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Tere Domínguez O.

Comunicadora Social. Autora de Te ofrezco mis puertas (2019) y del libro ilustrado Chachalaca y su viaje inesperado (2020)

8 min

Oración en el Ciberespacio

En esta ocasión Tere Domínguez O. nos presenta al grupo de WhatsApp Rosario de Oración que mencionó en el reciente live en la cuenta de Instagram de @10minconjesusal así como diversas vivencias de rezar en grupo a pesar de no poderse reunir físicamente. Pero también reafirma que son los ratos de oración individual con Jesucristo los momentos más importantes de cada día.

Estos últimos días he estado reflexionando sobre cómo, a pesar del distanciamiento social que ha ocasionado la pandemia, he sentido que nos hemos unido aún más en oración, mediante las diversas redes y plataformas digitales. Porque, si bien todos los días hago mis ratos de oración, las experiencias a las que me voy a referir tienen que ver con rezar en grupo a pesar de no podernos reunir físicamente.

Una de ellas ha sido participar del grupo de WhatsApp Rosario de Oración, que creó Zereth Torres Méndez, a quien conocí el año pasado. Ella no lo sabe, pero cuando mi amiga Ángela me contactó para ver si podía animarla, yo me desmoroné al conocer su historia: había sido diagnosticada con cáncer de colon a sus 42 años. Yo estaba en quimioterapia y me sentía muy vulnerable, así que conocer de otros casos me afectaba mucho. Recuerdo que en ese entonces ella estaba abrumada porque no entendía lo que le estaba pasando. Le pedí a Dios muchas veces que me iluminara para poder apoyarla. Espero haberlo hecho. 

Zereth y yo nos conocimos el día de la presentación de Te ofrezco mis puertas en noviembre del año pasado, cuando iniciaba su quimioterapia. Yo había terminado en octubre

Hacer sonreír a la Virgen

No voy a contar aquí su historia porque Zereth ha dicho que ella lo hará y que su libro se llamará: Vivo y viviré para contar las grandezas del Señor. Y sé que así será. Lo que sí les voy a compartir es que, a raíz de ese diagnóstico que estremeció su vida, ella ha logrado una cercanía con Dios que yo he llegado a admirar y que incluso me ha inspirado. Zereth lee la biblia a diario y recita los salmos. En el grupo Rosario de Oración están tanto familia, amigas así como algunas de las Muñecas Valientes, un grupo de personas supervivientes al cáncer o que todavía están en quimioterapia, como es el caso de ella. Allí, Zereth nos invitó a que rezáramos el rosario todos los días a las siete de la noche. Yo pensé: ¿rezar el rosario todos los días a las siete de la noche? 

Hasta ese momento, mi rutina de oración  había consistido en levantarme de la cama, rezar los 10 minutos con Jesús, seguida de una meditación tanto mental como escrita. Luego escuchar el evangelio que me envía el doctor Juan Pablo Barés y finalmente el rosario guiado que envía el grupo de WhatsApp De mar a mar, al que me había invitado Maricarmen Correa. También uso un app del rosario para cuando lo hago  individualmente. 

La invitación que me hacía Zereth coincidía con la cena y la sobremesa familiar. Pero ¿cómo le iba a decir que no a la Virgen? Porque al final era la Virgen la que estaba invitándome a través de Zereth. Así que me dije que lo iba a hacer la mayoría de los días que pudiera. Conversé con mi esposo y le dije que algunos días cenaría más temprano para poder acompañar a Zereth en ese rato de oración con la Virgen. Ella nos llama una a una a través del servicio de videollamadas del WhatsApp, que permite hasta ocho personas, y ha sido una experiencia sublime. Zereth incorporó los cantos, así que entre un misterio y otro en toda la casa se me escucha cantar: «Ave, ave, ave María. Ave, ave, ave María». Debido a la distorsión que provoca cantar todas a la vez, somos un coro desafinado pero feliz.

También ha sido lindo conocer a Isabel Tribaldos durante esta cuarentena. Si bien no nos conocemos personalmente, hemos conversado por teléfono, intercambiado muchos mensajes de voz y también escritos. Ella no solo compró uno de mis libros, sino que le regaló un ejemplar a Maky Carvajal, otra chica joven que recién inició quimioterapia por cáncer de mamas. En su cuenta en Instagram, @isatribaldos, todos los lunes realiza un rosario enfocado a la Virgen. Las voces guías son las de su esposo, sus hijos y ella. También se canta el Ave María entre cada uno de los misterios. Los que participamos enviamos por el servicio de mensajes las peticiones y ella las va leyendo con su voz pausada y modulada. No ha dejado de hacerlo ningún lunes. 

Ahora, junto con el rosario de Zereth, algunos lunes hago hasta tres rosarios, pero no me pesa. Hago el de la mañana por si no puedo hacer los de la noche. La satisfacción que siento es cada vez mayor ya que sé que estamos haciendo sonreír a la Virgen y ella a su vez resplandece en nuestros corazones. 

Otros momentos en el grupo de WhatsApp Rosario de Oración que creó Zereth Torres Méndez y del cual soy afortunada de formar parte.

Inyección de fe

He aprendido en este camino para lograr la santidad en la tierra que las distracciones de la vida diaria nos pueden desviar fácilmente del camino. Para mí los retiros mensuales que organizaba Rocazul se convirtieron en el alto mensual que necesitaba para analizar mi fe y entender qué tenía que afinar o mejorar. Era allí donde me confesaba y recibía la guía espiritual según la situación que estuviera atravesando en ese momento. Porque siempre tenemos situaciones en la vida para las que necesitamos alguna guía. Por lo menos en mi caso, con un diagnóstico de cáncer, una quimioterapia y la promoción de mi primer libro que hacía que cada vez me abordaran más personas buscando algún apoyo, yo requería ese alto mensual porque de lo contrario no hubiera podido continuar. Yo sentía que la literatura me absorbía y tenía miedo de que el ego me consumiera. Pero gracias a esas guías espirituales entendí que todo lo que hacía debía ofrecerlo a Dios y que mi escritura era el medio para hacer que más personas se acercaran a Él. 

Cuando empezó la cuarentena, una de las primeras cosas que pensé fue que no podría ir a esa cita mensual. Pero, nuevamente, el uso de la tecnología permitía que nos reuniéramos en oración. En esta ocasión, a través del Zoom. El primer encuentro fue algo accidentado, pero los siguientes han sido perfectos. Por ejemplo, ya aprendimos a apagar los micrófonos para que no causar interferencias. Por supuesto, añoro las confesiones y la eucarística como nunca, pero al finalizar el retiro nos enlazamos a la misa solemne en www.torreciudad.org, cuyo altar hermoso de fondo es el broche de oro para salir renovada y con una inyección de fe. Además, cada vez más amigas han podido participar, lo que me hace muy feliz. Solo hay que compartir el enlace de Zoom para quedar enlazados a un grupo de mujeres que solo queremos estar cerca de Dios y nutrirnos más en nuestra fe.

Así luce la cuenta @isatribaldos durante el rosario de cada lunes.

Ser más feliz

Google Meet también entró en escena en estos meses. Uno de mis propósitos del año había sido incorporarme a clases semanales de guía espiritual. Pero siempre surgía algo y no podía ir. Ocasionalmente, iba los jueves en la mañana a confesarme y asistí a alguna de las charlas. Pero no era constante. María Isabel Maldonado, a quien conocí a través de Regina Fuentes en la presentación de Te ofrezco mis puertas y que ofreció sus servicios de traducción para la doctora Michelle Smekens, me escribió después de recibir uno de mis posts:

Tere, te quería preguntar si quieres ir a charlas que dan una vez a la semana, como las de los retiros mensuales. Y también leemos el evangelio del día. Las de Rocazul las están dando ahora por Zoom y por Google Meet. Si te animas, me dices y yo te conecto.

Por supuesto que le dije que sí, y así me incorporé a las clases que imparte Pilar Alvaro todos los martes. Existe la alternativa de escoger entre dos horarios: uno en la mañana y otro en la tarde por Google Meet. Así, la cuarentena me facilitaba el poder asistir cada semana, sin tener que preocuparme por el tranque, por el estacionamiento, porque surgiera algún compromiso. Pilar ha sido otro ángel para mí por la guía espiritual que me ha dado en muchos sentidos. Además, invité a algunas amigas que también están participando. Una de ellas me preguntó quién era Pilar. Ella en sus propias palabras me dijo: «pues soy una persona de 71 años supernumeraria del Opus Dei desde hace 33 años, casada, con cuatro hijos, nueve nietos, que ha recibido mucha formación religiosa y que quiero que la gente se acerque a Dios para que sea cada vez más feliz». Pilar, cuando leas esto quiero que sepas que eso es lo que has logrado en mí.

Si bien a través de la tecnología he podido rezar el rosario en grupo, asistir a las clases semanales y a los retiros mensuales, son los ratos de oración individual con Jesucristo los momentos más importantes del día. 

Es una oportunidad única en el mundo lo que estamos viviendo. Y digo oportunidad y no tragedia ya que también he aprendido que todo lo que puede parecer malo tiene un lado positivo. A veces tienen que pasar cosas como un diagnóstico de cáncer o una pandemia que ha paralizado al mundo entero para que nuestras vidas se estremezcan. Yo decidí que quería acercarme más a Dios. Aprendí que con Dios basta. Si dejamos que esté a nuestro lado, si permitimos que entre en nuestro corazón, nunca nos sentiremos solos. Hay momentos en que uno flaquea, pero lo importante es tener ese deseo de querer estar cerca de Él y de mantenernos en ese proceso de buscar la santidad en la tierra, que es difícil, pero lo importante es no desmayar, seguir cada día. Saber que Cristo está a nuestro lado y tratar de sostener siempre su mano.

Sorpresa que nos dio un día la hija de Isabel al finalizar el rosario. 

No podemos permitir que este bicho invisible que se ha apoderado del mundo nos paralice. No podemos dejar que se apodere de nuestra alma y de nuestros pensamientos.

Te invito a que te hagas esta pregunta:

¿Cómo puedo acercarme más a Dios?

 

 


Escrito por

Tere Domínguez O.

Comunicadora Social. Autora de Te ofrezco mis puertas (2019) y del libro ilustrado Chachalaca y su viaje inesperado (2020)

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COMENTARIOS

  1. María del Carnen Correa de Barés dice:

    Querida Tere,

    Muy lindo testimonio de amor al prójimo, de humildad y empatía.

    Si algo nos ha dejado esta cuarentena ha sido tiempo para pensar, y quienes hemos buscado más en la oración, nos ha ayudado a encontrar respuestas y a ver luces cuando caminamos a ciegas.

    Otro motivo más por el cual agradecer.

    Un abrazo Tere,

    Maru Carmen

  2. Susy Hernández dice:

    Saludos desde Guatemala. Me encanto el artículo, y me gustaría me encantaría participar en el Rosario, hacer reir a la Virgencita y las charlas. Y por supuesto recibir las meditaciones.
    Recibo 10 Min. Con Jesús. Me encanta. Muchas gracias por ser tan luchadoras y luchadores e inspiradoras (es)

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