Marilú, esposa con 27 años de matrimonio y madre de 5 hijos, Directora de un Colegio en Guayaquil, desde hace 17 años.
Una mujer de muchas iniciativas y optimismo, siendo Psicóloga y Orientadora familiar ha liderado con el Instituto de la familia, participado y organizado Congresos de familias así como iniciativas con jóvenes en pro del servicio comunitario.
Su trato con Dios, tuvo inicios de manera natural a tempranas edades, en un ambiente de familia cristiana practicante, con costumbres del rezo del rosario, visitas al Santísimo y en general vida de piedad de abuelitas y tías que también transmitían la fe en su entorno. Episodios duros de pérdida de seres queridos, fueron templando el carácter de Marilú y cultivando la vida oración que la llevó más adelante a buscar medios de formación que le permitieron ir transmitiendo paralelamente en su familia la confianza en Dios.
Preguntas para el diálogo Marilú de Ginatta
1.Marilú nos cuenta que a ella le enseñaron a pedir en su oración “cosas grandes” Ella pide para que sus hijos sean Santos.
¿Qué ejemplos concretos vienen a tu cabeza, cuando piensas en qué pides para cada uno de tus hijos?, ¿Estás decidido-a hacer los sacrificios oportunos para inculcar, con naturalidad, en tus hijos afán de santidad e ir contra corriente?
2.Nuestro amor al prójimo debe ser un reflejo de nuestro amor a Dios.
¿Enseñas a tus hijos en la oración a pedir por los más necesitados, por los conflictos del mundo y a ofrecer pequeños sacrificios para reparar los males que no se alcanzan a solucionar?
3.Estamos viviendo tiempos difíciles, de dolor y de economías frágiles en las familias.
¿Cómo muestras o acompañas a tus amigos a vivir esta situación? ¿Crees que el aspecto material es lo más importante? O ¿Crees que puedes conectarlos a la relación con Dios que tú ya la vives, y crecer en fortaleza?
4. Cada persona reza como es y vive el misterio de la libertad. Sin embargo en tiempo de Pandemia, con la familia 24/7 encima; toca aprovechar y rezar más por las intenciones de quienes más sufren.
¿Buscas los momentos oportunos para que no resulte molesto la sugerencia de alguna práctica de fe en familia. ¿Procuras promover el rezo de rosario en familia, o aprovechar el carro con meditaciones cortas como 10 min con Jesús Al, o retomar el rezo de la estampa de algún Santo a quien se tenga devoción?
5. En el campo del trabajo cada persona tiene un rol, varían los cargos, encargos o misiones. Sin embargo en la jornada laboral el exceso de trabajo te puede distraer de poner a Dios en la cumbre de todas tus actividades. ¿Te ejercitas en la presencia de Dios a lo largo del día y logras tener la sesión con el más importante, sin quitarle su espacio?
Propuestas de acción
1.Buscar con empeño que el primero y último pensamiento sean para Dios. Inculcar en los hijos el ofrecimiento de obras al levantarse; el amor a la Virgen con el Ángelus al mediodía; permitir que los chicos bendigan los alimentos en familia; acostarse rezando con un pequeño examen de conciencia.
Nuestro amor por los demás debe ser ante todo llevándolos a Dios, primero con el ejemplo. Preguntarse con frecuencia a quién de mis familiares o amigos puedo acercarlo más a Dios, invitándolo a un rosario, presentándole un sacerdote amigo o invitándole a un retiro espiritual.
La oración te conecta con la gente; procura visualizar en tus ratos de oración a ese amigo-a con sus necesidades y unirte con sinceridad en su dolor, así sea con una súplica de queja, implorando su misericordia.
Es importante que aproveches el tiempo y que vayas alimentando tu oración, con lo que presencias a lo largo del día, en la calle, en las noticias, en las necesidades o alegrías de los demás. Esa visión sobrenatural te ayudará a tener una oración más solidaria con los demás.
Meditar con la Sagrada Escritura
1.Y Jesús nos dice: “Sed santos como vuestro Padre celestial es santo” (Mt 5,48). Así que tú y yo, y todos «los santificados en Cristo Jesús, estamos llamados a ser santos» (l Co 1,2). El mismo Catecismo de la Iglesia Cató1ica nos habla en este sentido: «Todos los fieles son llamados a la plenitud de la vida cristiana» (Cat 2028). «Todos los cristianos, de cualquier estado o condición están llamados cada uno por su propio camino, a la perfección de la santidad» (Cat 825).
2. “Sin Mí no podéis hacer nada” (Jn 15,5), pero “todo es posible al que cree” (Mc 9,23). Por eso, San Pablo afirma: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil 4,13).
Porque la santidad no es un privilegio de unos pocos, sino un deber de todos. Y, si Dios quiere que seas santo, ¿por qué tú no lo vas a querer? ¿Crees que es muy difícil? Reza más y confía en Dios.
3..…..Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: «Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva.» ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» Él dijo: «El que practicó la misericordia con él». Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo». (Lucas 10, 25-37).
Estamos hechos para amar y servir. No permitamos que nuestro amor se convierta en un amor seco e indiferente ante el dolor ajeno.
4. En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo:
«Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» (Lucas 1, 39-45). Siendo la Madre de Dios va en ayuda de su prima. Isabel, seguramente inspirada por el Espíritu Santo, una gran verdad: la felicidad está en servir.
Al Espíritu Santo se lo escucha en la oración, no le quitemos ese espacio.
Meditar con el Papa Francisco
1.Después de llegar al mundo, permanecemos en un “seno”, que es la familia. Un seno hecho de personas diversas en relación; la familia es el “lugar donde se aprende a convivir en la diferencia”: diferencias de géneros y de generaciones, que comunican antes que nada porque se acogen mutuamente, porque entre ellos existe un vínculo. Y cuanto más amplio es el abanico de estas relaciones y más diversas son las edades, más rico es nuestro ambiente de vida. (Mensaje de S.S. Francisco, 23 de enero de 2015).
2.“Los Santos de la Puerta de al lado Nº 7”. Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante.
Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, «la clase media de la santidad»[4]. (Exhortación Apostólica Gaudate et Exsultate. Sobre el llamado a la Santidad en el mundo actual.)
3.“También para ti. Nº 16”. Esta santidad a la que el Señor te llama irá creciendo con pequeños gestos.
Por ejemplo: una señora va al mercado a hacer las compras, encuentra a una vecina y comienza a hablar, y vienen las críticas. Pero esta mujer dice en su interior: «No, no hablaré mal de nadie».Este es un paso en la santidad.
Luego, en casa, su hijo le pide conversar acerca de sus fantasías, y aunque esté cansada se sienta a su lado y escucha con paciencia y afecto. Esa es otra ofrenda que santifica. Luego vive un momento de angustia, pero recuerda el amor de la Virgen María, toma el rosario y reza con fe. Ese es otro camino de santidad. Luego va por la calle, encuentra a un pobre y se detiene a conversar con él con cariño. Ese es otro paso. (Exhortación Apostólica Gaudate et Exsultate. Sobre el llamado a la Santidad en el mundo actual.)
4.“Alegría y sentido del humor Nº 125”. Hay momentos duros, tiempos de cruz, pero nada puede destruir la alegría sobrenatural, que «se adapta y se transforma, y siempre permanece al menos como un brote de luz que nace de la certeza personal de ser infinitamente amado, más allá de todo»[100].
Es una seguridad interior, una serenidad esperanzada que brinda una satisfacción espiritual incomprensible para los parámetros mundanos. (Exhortación Apostólica Gaudate et Exsultate. Sobre el llamado a la Santidad en el mundo actual.)
Meditar con San Josemaría
1. Por el contrario, debéis comprender ahora —con una nueva claridad— que Dios os llama a servirle en y desde las tareas civiles, materiales, seculares de la vida humana: en un laboratorio, en el quirófano de un hospital, en el cuartel, en la cátedra universitaria, en la fábrica, en el taller, en el campo, en el hogar de familia y en todo el inmenso panorama del trabajo, Dios nos espera cada día.
Sabedlo bien: hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno de vosotros descubrir.
(Homilía Amar al mundo apasionadamente, pronunciada en el fundador en el campus de la Universidad de Navarra el 8-X-1967)
2.¡Que no, hijos míos! Que no puede haber una doble vida, que no podemos ser como esquizofrénicos, si queremos ser cristianos: que hay una única vida, hecha de carne y espíritu, y ésa es la que tiene que ser —en el alma y en el cuerpo— santa y llena de Dios: a ese Dios invisible, lo encontramos en las cosas más visibles y materiales. (Homilía Amar al mundo apasionadamente, pronunciada en el fundador en el campus de la Universidad de Navarra el 8-X-1967)
3.SURCO 461 “Hicimos la oración de la tarde en medio del campo, cercano el anochecer. Debíamos de tener un aspecto un tanto curioso, para un espectador que no estuviera en antecedentes: sentados por el suelo, en un silencio sólo interrumpido por la lectura de unos puntos de meditación.
Esa oración en pleno campo, “apretando fuerte” por todos los que venían con nosotros, por la Iglesia, por las almas, resultó grata al Cielo y fecunda: cualquier lugar es apto para ese encuentro con Dios.”
4. Podemos contemplar a Dios enlas actividades que realizamos por amor suyo, porque ese amor es participación del Amor infinito que es el Espíritu Santo, que escruta las profundidades de Dios [10]. El que trabaja por amor a Dios puede darse cuenta —sin pensar en otra cosa, sin distraerse— de que le ama cuando trabaja, con el amor que infunde el Paráclito en los corazones de los hijos de Dios en Cristo [11]. Reconocemos a Dios no sólo en el espectáculo de la naturaleza, sino también en la experiencia de nuestra propia labor[12]. ( Es Cristo que pasa y Amigos de Dios).
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