¿Qué nos puede enseñar san Lucas evangelista sobre ser un verdadero discípulo de Cristo en tiempos modernos?
Andrea Convers
La iglesia celebra la fiesta de san Lucas evangelista, a este gran santo le atribuimos el Evangelio que lleva su nombre, así como el libro de los Hechos de los Apóstoles, el cual narra todo lo que sucedió con los primeros cristianos, una vez que Jesús asciende a los cielos. Sus escritos son muy sencillos de comprender y es el único evangelista que narra acontecimientos de la infancia de Jesús.
El Evangelio de san Lucas
El cardenal Mercier se refiere alEvangelio de san Lucas como «el libro más encantador del mundo», es de los 4 Evangelios, el que nos muestra un estilo sencillo, fácil de comprender y aborda al personaje de Jesús de distintas maneras que pueden ser muy provechosas para quienes lo leen. Posterior a esto en el libro de los Hechos de los Apóstoles; Lucas nos muestra los primeros pasos de la comunidad cristiana, por lo cual se vuelve imprescindible leer este libro para conocer cada paso que nuestra Iglesia ha dado.
Quizás uno de los pasajes más emblemáticos y más recordados de este evangelista es la parábola del hijo pródigo, este pasaje que incluso ha inspirado obras de arte como a Rembrandt, es un pasaje donde queda evidenciada la infinita misericordia de Dios y lo bueno que ha sido el Señor con cada uno de nosotros (Lc. 15).
Como discípulo de san Pablo, Lucas es una rica fuente para conocer los acontecimientos más importantes de su evangelización, Lucas acompañó a Pablo en 4 de sus más importantes viajes. La vocación de servicio de este discípulo es grande y todos debemos aprender de ella.
La fiesta de este «buen doctor», tiene mucho para decirnos, tenemos mucho que aprender de este gran santo, desde su entrega, desde su servicio, incluso de la forma en la que Lucas veía a Jesús. Forma que está plasmada en cada una de las páginas de su Evangelio. Dicho esto, te invito a que descubramos juntos que nos puede enseñar san Lucas para ser auténticos discípulos de Cristo.
A ti que lees esto puede que seas abogado, arquitecto, investigador, docente, muchas son las profesiones, pero una sola la vocación, una sola la misión que es seguir a Cristo, amar como Jesús amaba, vivir con los sentimientos de Jesús.
En medio de la aceleración del mundo moderno en el que tú y yo vivimos, es preciso recordar que se puede seguir a Jesús, se puede dar el todo por Él todo por amor a Dios, vale la pena en todo cuanto hagamos buscar siempre encontrarnos con el Señor.
La vocación de san Lucas debe exhortarnos a cada uno de nosotros, nos debe mover a que, desde nuestra realidad, desde nuestra profesión, desde nuestra situación particular, siempre busquemos dar a conocer a Jesús.
Así como en la época de los primeros cristianos, hubo una necesidad muy grande de propagar la Palabra de Dios, hoy tú y yo seamos médicos, o abogados, o ingenieros tenemos que, movidos por el espíritu de celo de Lucas, buscar dar a Dios a todos a nuestro alrededor.
El nombre de Dios es Misericordia
La figura de Jesús que nos presenta san Lucas, es la figura de un Mesías cercano a su pueblo, nos enseña a Jesús como un Dios que no es lejano a nuestras necesidades. Lucas dedica parte de su Evangelio a narrar cómo Jesús era auxilio de quienes sufrían los dolores de la cruda enfermedad. Nos enseña el espíritu de celo ardiente de Jesús por aquel que sufría y tenía necesidad.
Este Evangelio es incluso conocido como el «Evangelio de los pecadores», porque san Lucas nos enseña en cada versículo de su relato que Jesús es amor infinito y misericordia plena para quienes le buscan ardorosamente. Es sin duda este autor quien nos exhorta fuertemente a confiar en la gran Misericordia de Dios para con nosotros, quienes pecamos, quienes no amamos como Jesús ama.
Es la parábola del hijo pródigo, una de mis parábolas favoritas, el relato más hermoso sobre la Misericordia de Dios (Lc. 15,11), y únicamente lo encuentras en el Evangelio de san Lucas.
Te invito a que leas esta parábola y medites lo misericordioso que es el Señor, en lo bueno que es Dios, y que si acaso te has alejado de su amor y misericordia hoy por intercesión de este gran santo seas capaz de decir «me levantaré y volveré a mi Padre» (Lc 15,25), te aseguro que como el papá de esta parábola Jesús te espera con los brazos abiertos.
¿Puedo ser un verdadero apóstol de Jesús 2000 años después?
Quiero pedirte que medites algo. San Lucas no conoció a Jesús, en realidad Lucas fue discípulo de san Pablo y ninguno de ellos convivió con el Maestro. Quizá te plantees cómo entonces un hombre que no caminó junto a Jesús nos muestra una imagen tan cercana, tan misericordiosa del Señor.
Definitivamente la vida interior de san Lucas, su vida de oración fue tan importante que a pesar de no haberlo conocido físicamente, él vivía en constante comunión con aquel Dios que lo ha amado hasta el extremo.
Hoy 2000 años después, puedes vivir en una infinita comunión de amor con el Señor, en tiempos actuales debes vivir tan cerca al Señor que seas capaz de ver en el rostro de Jesús el rostro de la misericordia misma. Y esto lo vas a lograr dándote por entero al Señor. En todo lo que hagas pensar en dar gloria a aquel Dios que nos ama hasta el extremo.
Es de valientes seguir a Jesús
Estoy seguro que Lucas es uno de los valientes de la época de los primeros cristianos, un hombre que fue capaz de darlo todo por amor a Dios, un médico que buscó que el nombre de Jesús sea conocido y sea amado.
A eso estamos llamados tú y yo. Quizá nuestra misión no sea en lejanas tierras, sino en la cercanía y proximidad de nuestra realidad está nuestra misión de amar al prójimo y que el prójimo conozca que es amado por un Dios cuyo nombre es Misericordia.
En esta fiesta de este gran santo, pidamos su intercesión para ser verdaderos testigos del amor de Dios, y que junto a Lucas y a Pablo podamos proclamar que hemos peleado el buen combate de la fe (2 Tim 4,7). Recuerda que desde tu realidad y desde tu vocación, es posible amar sin medida y darse sin reservas a Jesús.