San Nicolás de Bari, fue un Obispo del siglo IV. Desde su niñez, sus padres le enseñaron valores cristianos, a pesar de que vivía rodeado de comodidades.
Su madre siempre quiso que se ordenara sacerdote, mientras que su padre deseaba que trabajara en el comercio de la ciudad. Ambos, murieron por causa de la peste.
A raíz, de esto, nace en san Nicolás grandes deseos de servir, y al recibir su herencia decide entregarla a los más necesitados.
En ese momento, el santo parte a Myra donde se ordena sacerdote a sus 19 años. Y entonces, se dedica a ser un verdadero pastor para su pueblo. Tiempo después fallece el Obispo y no dudan en darle a san Nicolás ese puesto, por sus grandes labores. Durante su vida, estuvo siempre en contra del paganismo y de situaciones que no ayudaban a las personas a estar cerca de Dios.
¿Cómo vivimos los cristianos de Navidad?
La tradición que san Nicolás baja por la chimenea para dejar regalos nace de la historia de un hombre que tenía problemas económicos, y decidió enviar a sus hijos a trabajar en lugares poco dignos. San Nicolás, al enterarse de esta situación, lanzó por la chimenea de la casa unas monedas de oro, que ayudaron mucho a la familia.
En este tiempo de Navidad, a veces podemos caer en el consumismo y llenarnos de materialismos, pero es importante siempre poner a Dios por encima de nuestras ocupaciones, y darle calidad a nuestras oraciones.
También debemos tomar el ejemplo de san Nicolás, y obsequiar cosas a las personas lo que realmente necesitan. La Navidad no es el hecho de comprar un regalo para cumplir con obligaciones sociales, sino de entregar algo sirva para realmente. Y en verdad, lo más valioso que podemos regalar es nuestro tiempo, la escucha activa, nuestra atención… no solo a los demás, sino también al Señor.
¿Un regalo para Jesús?
En esta Navidad, podemos seguir la estrella como los Reyes Magos, es decir, perseverar en la oración, porque es el único camino que nos llevará a Dios.
Otra cosa que podemos hacer es es realizar la lectura de los pasajes relacionados a este tiempo de Adviento y Navidad, que nos facilitan estar en sintonía con Jesús.
Isaías 9, 5-7, nos dice que ha llegado el príncipe de la Paz, eso debemos buscar estos días hermosos, estar tranquilos con nosotros mismos, así viviremos la empatía con nuestro contexto.
San Josemaría decía lo siguiente:
«Cuando llegan las Navidades, me gusta contemplar las imágenes del Niño Jesús. Esas figuras que nos muestran al Señor que se anonada, me recuerdan que Dios nos llama, que el Omnipotente ha querido presentarse desvalido, que ha querido necesitar de los hombres. Desde la cuna de Belén, Cristo me dice y te dice que nos necesita, nos urge a una vida cristiana sin componendas, a una vida de entrega, de trabajo, de alegría.» (Es Cristo que pasa, 18).
Procura realizar tu oración junto al Belén estos días o en tu lugar de empleo tener una imagen de la Sagrada Familia que te invite a descubrir tu vida de oración, so es un regalo para Jesús.