El Apego
El apego es un “hilo”, un lazo emocional que uno establece con las personas significativas de nuestra vida, aquellas con las que compartimos sentimientos de pertenencia y seguridad.
Importantísimo para nuestro desarrollo afectivo te invito a reflexionar sobre el “apego” sobrenatural con tu Madre, la Virgen María.
Desarrolla el apego
Sabemos que los lazos emocionales son muy importantes para el tejido afectivo e intelectual de cada ser humano. Estos vínculos son la semilla de la seguridad, confianza y pertenencia con que nos movemos en la edad adulta.
Si esto sucede a nivel natural, ¿Cómo podemos desarrollar nuestro “apego” sobrenatural con nuestra Madre, la Virgen María?
El trato con ella y meditar este tema nos hará disponer de mayores recursos para afrontar las dificultades naturales que aporta la vida con su quehacer.
El regalo de una Madre
Hace 2000 años María fue regalada como Madre por el mismo Cristo. M-A-D-R-E…ese fue el término que el Señor usó. No cuidadora, ni mediadora (eso se agregó varios años después), ni evangelizadora…M-A-D-R-E.
Por eso lo primero para vincularnos con ella en un trato más íntimo es reflexionar sobre la naturaleza del significado de “madre” pues ella lo es, por designio divino y en plenitud.
Madre
Madre “se le llama al individuo de sexo femenino que ha tenido descendencia directa” y aunque el Señor sabía que María no nos tendría en su seno, quiso que nos supiéramos hijos VERDADEROS de su Madre María.
Esto trae una consecuencia radical: en todas las especies la “madre” es quien cuida y posibilita el crecimiento de sus hijos, pues nacemos en un estado de fragilidad que nos hace totalmente vulnerables.
Nuestro refugio
En la vida interior es igual. Somos frágiles y vulnerables. Sentimos en nuestra carne la tentación de no obrar conforme a la ley de Dios. Nos dejamos llevar por el rencor, la ira, los malos pensamientos, la flojera, la frivolidad.
¿Dónde se encuentra tu vulnerabilidad? ¿Dónde te sabes más débil?
Amigo, ahí tienes a tu MADRE MARÍA para cuidarte, protegerte, darte cariño. Es MADRE. Pídele ser tu refugio en esa circunstancia que te quita la paz, mirala y abandona ese “asunto” en sus manos…como niño.
¿Quién no acudió alguna vez a su madre terrenal esperando que solucionara “aquél” asunto con sus superpoderes?
Ser hijo de “LA Madre”
Filiación significa ser hijo. Y el vínculo afectivo que se establece entre hijo y madre es definitivo para el buen funcionamiento emocional e intelectual de la persona.
Sobrenaturalmente pasa igual. Para una vida de oración plena y fecunda hay que desarrollar este lazo entre tu madre del Cielo y tú.
Contacto
En los seres humanos el contacto de piel a piel es vital para desarrollar el apego. Con La Virgen María pasa igual. Ten algo físico que te recuerde a ella.
El rosario en el bolsillo ( instrumento de infinito valor para ella), una linda medalla en el cuello que te identifique como su hijo y que puedas besar durante el día, una estampa de ella usada como marcador de libros o una imagen -hay tantas donde elegir- en tu mesa de trabajo o usada como cuadro.
El trato con amor
San Josemaría enseñó a todos sus hijos a conversar con estás imágenes levantando el corazón hacia ellas para saludarla, “Buenos días Madre Mía” o para decirle algún piropo como “Virgen purísima” o incluso pedirle ayuda “Virgen María ayúdame en este día”… observa el trato de los niños pequeños con su madre: la besan, le avisan si tienen exámen, les traen flores de la escuela…imítalos con la imaginación que entrega el amor.
No estás solo
Si te sientes solo o triste esto irá pasando porque tu Madre del Cielo te acompañará en la medida que te abras a Ella.
Convérsale en ese monólogo interior que tienes siempre contigo y serás testigo de cómo obra María en sus cuidados para contigo.
Ideas para acercarse a la Virgen
Toda madre sueña con una buena y significativa relación con sus hijos. Tu Madre María, también.
Ella desde el cielo, te quiere decir que como todo lazo afectivo debe cultivarse. ¿Cómo?
Te dejo algunas ideas que pueden ayudarte:
1. Tiempo con ella
Busca tiempo para pasar con ella. Eso es por ejemplo rezar el Rosario mientras vas por la calle, o meditar algún aspecto de su vida. Hay libros muy recomendados para conocer más a la Virgen.
2. Reflexiona
En tu día a día reflexiona cuando tengas que tomar una decisión ¿Qué haría María en mi lugar? Uno quiere que sus hijos actúen cómo uno les ha enseñado, lo mismo nuestra Señora. ¿Gasto mi dinero de esta manera o no? ¿Sigo enfadada o no? ¿ Me quejo o no lo hago? Pregúntale cómo lo haría ella.
Te darás cuenta que hay criterios nuevos para resolver tu vida y seguro te acercarán más a l Cielo. Además un buen “apego” sólo se realiza si se tienen en cuenta los gustos del otro, por este motivo es interesante reflexionar qué le gustaría a María en las situaciones que debemos abordar.
Una buena madre no da las respuestas a sus hijos, sino que los ayuda a encontrarlas. María hará igual contigo. Por eso reflexiona sobre tu vida y descubre cómo ha ido actuando tu Madre del cielo. En esos momentos podrás ir descubriendo las respuestas que te quiere ayudar a encontrar.
3. Despierta con ella
Cuando te despiertes vuelve a cerrar los ojos y reza todas las oraciones que sepas dedicadas a la Virgen: Avemaría. Acordaos, La Salve, Oh Señora mía, Bendita sea tu Pureza, Bajo tu amparo. Así le entregas tu día. No demorarás más de 7 minutos (Te lo digo por experiencia).
4. Habla con ella
La comunicación es la base de cualquier relación. Habla con tu Madre… no la alejes de tus asuntos.