Yoshie es una joven mexicana de Veracruz de 26 años, hermana e hija de familia. Licenciada en Ciencias de la Educación, Profesora de Formación y Co-host del Podcast “Amar Asy”, donde es una verdadera influencer del amor humano y limpio dentro del plan de Dios.
Yoshie desde la primaria estudió en un colegio con formación católica, manteniendo una buena actitud ante la vida de piedad.
Más adelante en su adolescencia con inquietudes y curiosidades propias de la edad, se encuentra con el grupo Regnum Christi, donde da sus primeros pasos de conversión y comienza a tener un diálogo con Dios a manera de amiga-confidente.
Luego ingresa un año a vivir en casa de las Hermanas Consagradas, creciendo en vida de oración, meditación y contemplación profundizando en un mundo espiritual que la ayudó a madurar en la necesidad de una oración continua y personalizada.
Cambio radical de Yoshie
Sin embargo lo que cambia radicalmente la vida y convierte a Yoshie es haber conocido “La Teología del Cuerpo” de San Juan Pablo II; y una vez estudiada y certificada en Philadelphia.
Nace en ella el compromiso para trabajar por la vida, la familia y evangelizar e integrar el amor humano dentro del plan divino, con ilusión y siempre dejándose tocar el corazón por el Señor, para saber qué quiere de ella y cómo ir respondiendo.
Yoshie en su espontaneidad comparte con sus familiares y amigos ese camino trazado, de la necesidad de hacer oración y el compromiso con la aventura del amor humano, a través del ejemplo en sus decisiones coherentes, de su apertura a la vida social; y a través de la redes manifiesta su unidad de vida con Dios siempre presente en lo cotidiano, acercando a muchas personas a la fe y a la vida limpia, con realidades prácticas ordinarias.
Preguntas para el diálogo
1. Yoshie nos cuenta que tuvo que dar varios pasos en su proceso de crecimiento espiritual y pequeñas conversiones.
Quizá fuiste a algún curso de retiro, taller o tuviste un diálogo profundo con alguien que generó en ti un pequeño deseo de conversión.
¿Te has animado a dar un paso más para acercarte a Jesús, has sido capaz de ir contracorriente dentro las realidades que Dios te ha puesto?
2. Es responsabilidad de un verdadero cristiano luchar por ser lo más coherente que se pueda en los ambientes en que nos desenvolvemos, sin embargo esto no sucede de la noche a la mañana.
¿Eres sincero-a contigo mismo-a a la hora de hacer tu examen de conciencia, para analizar, pedir ayuda y corregirte con la finalidad de transmitir positivamente esa dignidad de hijo de Dios?
3. Yoshie nos comenta que en su vida de oración ha tenido momentos de sequedad, en que no le sale nada. Y ha buscado distintas herramientas o medios como la Liturgia de las horas, evangelios, diario espiritual, música o textos de algún santo.
¿Cuándo te suceden esos momentos de desolación, te vence el desánimo, los sentimientos de flojera o eres capaz de decirle al Señor que el amor no se mide por lo que se siente sino por la correspondencia?
4. Yoshie a pesar de que es profesora y tiene algunas certificaciones, nos comenta que a diferencia de las clases o cursos, al hablar de oración entre sus iguales; el trato, cariño y naturalidad sobrepasa la teoría y entre conversación y ejemplo se van acercando a Dios.
¿Has intentado primero rezar y ofrecer pequeños sacrificios por tus amigos como oración de intercesión antes de invitarlos a algún tema de vida de piedad? Puedes interactuar con ellos involucrando a Dios con naturalidad?
5. Si consideras importante estar en Gracia de Dios para recibirlo con frecuencia
¿Cómo te esfuerzas por entrenar el espíritu para tener siempre la necesidad de conectarte con el Señor en la oración?
¿Te has propuesto trazarte una meta, descubrir método, aplicación o estilo que te pueda ayudar a que realmente la oración sea una necesidad en tu vida como tantas otras necesidades materiales a las que el organismo se habitúa?
Propuestas de acción
1. Si se ha generado en ti un profundo deseo de avanzar en seguir a Cristo para cooperar en construir un mundo mejor, no te desanimes con los obstáculos que encontrarás siempre.
La ventaja sobre el mundo: amigos, familia y compañeros de trabajo, es que ellos son los mismos pero ahora tú caminas de la mano de un Padre que te acompaña y te guía.
2. Como en estos procesos de conversión eres tú quién has cambiado y no los demás, a veces es conveniente tomar distancia con esas personas o lugares que no te llevan a acercarte a la meta propuesta,
Así como también conviene tener una persona confidente que te apoye y te levante el ánimo en la lucha.
3. Yoshie está convencida que sin esos espacios de oración íntima con el Señor, ella no avanzaría en nada.
No permitas que nada te prive de esa cita con Dios, sabrás que tu fe ha madurado cuando tus sentimientos no sean tu motivación sino la convicción de saber con quién te vas a encontrar. Él siempre estará esperándote no porque le des un mejor momento sino por quien eres.
“Tú te inquietas por esta hora de oración, temiendo hacerla mal, pero ya sabes que estamos juntos: lo que falte lo supliré Yo. ¿No es lo mismo que tú harías con una persona muy querida?¡Cuánto más yo, tu Dios y Salvador!”. (Gabriela Bossis del libro Él y yo/Confianza punto 1339)
4. Es muy probable que lo que sea que hagas para mejorar y crecer en tu fe, sea cuestionado por la gente de tu entorno, sobre todo los amigos que no hayan dado ese paso, por eso es bueno leer para poder dar razones, pero cuando Cristo pasa a ser el centro de tu vida, se va a notar más en lo que vives, que en lo que predicas.
Preséntate con la naturalidad de quien se sabe amado por Dios. Y no dudes nunca de mantener un director espiritual.
5. La oración no es estática, siempre encontrarás formas y estados nuevos, tantos como detalles y expresiones de amor existen.
Recuerda ir poco a poco, no establezcas metas pesadas que te puedan desanimar o aburrir.
El espíritu también se debe entrenar, comenzando con 10 o 15 minutos al día y después irás avanzando, alternando con el rezo del Rosario, hasta que la misma necesidad de ese encuentro con Jesús superará todo cálculo.
Yoshie nos presenta la buena idea de un diario espiritual, donde anota alguna luz o inspiración así como sus puntos de lucha y metas.
Meditar con la Sagrada Escritura
- Del santo Evangelio san Marcos 1, 14-20
Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: Decía: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos … Jesús les dijo: -Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres. Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él”.
¡Danos Señor la Gracia de seguir tu llamada y transmitir tu amor!
- Del santo Evangelio san Juan 3, 1-8
“En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios. ”Dice Nicodemo: “¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer? ”Respondió Jesús: “En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu”.
Ilumina nuestro entendimiento y fortalece nuestra voluntad para seguir tu voz Señor.
- Del santo Evangelio san Marcos 4, 21-25
Les decía también: “¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga”. Les decía también: “Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”.
Conforma nuestra vida a la tuya de manera que seamos testimonio del amor que nos tienes Señor.
- Del santo Evangelio san Mateo 17, 14-20
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un hombre, que le dijo de rodillas: “Señor, ten compasión de mi hijo, que tiene epilepsia y le dan ataques: muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo”. Jesús contestó: “¡Gente sin fe y perversa! ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traedmelo”. Jesús increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño. Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron, aparte: “¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?” Les contestó: “Por vuestra poca fe. Os aseguro que, si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, le diríais a aquella montaña que viniera aquí, y vendría. Nada os sería imposible”.
Señor que seamos perseverantes en la oración para amar mejor a los demás y cumplir nuestra misión.
Meditar con el Papa Francisco
1. Jesús llama a Pedro, Andrés, Santiago y Juan: están pescando, pero dejan enseguida las redes y le siguen. El Señor quiere preparar a sus discípulos para su nueva misión.
Es precisamente de Dios, del amor de Dios, preparar los caminos… preparar nuestras vidas, para cada uno de nosotros. Él no nos hace cristianos por generación espontánea: ¡Él prepara!
Prepara nuestro camino, prepara nuestra vida, desde hace tiempo: Parece que Simón, Andrés, Santiago y Juan hayan sido elegidos definitivamente aquí, ¡sí han sido elegidos! ¡Pero ellos en este momento no han sido definitivamente fieles! Después de esta elección se han equivocado, han hecho propuestas no cristianas al Señor: ¡han renegado al Señor! Pedro en grado superlativo, los otros por temor: tienen miedo y se van. Han abandonado al Señor. El Señor prepara.
Y luego, después de la Resurrección, el Señor ha tenido que continuar en este camino de preparación hasta el día de Pentecostés.
Y después de Pentecostés también, alguno de estos – Pedro, por ejemplo – se ha equivocado y Pablo ha tenido que corregirlo. Pero el Señor prepara”. (Cf. S.S. Francisco, 13 de enero de 2014, homilía en Santa Marta).
2. El “renacer de lo Alto”, renacer del Espíritu que dio vida al primer núcleo de los primeros cristianos, cuando “aún no se llamaban así”. Tenían un solo corazón y una sola alma. Una comunidad en paz.
Esto significa que en esa comunidad no había lugar para el chismorreo, para las envidias, para las calumnias, para las difamaciones.
El amor cubría todo. Para calificar una comunidad cristiana sobre esto, debemos preguntarnos cómo es la actitud de los cristianos
¿Son mansos, humildes?
¿En esa comunidad hay disputas entre ellos por el poder?
¿Disputas de envidia?
¿Hay chismorreo?
No están en el camino de Jesucristo. Esta peculiaridad es muy importante, muy importante, porque el demonio busca separarnos siempre. Es el padre de la división […]
Y esto es lo que explicaba Jesús a Nicodemo: este nacer de lo Alto. Porque el único que puede hacer esto es el Espíritu.
Esta es obra del Espíritu. La Iglesia la hace el Espíritu. El Espíritu hace unidad, nos empuja hacia el testimonio.
El Espíritu te hace pobre, porque Él es la riqueza y hace que tú cuides de los pobres. Que el Espíritu Santo nos ayude a caminar en este camino de renacidos por la fuerza del Bautismo. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 29 de abril de 2014, en Santa Marta).
3. La tibieza espiritual transforma la vida en un cementerio ( Homilía Santa Marta, 26 de septiembre, 2019)
“Que el Señor nos ayude a despertar del espíritu de la tibieza, para luchar contra esta suave anestesia de la vida espiritual”.
“Cuando entramos en esta tibieza, en esta actitud de tibieza espiritual, transformamos nuestra vida en un cementerio: no hay vida. Sólo hay una cerrazón para que no entren problemas como el de esta gente que “sí, sí, estamos en ruinas pero no nos arriesgamos: mejor así”. “Ya estamos acostumbrados a vivir así”.
El Papa Francisco advirtió que todo esto nos pasa también a nosotros “con las pequeñas cosas que no van bien, que el Señor quiere que cambiemos”.
Él nos pide la conversión y nosotros le respondemos: mañana. De ahí la invitación a la oración: “Pidamos al Señor la gracia de no caer en este espíritu de ser medio-cristianos o, como dicen las ancianas, cristianos all’acqua di rose así, sin sustancia”. Buenos cristianos, pero que trabajan mucho, que han sembrado mucho, pero que han recogido poco. Vidas que prometían tanto, y al final no han hecho nada”.
El Pontífice concluyó su homilía diciendo: “Que el Señor nos ayude a despertar del espíritu de la tibieza, para luchar contra esta suave anestesia de la vida espiritual”.
4. Todos nosotros tenemos un poco de incredulidad en el interior. Es necesaria una oración fuerte, y esta oración humilde y fuerte hace que Jesús pueda hacer el milagro.
La oración para pedir un milagro, para pedir una acción extraordinaria, debe ser una oración que involucre, que nos involucre a todos. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 20 de mayo de 201, en Santa Marta).
Meditar con San Josemaría
Siempre que sentimos en nuestro corazón deseos de mejorar, de responder más generosamente al Señor, y buscamos una guía, un norte claro para nuestra existencia cristiana, el Espíritu Santo trae a nuestra memoria las palabras del Evangelio: conviene orar perseverantemente y no desfallecer.
- La oración es el fundamento de toda labor sobrenatural; con la oración somos omnipotentes y, si prescindimos de este recurso, no lograríamos nada. (Amigos de Dios 238)
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“¿Santo, sin oración?”, se pregunta San Josemaría en uno de sus libros más difundidos. Y responde concisamente: “No creo en esa santidad” (Camino, 107).
- ”Me has escrito: “orar es hablar con Dios. Pero, ¿de qué?” —¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias…, ¡flaquezas!: y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio. En dos palabras: conocerle y conocerte: “¡tratarse!” (Camino, 91)
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“Que busques a Cristo: Que encuentres a Cristo: Que ames a Cristo. —Son tres etapas clarísimas. ¿Has intentado, por lo menos, vivir la primera?” (Camino, 382)
- “Quizá comprendéis que estáis como en la primera etapa. Buscadlo con hambre, buscadlo en vosotros mismos con todas vuestras fuerzas. Si obráis con este empeño, me atrevo a garantizar que ya lo habéis encontrado, y que habéis comenzado a tratarlo y a amarlo, y a tener vuestra conversación en los cielos” (Amigos de Dios, 300).
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