El Padre José Manuel Delgado, de 36 años, hijo de médicos, nació en Guayaquil. Párroco de Nuestra Señora de la Alborada en Guayaquil, aprendiz de músico y apasionado de la Biblia.
En el último año de colegio le entró la inquietud de que Dios le pedía algo más, a través del Grupo Procare. En un retiro con ellos también descubrió la Adoración al Santísimo.
Estando en el pre-universitario de medicina, confirma que lo suyo es el sacerdocio e ingresa al Seminario de su ciudad donde estuvo tres años. Seguro de su vocación se fue a Roma tres años más, volviendo como sacerdote a trabajar en distintas parroquias de su ciudad natal.
Conociendo más al Padre José Manuel
La experiencia sencilla de abrir y leer el Evangelio con cariño a los 17 años, hace que para el Padre José Manuel, la mejor conexión con Dios sea a través de la Biblia: dio sus primeros pasos guiado por el Padre Vásquez; haciendo oración con el Evangelio, un cuaderno y 3 preguntas.
Más allá de una lectura, es un contacto en un espacio íntimo, que le evoca
“Un tocar al Señor a diario y descubrir qué y cómo quiere Jesús que yo viva ese pasaje que voy leyendo”.
Preguntas para el diálogo
- Es curioso que muchas veces nos solemos mover y actuar cuando sentimos hambre de algo, hambre que se traduce en sueños, ilusiones, proyectos.
- ¿Qué es lo que nos hace falta, cómo podemos saciar el hambre que hay en el fondo de nuestra alma?
- ¿Es posible que no te hayas dado cuenta que lo que tienes es hambre de conocer y tratar a Dios por medio de su Palabra?
- Entre tú y Dios, cada uno tiene su historia. Se ora como se vive y se vive como se ora.
- ¿Hay momentos explícitos durante el día, dedicados a hablar con Dios?
- ¿Es tema de tu oración tu vida cotidiana relacionarla con la historia de la salvación, mirarte en esos primeros cristianos que tampoco la tuvieron fácil?
- Es muy fácil caer en el juego de considerar tu agenda a full como para ubicar al Señor en tiempo fijo.
- ¿No sería mejor pensar que la clave es, a como dé lugar, no priorizar tu agenda sino agendar tus prioridades?
- ¿Qué puesto tiene Dios en tu vida, justamente quien sostiene tu aliento?
Medita acerca de la Oración
- La experiencia nos dice que al hacer oración, hay picos de inspiración y picos repetitivos.
- ¿Cómo conocer y seguir la voluntad de Dios entre estas variantes?
- Normalmente la oración puede nacer espontáneamente con palabras de todos los días como un diálogo sencillo.
- ¿Has considerado ayudarte o seguir el compás con la lectura de los evangelios, la Liturgia de las horas, salmos que son frases para mantenerte en presencia de Dios durante el día?
Propuestas de Acción
1. El Padre José Manuel nos dice que es una realidad que la gente tiene hambre de tener contacto con Jesús, pero hay un cierto temor de enfrentarse a la Biblia sin darse cuenta que es la mejor forma de conocerlo, por lo que nos asegura que lo difícil es ese “dar el primer paso” y nos recomienda comenzar por la lectura de los evangelios, planteando estas 3 preguntas:
¿Qué dice Jesús en el texto?
¿Cómo vivió Jesús esto?
¿Cómo quiere Jesús que vivas tú este Evangelio?
2. Procura que tu rato de oración con el Señor, no sea como una lectura de una noticia del periódico o un simple hecho histórico,
déjate tocar por el Señor para que te sane, muéstrale tus miserias, sin miedo ni vergüenza, que Él tiene esa inclinación a las miserias porque quiere curarlas.
3. La oración toma una forma diferente según el tiempo, los lugares, las ocupaciones y las preocupaciones de cada uno, la cultura y las experiencias vividas.
Permite estar atenta y advertir esos tiempos para no desplazar al Señor.
4. El cristiano que no se oxigena con la fuerza de la oración, claudica, por eso la Iglesia que es madre nos deja tantas herramientas.
Lee el Evangelio, descubre la Liturgia de las horas y los salmos e intégralos a la oración. Que una frase o un personaje te envuelva y te levante .
“El Señor levanta al que está a punto de caer”, dice el salmo.
Más puntos Para Reflexionar
5. En la oración vamos al paso de Dios, no de los demás. Cada persona tiene que contar con su mejor momento, ser realista y ubicar la oración en su contexto real.
Nos recomienda el Padre José Manuel que cuando perdemos el hábito, que puede pasar, se retoma con naturalidad aunque cueste, primer día, segundo, tercero, cuarto día, mientras más intentes, más se mete Jesús en ti.
Él no se deja ganar en generosidad y entrarás en su barca nuevamente.
Meditar con la Sagrada Escritura
1. Del santo Evangelio según san Juan 1, 14
“Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”.
Toda la grandeza de Dios se ha concentrado en un niño recién nacido. Dios nos ha hablado, nos ha mandado su Palabra, se ha dirigido a cada uno. Pero su gloria no nos deslumbra; es sencilla, humilde, discreta.
Medita con el Evangelio de san Juan
2. Del santo Evangelio según san Juan, 17, 20-26
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo:
“Padre, no sólo te pido por mis discípulos, sino también por los que van a creer en mí por la palabra de ellos, que todos sean uno, como Tú, Padre, en mí y yo en Ti somos uno, a fin de que sean uno en nosotros y el mundo crea que Tú me has enviado”.
En la medida que seamos conscientes de esa paternidad de Dios en ese momento nos daremos cuenta de la unidad que Él quiere con nosotros.
3. Del santo Evangelio según san Mateo 7,21
“No todo el que me dice: ¡Señor, Señor! Entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.
La constancia en la oración es necesaria para crecer en Amor a Dios.
Medita con el Evangelio de San Mateo
4. Del santo Evangelio según san Mateo 4, 1-11
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, sintió hambre. Y acercándose el tentador, le dijo:
“Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes”.
Mas él respondió: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Jesús no nos pide que nos desinteresemos de los bienes temporales; busquemos su Palabra que es vida.
Meditar con el Papa
1. Jesús ora al Padre para que los suyos sean “perfectamente uno”: quiere que sean entre ellos “uno”, como Él y el Padre. Es su última petición antes de la Pasión, la más sentida: que haya comunión en la Iglesia.
La comunión es esencial. El enemigo de Dios y del hombre, el diablo, no puede nada contra el Evangelio, contra la humilde fuerza de la oración y de los sacramentos, pero puede hacer mucho daño a la Iglesia tentando nuestra humanidad. Provoca la presunción, el juicio sobre los demás, las cerrazones y las divisiones.
Él mismo es “el que divide” y a menudo comienza haciéndonos creer que somos buenos, quizá mejor que los demás: así tiene el terreno listo para sembrar la cizaña. Es la tentación de todas las comunidades y se puede insinuar también en los carismas más bonitos de la Iglesia. (Homilía de S.S. Francisco, 18 de marzo de 2016).
El Papa nos invita
2. Pidamos al Señor la gracia de que la alegría no nos impida creer, la gracia de tocar a Jesús resucitado: tocarlo en el encuentro mediante la oración; en el encuentro mediante los sacramentos; con su perdón que es la renovada juventud de la Iglesia; y con los enfermos, cuando vamos a visitarlos, con los presos, con los que están más necesitados, con los niños, con los ancianos.
Si nosotros sentimos las ganas de hacer algo bueno, es Jesús resucitado quien nos empuja a esto. Y siempre la alegría, la alegría que nos hace jóvenes. (Homilía de S.S. Francisco, 15 de abril de 2018).
3. Papa Francisco, La fiesta de la Palabra. Misa matutina en la Capilla de Santa Marta (3 de octubre de 2019)
El encuentro con la Palabra de Dios nos llena de alegría y esta es nuestra fuerza!
No a la tristeza, abrir el corazón a la alegría.
Hacia el final de su homilía el Papa volvió a su mensaje de hoy, recordando que la tristeza, en cambio, no es nuestra fuerza:
La Palabra de Dios nos hace felices, el encuentro con la Palabra de Dios nos llena de alegría y esta alegría es mi fuerza, es nuestra fuerza.
Los cristianos son alegres porque han aceptado, han recibido la Palabra de Dios en su corazón y encuentran continuamente la Palabra, la buscan.
Éste es el mensaje de hoy, para todos nosotros. Un breve examen de conciencia:
“¿Cómo escucho yo la Palabra de Dios? ¿O simplemente no lo escucho? ¿Cómo me encuentro yo con el Señor en su Palabra, que es la Biblia? Y después|: ¿Estoy convencido de que la alegría del Señor es mi fuerza? La tristeza no es nuestra fuerza”.
El Papa nos recomienda
4. “Hagamos espacio dentro de nosotros a la Palabra de Dios. Leamos algún versículo de la Biblia cada día. Comencemos por el Evangelio; mantengámoslo abierto en casa, en la mesita de noche, llevémoslo en nuestro bolsillo o en el bolso, veámoslo en la pantalla del teléfono, dejemos que nos inspire diariamente. Descubriremos que Dios está cerca de nosotros, que ilumina nuestra oscuridad y que nos guía con amor a lo largo de nuestra vida” (Homilía SS Francisco Enero 26, 2020)
Meditar con San Josemaría
1. San Josemaría, Apuntes íntimos, Cuaderno V, n. 521 (30-XII-1931).
San Josemaría tuvo una experiencia sorprendente por las calles de Madrid; escribe, un día de 1931:
“Ayer por la mañana, en la calle de Santa Engracia, cuando iba yo a casa de Romeo, leyendo el capítulo dos de San Lucas, que era el que me correspondía leer, encontré a un grupo de obreros. Aunque yo iba bastante metido en mi lectura, oí que se decían en voz alta algo, sin duda preguntando qué leería el cura. Y uno de aquellos hombres contestó también en voz alta: “la vida de Jesucristo”.
«Como mis evangelios están en un libro pequeño, que llevo siempre en el bolsillo, y las cubiertas forradas con tela, no pudo aquel obrero acertar en su respuesta, más que por casualidad, por providencia. Y pensé y pienso que ojalá fuera tal mi compostura y mi conversación que todos pudieran decir al verme o al oírme hablar: éste lee la vida de Jesucristo.”
El Evangelio
2. Leer la vida de Jesucristo nos ayuda a entrar en sintonía con el querer de Dios.
Es una Palabra que no deja indiferente; tiene un poder transformador infinito porque está viva. Si la recibimos, nos cambia. Si la acogemos, nos vivifica.
San Josemaría aconsejaba leer el Evangelio con una actitud activa, para facilitar que la Palabra de Dios vaya configurando cada vez más nuestra realidad cotidiana:
“Al abrir el Santo Evangelio, piensa que lo que allí se narra –obras y dichos de Cristo– no sólo has de saberlo, sino que has de vivirlo. Todo, cada punto relatado, se ha recogido, detalle a detalle, para que lo encarnes en las circunstancias concretas de tu existencia. –El Señor nos ha llamado a los católicos para que le sigamos de cerca y, en ese Texto Santo, encuentras la Vida de Jesús; pero, además, debes encontrar tu propia vida”. FORJA 754
Nuevo Servicio de 10 Min con Jesús Al
Actualmente el Padre José Manuel por medio de la plataforma de 10 Min con Jesús ha iniciado su servicio compartiendo la riqueza de la Palabra de Dios, en un proyecto que consta de la lectura del Evangelio del día con una inspiración para llegar de manera didáctica a que quien lo escucha alcance la experiencia personal de un diálogo con Dios.
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