¿Quiénes son los Santos? Son todos los hombres y mujeres, de toda raza, edad y condición, que se desvivieron por los demás, que vencieron el egoísmo, que perdonaron siempre. Santos son los que han hecho de su vida un ejemplo de los valores trascendentes. Testigos fieles del Evangelio y seguidores de las Bienaventuranzas, los Santos que hoy celebramos han sabido hacerse pobres en el espíritu, son personas sufridas, pacíficas, defensores de la justicia, de los perseguidos, misericordiosos y limpios de corazón.
Los que han llegado al cielo son como nosotros, con muchos defectos pero también con luchas. Levantarse una y otra vez. Si los santos fueran brillantes y distantes figuras de porcelana cuyas vidas nunca se mancharon con ningún pecado, ¿qué relación podrían tener conmigo?, un ser de carne y hueso que pierde y gana batallas y muchas veces debe levantar el rostro después de haberlo tenido hundido en el fango… Por eso, la vida de los santos siempre trae esperanza.
Devoción a los Santos
¿Por qué celebramos unidos a todos los Santos? Porque quienes buscan a Dios lo encuentran con facilidad contemplando la vida de los santos. Su vida los ha hecho aptos para llegar al cielo, que es la meta a la que todo cristiano está llamado.
En los Santos podemos reconocernos cada uno.
¿Quién no ha deseado alguna vez “prender fuego” como el apóstol Santiago?
¿Quién no ha sufrido por la injusticia de los demás, como el Padre Pío?
¿Quién no ha debido llorar alguna vez sus caídas como María Magdalena?
Aprender de la vida de los Santos puede humanizar nuestro camino al Cielo. ¡Se puede! Con la ayuda de la misericordia de Dios. ¡Todos podemos alcanzar la santidad! Ninguno ha sido perfecto en vida, todos, absolutamente todos han tenido debilidades. Algunos han sido muy sensibles, otros temperamentales…pero TODOS se han dejado moldear por el Espíritu Santo con docilidad.
¿Conoces la vida de algún Santo? Te animo a leer las biografías de Santa Teresa de Jesús, del Santo Cura de Ars, de Santo Tomás de Aquino, entre otros, o ver películas como por ejemplo “Cristiada”, todos son recursos que pueden servir para animarse a ver a hombres y mujeres corrientes llegar a ser Santos.
Tú, ¿puedes ser Santo?
Claro que sí. Estás llamado desde el bautismo para ese destino. Todos estamos, sin importar la edad, circunstancia o condición, llamados a dar testimonio de vida coherente en el evangelio. ¿Tienes conciencia efectiva de ser hijo de Dios? Pues ese es el primer paso que vivieron los Santos.
Reflexiona,
¿tengo este sentido de filiación con mi padre Dios?
¿Al observar mi vida, descubro aspectos en los que Dios me pide una transformación para poder alcanzar la meta de nuestra conformación con Dios?
En el día en que celebramos a todos los Santos, recordamos a todos los santos anónimos que están en el Cielo. Santidad es pluralidad. Todos han seguido a Cristo desde su propia circunstancia y talante; desde su nación, raza y lengua, en los días felices y cuando la tribulación y los problemas arrancan lágrimas del corazón; en la soledad del claustro o en el vértigo de la ciudad; en la buena y en la mala salud. Miles y miles ya han llegado a la patria eterna e interceden por nosotros.
Demos gracias a Dios por el ejemplo de tantos y tantas que nos han precedido en el camino a la santidad y nos pueden mostrar con el ejemplo de su vida que es posible ser Santo.
En esta fiesta de la iglesia ¿a qué santo te propones conocer más?
Escucha la meditación haciendo click AQUI P. Juan Carlos (Ecuador)
«Alegrémonos todos en el Señor, al celebrar este día de fiesta en honor de todos los santos: de esta solemnidad se alegran los ángeles y alaban al Hijo de Dios».