Nos vamos acercando a la fiesta del Patrón de la Iglesia Universal, este es el sexto Domingo de San José. Cuando contemplamos la vida de San José descubrimos que estuvo llena de penas y de alegrías, de dolores y de gozos.
El Bienaventurado Patriarca san José vivió sujeto a tus órdenes al Rey de los Cielos. El consuelo que experimentaste al conducir de Egipto a tu querido Jesús fue turbado por el temor a Arquelao, fuiste, sin embargo, tranquilizado por el Ángel y permaneciste gozoso en Nazaret con Jesús y María.
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Sexto Dolor y Gozo
¡Oh ángel de la tierra, glorioso San José, que viste con admiración al Rey del cielo sometido a tus órdenes! Si el consuelo que experimentaste, al conducir de Egipto a tu querido Jesús, fue turbado por el temor de Arquelao, a su vez tranquilizado por el ángel, permaneciste gozoso en Nazareth con Jesús y María.
Obtennos, por este dolor y este gozo que, libres de todos los temores que puedan sernos nocivos, gocemos de la paz de una buena conciencia, vivamos tranquilos en unión con Jesús y María y en sus manos entreguemos nuestra alma en el momento de la muerte.
Oración
V/. Sé siempre, San José, nuestro protector.
R/. Que tu espíritu interior de paz, de silencio, de trabajo y oración, nos ayude, con María, la Madre de Jesús, a cumplir fielmente nuestra misión en la Iglesia.
V/. Ruega, por nosotros, San José.
R/. Para que seamos dignos de las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos:
Dios todopoderoso, que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José; concédenos, te rogamos, lo que fiados en su poderosa intercesión, humildemente, te pedimos. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.