Pamela Avilés es ecuatoriana, de la ciudad de Guayaquil, 32 años de matrimonio con 7 hijos (6 hombres y una niña). Comenzó sus estudios de Orientación familiar embarazada de su tercer hijo; empezando a ejercer luego de que su último hijo ingresó al pre-escolar.
Pamela trabajó en colegios durante 16 años, como preceptora, profesora de religión y preparando a las niñas con sus familias a la Primera Comunión y Confirmación, luego en Preescolar. Actualmente se dedica a un emprendimiento familiar de venta de mariscos de exportación, atendiendo de manera cercana a familias e Instituciones.
Conoció la vida de oración a los 19 años a través del Opus Dei, hoy a los 59 años puede decir que ese encuentro con Dios fue una verdadera historia de amor, por lo que le apasiona a Pamela transmitir el mensaje de la Misericordia de Dios, quien la miró en el mejor momento para poder también llevar a su familia a la práctica de la fe; razón por la que siente la responsabilidad de llegar siempre a familias.
Pamela como Madre
Comenzó con sus hijos a que tengan vida de piedad desde muy pequeños; ofreciéndoselos a la Virgen en Romería apenas nacían, siempre había oportunidad de rezar el rosario por partes, en viajes de paseos o por alguna intención especial, sin que faltaran las distracciones pero allí estábamos en familia.
Los siete chicos pasaron por los Clubes del Opus Dei afianzando criterios cristianos con entera libertad, los mismos que se trataban de inculcar en casa con naturalidad en conversaciones, programas de televisión, etc. Y en ese desarrollo, asegura Pamela, que también ella crecía paralelamente en infancia espiritual, entre mil ocupaciones, tareas y compromisos que implica una familia numerosa.
Preguntas para el diálogo
1. Que la llegada de los hijos trae abundante felicidad, se dice muy pronto; somos conscientes que mientras más vienen y más seguidos, se generan muchos cambios y decisiones que requieren de paciencia y humildad, ya que algo se va quedando en el camino.
-¿Cómo crees que se sienten tus hijos o tu esposo cuando tú decides que lo único que no se puede quedar sin hacer son esos minutos de oración con el Señor?
-Y el resto de cosas, importantes también, se delegan o tal vez no se hacen. ¿Te has preocupado porque ellos comprendan cómo la Oración te ayuda en tu parte humana, no solo espiritual, ya que somos una unidad?
-¿Cuidas que tu vida interior, medios de formación, Misas, o tus ratos de oración no generen algo molesto o chocante en el ambiente de tu familia?
Más preguntas para tu reflexión con los Secretos de la oración de Pamela
2. Para Pamela, las fiestas claves de una familia cristiana; como fiestas de la Virgen, Navidad, Semana Santa, Día de la Madre o día del Padre; quisiéramos tener una convivencia de más tranquilidad y centrar nuestros movimientos en torno a lo verdaderamente importante, pero la realidad es que el movimiento va de un lado a otro con la familia política o incluso con los amigos que nos hacen programas, como las “posadas, velas de Adviento” etc.
-¿Eres capaz de ceder a los gustos de los otros y saber llevar las contrariedades ante cambios de planes, haciendo más amable la vida de familia, con alegría? ¿Qué tanto involucras previamente a los miembros de tu familia a que organicen estos momentos especiales, para que sean parte del festejo y no solo unos espectadores?
3. Según Pamela en los momentos difíciles de cualquier tipo; económico, de salud, emocional, familiar en que se suele estar “bajoneado”, a ella le ocurre que no le salen las palabras, ni las ganas de rezar, ni sabe qué pedir, pero sí permanece en la confianza de hija de querer sentirse mirada por su Padre y su Madre del cielo, por lo que a ella le viene bien trasladarse frente a un Sagrario y también dirigirse a su Santísima Madre la Virgen, de la cuál saca consuelo, fortaleza y en ocasiones pequeños milagros.
-¿Te dejas dominar de la tristeza, cobardía o impotencia de no poder cambiar los acontecimientos?
Propuestas de Acción
1. De la misma manera que se busca el mejor médico y el mejor colegio para los hijos y se les explica a ellos el esfuerzo que se hace para darles lo óptimo. Pamela sugiere buscar con empeño y sin miedo ese espacio donde de manera natural, dialogue con cada hijo de la importancia de Dios en nuestras familias, y tocar su corazón para que vayan poniendo visión sobrenatural en las situaciones humanas u corrientes de su vida.
Logrando que comprendan la importancia de rezar porque hay que vivir con los pies en la tierra pero con la cabeza tocando siempre el cielo.
2. Preguntarse a menudo que tan feliz va la jornada y rectificar si es necesario. Un hijo de Dios tiene tropiezos pero no es tristón, porque en la oración lo bota todo.
Cuando hay días atareados o de tensión, los chicos se esconden; procura ser tú la que des el paso de cambiar el ambiente, seguro que pidiéndole a los ángeles custodios de todos y con pillería de “mamá”, los sacarás de las redes o de sus dormitorios para involucrarlos nuevamente en vida de familia.
3.Pamela nos invita a Permitir y motivar a los hijos para que tomen la iniciativa en planificar, organizar, poner los detalles materiales en preparativos de fiestas en casa.
4. En momentos de crisis, tu oración es de abandono en Dios:
“Yo soy bueno para quienes me tienen confianza, y soy más bueno para los que confían más. Pero a los que se abandonan totalmente en mi confianza, los tomo íntegramente” (338. 8 febrero de 1938. En una duda. Gabriela Bossis – El Sentir del Corazón – Él y yo.)
Meditar con la Sagrada Escritura
1.Paz a esta casa. “Dijo el Señor a sus discípulos: —Cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz en esta casa». Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: «Está cerca de vosotros el reino de Dios”. ( Lc 10, 5-9:)
Que con la ayuda del Señor, la vida de esta familia se apoye firmemente en la paz que da la oración.
2. Jesús bendecía a los niños. “Le acercaban niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: —Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño no entrará en él. Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos”.( Mc 10, 13-16)
En la oración invoquemos pidamos al Señor la sencillez de corazón y la docilidad de los niños como condición para entrar en el reino de los cielos.
Meditar con el Papa Francisco
1.315. La presencia del Señor habita en la familia real y concreta, con todos sus sufrimientos, luchas, alegrías e intentos cotidianos. Cuando se vive en familia, allí es difícil fingir y mentir, no podemos mostrar una máscara. Si el amor anima esa autenticidad, el Señor reina allí con su gozo y su paz. La espiritualidad del amor familiar está hecha de miles de gestos reales y concretos. En esa variedad de dones y de encuentros que maduran la comunión, Dios tiene su morada. Esa entrega asocia «a la vez lo humano y lo divino»[369], porque está llena del amor de Dios. Amoris Laetitia – Capítulo 9
2.318. La oración en familia es un medio privilegiado para expresar y fortalecer esta fe pascual[376]. Se pueden encontrar unos minutos cada día para estar unidos ante el Señor vivo, decirle las cosas que preocupan, rogar por las necesidades familiares, orar por alguno que esté pasando un momento difícil, pedirle ayuda para amar, darle gracias por la vida y por las cosas buenas, pedirle a la Virgen que proteja con su manto de madre. Con palabras sencillas, ese momento de oración puede hacer muchísimo bien a la familia. Las diversas expresiones de la piedad popular son un tesoro de espiritualidad para muchas familias…
3. El papa Francisco destacó hoy la riqueza y la vitalidad de las familias numerosas que son «la esperanza» en un mundo egoísta y alabó el hecho de que en ellas «varias generaciones se encuentren y se ayuden». Jorge Bergoglio realizó estas reflexiones durante una audiencia mantenida en Ciudad del Vaticano 28.XII, 2014, con miles de integrantes de familias numerosas procedentes de todo el mundo.
La oración es una Cadena de Vida
“El Papa Francisco afirmó el miércoles 27 de mayo, 2020, en la Audiencia General, que “la oración es una cadena de vida” protagonizada por muchos hombres y mujeres que rezan y rezan, y siembran vida”. “Recuerdo la historia de un hombre, un jefe de gobierno importante, no de este tiempo, de tiempos pasados, ateo que no tenía sentido religioso en el corazón.
Pero de niño escuchaba a la abuela que rezaba, y aquello permaneció en su corazón. Y en un momento difícil de su vida, aquel recuerdo regresó a su corazón y comenzó él a rezar con las cosas que decía la abuela, y allí encontró a Jesús”.
Ese es el motivo, insistió el Santo Padre, “por el que es tan importante enseñar a los niños a rezar. A mí me produce dolor cuando encuentro niños a los que les pido que hagan el signo de la Cruz y no saben hacerlo. Enseñadles a hacer bien el signo de la Cruz. Es la primera oración, para que los niños aprendan a rezar. Después, quizás, se pueden olvidar, tomar otro camino, pero aquello permanece en el corazón, porque es una semilla de vida, la semilla del diálogo con Dios”.
Meditar con San Josemaría
San Josemaría nos invita a reflexionar:
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