Nos habla sobre el camino de la evangelización. Este pasa por el contacto con el otro, pasa de corazón a corazón.
Tal vez aún no visualizas claramente este camino. Antes que nada primero debemos rezar por aquellas personas que nos gustaría abran su corazón a Cristo. Podemos incluirlas durante nuestra oración diaria, con la que tratamos de acompañarte en Hablar con Jesús, y luego vale la pena que procuremos fortalecer vínculos con esas personas, vínculos humanos, con llamadas, mensajes y encuentros casuales; pues eso es lo que agrada a Dios.
Él quiere que nos esforcemos y bajemos con naturalidad lo que Él nos muestra y enseña a través de Su Palabra. Nos pide que la transmitamos en nuestra cotidianidad, en nuestro diario vivir. La clave está en hacerlo a través de nuestro trato y actos; pero, sobre todo, debe estar en nuestras plegarias. Se trata de hacerlo de corazón a corazón para que seamos verdaderos mensajeros en medio del mundo.
En nuestra oración lo manifestamos desde nuestro corazón al corazón de Jesús y luego desde nuestro corazón unido al de Cristo, al de los demás. Esto implica formarnos conociendo el bien que Jesús nos enseña y que quiere que transmitamos.
Ahora bien, reflexionando sobre el camino de la evangelización y la importancia de ser mensajeros, quiero, además, que visualicemos a aquellos que día a día hacen posible los grandes encargos que les dejó Jesús. Es a través de quienes experimentamos la presencia de Jesús en los Sacramentos, ellos son nuestros sacerdotes.
Si bien todos los cristianos estamos invitados a proclamar el Reino, el Señor ha querido elegir a unos cuantos para que lo hagan de forma absoluta en sus vidas, que esto constituya su principal razón de ser en la Tierra. Te animo a rezar por nuestros sacerdotes para luego estrechar vínculos con aquellos que están más cerca de ti.
Ser su apoyo espiritual
Puede ser que sepas que la oración alimenta el corazón de la Iglesia y, al mismo tiempo, en el centro de ese corazón están los sacerdotes. Nosotros los fieles formamos parte del Cuerpo Místico de Cristo, en donde Dios hace cabeza, por lo que debemos rezar los unos por los otros para permanecer bien unidos, en un mismo corazón, en el corazón de Jesús.
Al rezar por los presbíteros los ayudamos a ser fuertes en su vocación y encendemos sus almas en amor por todos. Asimismo, oramos por los seminaristas para que crezcan en conocimiento y amor a Dios; y para que ambos sean sacerdotes santos.
A mí me encanta repetir diariamente en un momento de mi Misa diaria una parte de la oración de santa Faustina por los sacerdotes: “… Te pido, Jesús, una bendición especial y luz para los sacerdotes, ante los cuales me confesaré durante toda mi vida”.
Razones a profundizar para pedir al rezar por ellos
1. Soporte espiritual: Los curas enfrentan numerosos desafíos espirituales y emocionales en su ministerio. La oración de los fieles les proporciona fortaleza, consuelo y guía divina para perseverar en su vocación.
2. Santidad y fidelidad: Los presbíteros están llamados a vivir una vida de santidad y fidelidad a Cristo. Las oraciones por ellos les ayudan a mantener su compromiso y a resistir las tentaciones y dificultades que puedan enfrentar.
3. Eficacia en su ministerio sacerdotal: Depende en gran medida de la gracia de Dios. Al rezar por los sacerdotes, los fieles piden a Dios que les otorgue sabiduría, discernimiento y habilidad para llevar a cabo su labor pastoral de manera fructífera.
4. Unidad en la Iglesia: nuestros pastores son líderes espirituales que unen y guían a la comunidad de fieles. Las oraciones por ellos fortalecen la unidad y la armonía dentro de la Iglesia, promoviendo una comunidad de fe más fuerte.
5. Vocaciones sacerdotales: Rezar por los sacerdotes también incluye pedir por nuevas vocaciones. Es importante que más hombres respondan al llamado al sacerdocio para asegurar que la Iglesia continúe teniendo pastores que nos guíen.
6. Fortaleza en la adversidad: Los sacerdotes a menudo se encuentran en primera línea en la lucha contra el mal y la injusticia. Orar por ellos les proporciona la fuerza y el valor necesarios para enfrentar la adversidad y seguir siendo faros de luz y esperanza para sus comunidades.
7. Cuidado y protección: Los sacerdotes necesitan la protección y el cuidado de Dios, especialmente en tiempos de persecución o dificultad. Las oraciones de los fieles piden la intervención divina para protegerlos y mantenerlos seguros en su misión.
Al rezar por los curas, estamos mostrando cariño, gratitud y apoyo.
¡Cuánto arrastra nuestro ejemplo!
Nuestros actos cotidianos, aunque pequeños, tienen un gran impacto en los demás. San Francisco de Asís decía: «Predica el Evangelio en todo momento y, cuando sea necesario, usa palabras». Nuestras acciones son una poderosa forma de evangelización, mostrando el amor de Cristo a través del dinamismo de nuestras vidas.
Durante mis días martes, que me ofrezco como sacristana, me sirve para rezar con más amor y dedicación por muchos. Este servicio no solo me permite profundizar en mi fe, sino también inspirar a otros a través de mi ejemplo. Aprovecho para llevarle buenas peticiones a Jesús antes de que llegue a visitarnos y durante la Misa. Por eso al entrar a la iglesia me arrodillo en el reclinatorio al pie del Altar y ofrezco mi amor y esfuerzo por lo que más llevo en mi corazón y como un ‘imperdible’ coloco a mi director espiritual y a un seminarista por quien me he ofrecido y comprometido a rezar. Como dato curioso les cuento que llevan el mismo nombre y para mayor facilidad mía uno de sus apellidos también coincide, solamente que el orden es diferente.
Cuando estoy sirviendo con la patena, mientras se acerca el sacerdote de mi parroquia, elevo una oración por él al Cielo y los otros días de la semana lo hago al acercarme a comulgar. También utilizo por él la misma jaculatoria que esté implorándole a Dios interiormente por cada persona que se acerca a comulgar como: “Más amor del Tuyo Señor, en el corazón de esta persona”, y si la conozco menciono su nombre interiormente; o, “por la pureza de sus pensamientos y sentimientos”; o, “por las buenas intenciones que guarda en su corazón”.
El Santo Rosario
Durante mi rosario diario siempre rezo por la santidad y fidelidad de los sacerdotes de Hablar con Jesús, incluido mi director espiritual y otros sacerdotes cercanos. Saber que la Virgen los protege e intercede por ellos ante Dios me llena de alegría y consuelo.
Es una buena oportunidad para confiar sus ministerios y vocaciones al Inmaculado Corazón de María, pidiéndole que les conceda la gracia de que sus corazones se asemejen cada día más al corazón de Cristo.
En momentos específicos rezo un Acordaos por ellos. Al elevar esta oración, pido a la Virgen María que cuide y proteja a nuestros sacerdotes, que les conceda sabiduría, fortaleza y consuelo en su ministerio.
Con estos pocos detalles que te he compartido, te invito a hacer un compromiso diario de oración, de corazón a corazón, por nuestros sacerdotes. Inclúyelos en tus oraciones, ya sea durante la Misa, el rosario o en tus momentos de diálogo con Jesús.
¡Ahh!, y para que seamos verdaderos mensajeros, desde Hablar con Jesús quiero pedirte que nos apoyes rezando, unidos en un solo corazón, por nuestros 12 sacerdotes. Únete a nuestra campaña “Apadrina un sacerdote” donde tendrás la oportunidad de rezar por ellos y podrás conocerlos mejor a través de nuestra nueva plataforma digital.