco más a la Sagrada Familia.
Llegamos a Belén
María y José se despiden de Marta y su familia. ¡Cómo descansa el cariño que se manifiesta en pequeños detalles de simpatía y de servicio! Ahora les queda el último tramo del viaje, doce kilómetros los separan de Belén. Pero antes harán una parada en Jerusalén.
María y José desde que han divisado el templo desde el monte de los olivos se han llenado de alegría, le hablan al Niño de la casa de su Padre, consideran todas las maravillas que el Señor ha hecho con su pueblo y cantan el Salmo 135 en el que se alaba a Dios por sus obras, María incluye el gran misterio que encierra en su seno.
Las calles de la ciudad Santa están llenas de gente, el bullicio en el atrio del templo, los vendedores que ofrecen animales para los sacrificios, gritos de los cambistas y un trasiego de gente que va y viene. Todo esto no es obstáculo para que María y José se recojan en oración.
Salen al inicio de la tarde hacia Belén. María en el camino recuerda las palabras del Ángel: “vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre» (Lc 1,31-32). La Virgen empieza a describirle la tierra de David a Jesús el paisaje es muy agradable, el sol empieza a ocultarse en el mediterráneo, atraviesan viñedos, a la distancia se miran rebaños de ovejas, Belén son unas pocas casas, varias excavadas en la montaña.
Tradición en Navidad
La tradición de poner nacimientos en nuestras casas nos ha llevado a representar Belén de muchos modos diversos, a lo largo de la historia se han creado muchos estilos, en la mayoría de lugares se representa el nacimiento usando elementos arquitectónicos propios del lugar. Este hecho nos recuerda que Jesús es el dueño de la historia, que Dios sigue haciéndose presente en nuestras localidades, en nuestras ciudades llenas de ruido, tráfico, luces, todos los lugares los hace suyos.
Dejas que Jesús tome lugar en tu corazón, procuras guardar silencio, dejar el teléfono, la tele, el activismo, las prisas para rezar. Busca cada día esos momentos para rezar, para que el señor haga morada en tu corazón.
Oración Final
Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Después repiten todos juntos tres veces: Jesús, José y María. Os doy el corazón y el alma mía.
Villancico
EN VIVO DEL 16 AL 24 DE DICIEMBRE A TRAVÉS DE NUESTRO INSTAGRAM
